Por fin. La han arreglado. Años y años esperando a que la ventana arqueológica de la ruanova se pudiera ver y, según Orozco, funcionar como un “ atractivo turístico de la ciudad”. Ya hemos comentado lo exageradísimos que son nuestros próceres cuando hablan de nuestras instalaciones turísticas, que parece que tengamos aquí Las Meninas.
Supongo que habrá autobuses llenos de excursiones haciendo cola para ver la ventana arqueológica. La Catedral de Santiago, incluso la de Burgos, la Sábana Santa de Turín, la Torre Eiffel o el Coliseo de Roma palidecen frente a la espectacular ventana arqueológica de Lugo. Los telediarios abren sus informativos casi a diario y Matías Prats tiene programado un especial en directo para promocionarla.
Años y años... para esto |
Lo más grande es que la ventana de las narices parece que lleva ahí, mal cuidada, la tira de tiempo porque han puesto uno de esos metales oxidados tan guays y que a mi, personalmente, me parecen salidos de un desguace. Pero bueno, en cuestión de gustos no coincido demasiado con los que han hecho esto y otras cosas como destrozar San Marcos o la plaza del Cantiño.
Pero la ventana no tiene visibilidad. Se adivina lo que tiene dentro casi con dificultad, y por la noche (y estamos en verano) se empaña y no se ve nada. Para este viaje no nos hacían falta tantas alforjas. Se han tirado años, literalmente, para poner un puñetero cristal, y no lo han hecho bien.
Y por la noche es mucho peor |
Siempre recurro a la imitación como fórmula mágica para aprender cuando la imaginación es limitada, pero es que compartirán conmigo que cuando sabemos que hay fórmulas probadas con éxito en otros sitios para hacer algo que deseamos hacer en Lugo lo bueno es copiar y pegar. Anda que no hay por el mundo lugares con ventanas arqueológicas que encima permiten ver lo que hay debajo con claridad y comodidad. La de Lugo no. Eso sí, es chula porque el metal está oxidado.
Francamente, tras tanto rollo, tantos costes (encima ha sido cara) y tanto tiempo me esperaba que al menos lo hicieran bien. Si al final voy a ser un optimista.
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