miércoles, 10 de noviembre de 2010

El (inexistente) Parador de Turismo de Lugo

Al revisar ayer los proyectos que figuran en el Plan Estratégico de Lugo, me volví a acordar de todo el rollo del Parador de Turismo de Lugo. Figura en el Plan estratégico, pero tanto el señor Orozco como el BNG votaron tres veces, al menos, en el Pleno del Ayuntamiento en contra de solicitar al Estado la creación de esta dotación en la ciudad. Tiene su coña, la verdad, que el Alcalde de una ciudad se atreva a votar contra una instalación de este tipo, a la que aspiran más de 200 municipios de España. Pero en Lugo no, que somos así de chulos y no queremos eso, mejor que nos pongan trenecitos y visitas al cementerio, que eso fijo que rinde más turísticamente.

El voto del BNG tiene su explicación, tal y como dijo el portavoz nacionalista, en que ven los Paradores Nacionales (la palabrita les debe escocer lo suyo) como algo franquista. Imagino que en breve pedirán su abolición en todo el territorio del Estado. Nota al margen: es curioso que por no decir España el BNG siempre utilice el término “Estado Español” que tanto gustaba a Franco.

Según el Bloque, el recinto histórico de Lugo no necesita un Parador, que sería convertir un bien público en un negocio hostelero al que sólo van personas con un elevadísimo poder adquisitivo. Se ve que esta gente viaja poco, porque un Parador es mucho más que eso, pero aún asumiendo que su aseveración sea cierta ¿es malo para la ciudad atraer turismo de “elevadísimo poder adquisitivo”? Mejor que venga gente a albergues nada más, que eso sí es bueno para la ciudad… vivir para ver. Para el BNG Lugo no cuenta con ningún Parador “nin falta que fai”.

La postura de PSOE es más complicada de defender, ya que se basa única y exclusivamente a que la propuesta partió del anterior (y mejor) Alcalde, Joaquín García Díez. Propuso dos ubicaciones para el Parador: el cuartel de San Fernando y el Hospital de San José. Ambas idóneas para su conversión en Parador, la primera por su privilegiada situación en pleno casco histórico y nobleza del edificio, y la segunda por su estratégica combinación de lugar (a 100 metros de la Muralla y lindando con el Parque de Rosalía de Castro), espacio (más de 20.000 metros de parcela), vistas hacia el río, estética del edificio, tamaño…

Me gustaría que Orozco explicara por qué se opone a una dotación para Lugo que no sólo es indiscutiblemente buena (su sacrosanto Plan Estratégico así lo dice) sino que a Lugo no le cuesta un duro, ya que lo hace el Ministerio competente. A lo mejor es que le aterra la idea de que la ciudad vea que no es cosa suya.

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