viernes, 15 de septiembre de 2017

La penosa gestión de los contratos municipales



El Progreso nos trasladaba recientemente una información obtenida del grupo de  Ciudadanos en que se hacía un breve resumen de los principales contratos caducados en el Ayuntamiento de Lugo. 35 contratos, ¡35!, son los que están en esta situación y de ellos de únicamente 13 están iniciados los trámites de renovación o quedaron desiertos, único caso este último hasta cierto punto ajeno a la responsabilidad municipal. De los otros 22 no sabemos nada. 

Algunos de esos contratos llevan caducados desde el año 2011, como el del mantenimiento de la EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) que encima es noticia recientemente por estar funcionando de forma incorrecta lo que hace que Lugo esté vertiendo al río agua contaminada. Ahí es nada, y eso que se les paga cerca de medio millón de euros al año, que yo hay días que no los gano. 

Por supuesto también están en este listado nuestros viejos conocidos de Cechalva, la empresa de la grúa municipal, que se levanta otro medio millón de euros, y que es la que supuestamente le daba un sueldo Nescafé a Liñares y otros cargos municipales, lo que explicaría muchas cosas como la desidia a la hora de convocar un nuevo concurso y la pachorra con que se toma todo este asunto. 

En la misma situación están otros contratos como los del mantenimiento de la ETAP (Estación de Tratamiento de Agua Potable, otro tema “menor”) caducaron en el año 2012 y suponen más de un millón de euros al año, la gestión de la recaudación por casi ¡CINCO millones!, o la recogida de basuras, que “solamente” supone superar los siete millones de euros anuales, una pasta. 

La noticia en El Progreso del miércoles. La tabla es escalofriante.
Por si esto fuera poco siguen sumándose al listado otras cuestiones más recientes. Por ejemplo, tal y como era previsible el “contrato puente” que hicieron a las carreras para abrir la vieja cárcel de cualquier forma porque se les echaban encima los plazos (si no abrían antes del 31 de marzo – creo que era esa fecha – perdían las subvenciones europeas) ha caducado y durante todos esos meses “no han tenido tiempo” de sacar un contrato como Dios manda para la gestión del asunto. 

La alcaldesa está firmando casi a diario el pago de facturas con reparos de legalidad. Esto es un informe que el interventor hace y en que explica que determinada factura tiene algún tipo de vicio: no existir contrato, estar éste caducado, que el procedimiento no se ajuste a lo legalmente establecido… Con lo que realmente ese control por parte de los funcionarios que tienen la capacidad para hacerlo no se produce porque se puede “soslayar” con una resolución de la Alcaldía. Y así sucesivamente. 

Llama la atención que un supuesto gobierno de izquierdas, de esos a los que se les llena la boca defendiendo que todo tiene que ser público, tenga 82 servicios externalizados (eso es “privatizado” pero dicho en políticamente correcto) por 31 millones de euros, que son un tercio del presupuesto anual y en la práctica mucho más, ya que los sueldos de los empleados municipales se llevan la parte más grande del presupuesto. 

Personalmente no tengo nada contra la externalización de servicios… si se hace bien, claro. Al Ayuntamiento le resuelve muchos más problemas de los que le crea que una entidad privada recoja la basura o se encargue del mantenimiento de los jardines, pero siempre y cuando se haga bien. El problema que tenemos en Lugo es que los contratos son un desastre. Se hace todo deprisa y corriendo, de forma chapucera y así pasa lo que pasa, que se dejan unos huecos como la Puerta de San Fernando de grandes, y las empresas, que no son tontas, los utilizan como es su derecho. Baste ver la cutre adjudicación de las casetas del pulpo y la que han liado con eso, pero no es el único, ni el último, ni el más grave de los casos que tenemos sobre la mesa.

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