Ahora que se aproximan las vacaciones de Semana Santa creo que alguien debería crear una nueva empresa para orientación de los sufridos trabajadores (los que quedan) en que se creen mapas que señalen por dónde no se debe ir. Lo digo más en serio de lo que pudiera parecer en primera instancia.
No me refiero sólo a recomendar destinos a evitar (“en tal sitio suele hacer mal tiempo”, “en este país hay una revolución en marcha”, “si quiere volver con todos los dedos yo no iría a la montaña sin guantes”…) sino también a carreteras, medios de transporte o incluso poblaciones a rodear. En vista de las huelgas, manifestaciones o protestas que pueden acabar con tus vacaciones antes de empezarlas, esta empresa tal vez tendría futuro. Aquí es donde se me ve la vena liberal porque otra persona probablemente pediría que lo hiciera el Ministerio de Fomento.
Por ejemplo: no sé si sigue adelante la huelga convocada por los trabajadores de Iberia contra los recortes de plantilla, pero si tienes un billete de avión para fechas significativas, que es cuando más daño hacen, pues es para echarse a temblar. Lo mismo si es de otra compañía, ya que pueden venir los controladores aéreos, el personal de tierra, o los camareros de las cafeterías de los aeropuertos a joderte las vacaciones de la forma más tonta.
Si optas por coger el coche tienes que intentar evitar cortes de carreteras, barricadas incendiarias, autovías tomadas por las “manifas” o bloqueos de camiones. Por ejemplo tenemos las travesuras de los trabajadores del naval en Ferrol o de los mineros en el Bierzo, que cuando les apetece cierran las principales vías de comunicación de Galicia con la meseta y se quedan más anchos que largos.
Los derechos a manifestación y huelga son una obviedad jurídica a estas alturas de la película. Lo que no acabo de ver tan claro es que esas manifestaciones y huelgas puedan violar un derecho tan sagrado o más que esos y que es el de la libertad de circulación. Por supuesto no es comparable que la plantilla de Iberia se niegue a volar con que un colectivo cualquiera corte la A6, ya que lo primero supone una consecuencia directa de la propia huelga y lo segundo un tema de vandalismo de difícil justificación.
Lo mismo ocurre cuando hay huelgas de recogida de basuras o de limpiezas. No sólo se limitan a no recoger la porquería, sino que además van sembrando desperdicios para que la cosa se note más. Yo mismo lo he visto en el edificio donde trabajo, en que cuando hubo rollos laborales entre las personas que hacen la limpieza y la empresa que las contrataba además de mirarte mal si no tirabas basura al suelo lo hacían los que protestaban.
De la silicona y los clavos en las cerraduras, los piquetes “informativos”, las pintadas, los carteles y pegatinas en escaparates y mobiliario urbano, las amenazas malamente disimuladas y los insultos a quienes deciden no secundar las huelgas ya no hablamos, que son materia conocida.
Pero ya les digo, un mapa de esos en plan “Google”, que valen para señalizar casi cualquier cosa, con puntos negros a evitar o a buscar si a uno le va el turismo de cacerola (que me juego algo a que en breve se podrá poner de moda) tendría futuro. Yo es que no sé programar…
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