lunes, 27 de diciembre de 2021

El casco histórico no está limpio como debería (y el resto de la ciudad tampoco)

Algunos compañeros muestran sus "hallazgos".

Ayer una treintena de personas dedicamos un par de horas a limpiar el casco histórico. No fue un esfuerzo titánico pero sí creo que tuvo su mérito que un día de lluvia como ese, y más siendo el último del puente de Navidad, la gente tuviera la voluntad y las ganas de salir de la cama para hacer algo por la ciudad. En el caso de los demás es mucho más meritorio porque no era la primera vez que iban (yo sí) y que dedicaban su tiempo libre a Lugo a cambio de nada más que la satisfacción de hacer las cosas.

Cuando íbamos hacia el punto de encuentro nos fuimos fijando en lo que nos esperaba y nos pareció que el casco histórico estaba razonablemente limpio, que no habría mucho que hacer. Nos equivocábamos. Ya sólo si nos ponemos a contar las colillas recogidas habría para trabajar a destajo una buena temporada, pero ni se imaginan la de porquería que se encuentra y el poco cuidado que tiene la gente. Desde palos de chupachups a jeringuillas pasando por todo tipo de plásticos, envoltorios y hasta tuercas de gran tamaño.

La convocatoria estuvo a cargo de Coidemos Lugo, y el punto de partida fue simbólico: la puerta norte de la Catedral, donde pudimos ver cómo los herrajes medievales (siglos XII o XIII) se siguen deteriorando a pasos agigantados sin que nadie mueva un dedo para evitarlo. Después, eso sí, hacemos ambiciosos planes de restauración que cuestan una fortuna, en lugar de intentar evitar que esto llegue a suceder.

Literalmente cayéndose en pedazos...

La experiencia fue muy hermosa por una parte aunque terriblemente decepcionante por otra. La terrible escasez de papeleras no justifica el comportamiento incívico pero también es cierto que no ayuda a que la gente cumpla con sus obligaciones. Que dentro de Murallas las papeleras no lleguen al centenar (y casi todas concentradas en las plazas de España y del Ferrol) hace que los menos cuidadosos se resistan a llevar el papel o el plástico en el bolsillo hasta encontrar dónde depositarlo correctamente, algo que solucionan tirándolo al suelo. Inaceptable.

También se demostró que la limpieza del casco histórico es más que deficiente. No barren debajo de las alfombras porque no las hay, pero sí es cierto que sólo se limpia donde se ve. En cuanto hay algo que necesita un mínimo detenimiento pasan de largo y así está todo, lleno de porquería escondida o “disimulada”.

No hay alfombras, pero la basura la esconden a conciencia...

Lugo presume de su escoba de oro, una grosera burla a los ciudadanos y a cómo tienen media ciudad.  Ha tenido que ser, una vez más, la iniciativa privada la que, en este caso de forma desinteresada y solidaria, saque los colores a nuestros gestores. Pero al final puede que ellos tengan razón y que lo que cuenta es sonreír y decir que todo va bien. Y hay a quien le cuela y todo.

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