miércoles, 25 de marzo de 2015

Los que están contra la privatización pero privatizando barato

300 euros mensuales. Una bicoca...
El problema con la privatización no es necesariamente ésta en sí misma, sino cómo se hace. El tema está sobre la mesa tras conocerse que la Diputación Provincial ha “alquilado” el Náutico de Portomarín por 302 euros al mes. No está mal a la vista de los precios de alquiler que hay por ahí, aunque quizás se echa de menos una “vertiente social” como tanto les gusta vender a bombo y platillo.

Si tenemos en cuenta las declaraciones del BNG, gestor del chiringuito a día de la fecha, realizadas hace unos años en que denunciaba el coste del inmueble y su escaso uso, con ese canon de uso la inversión se recuperará en el breve plazo de 150 años de nada. La operación es dividir los 540.000 euros aproximados que según ellos costó (90 millones de la época) entre 300 euros mensuales y 12 meses por año: 150 años de alquiler. Ahí es nada.

Y encima hay que reconocer que la empresa tuvo valentía al ofrecer tal precio, ya que el de salida era de 200 euros al mes (225 años para recuperar la inversión). No me he comido ceros, está bien así, doscientos, en letra, euros mensuales por alquilar un edificio completo con instalaciones y recursos. Así no me extraña que estén contra la privatización, aunque de boquilla porque son los primeros en hacer las cosas de esta manera cuando toman las riendas de algo.

En el pleno del Ayuntamiento de Lugo de ayer, el señor Luis Álvarez dijo que el PP estaba obsesionado con privatizar. No me lo tomen literalmente, hablo de memoria pero la idea era esa. Se olvidó momentáneamente de que el gobierno del que forma parte ha sido la mayor fuerza privatizadora de la historia del Ayuntamiento de Lugo, ya que desde el ciclo del agua (que aún no es privado pero no por falta de intentarlo el señor Orozco) hasta la gestión de los jardines están en manos de empresas privadas, pasando por la recogida de basuras como todos recordamos tras la gran campaña turística que supuso la huelga de Urbaser del verano (Orozco dixit).

La privatización no es una opción, es el único camino para evitar que la administración gestione directamente servicios que no tiene la más mínima lógica que se carguen a la plantilla de personal público. Porque ese es el secreto, amigos míos. No se trata del “beneficio económico” ni de los costes, se trata del personal.

Exempli gratia: Una empresa privada que gestione los jardines del Ayuntamiento de Lugo, por poner un ejemplo, necesita menos personal que la administración haciendo lo mismo, ya que es obvio que en la privada se trabaja más, y no necesariamente por culpa del funcionariado sino porque en un gran número de casos falla estripitosamente la organización del trabajo, con métodos anquilosados en el siglo XIX, procedimientos rígidos que no se adaptan a la realidad, y sistemas de estructura que ignoran herramientas tan “novedosas” como esa red llamada Internet. Me acusarán de tomarlo como axioma pero si quieren dejamos ese debate para otro día y hablemos en serio.

Por otra parte, si el Ayuntamiento crea 20 plazas de funcionario para cuidado de jardines (un trabajo, insisto, que en la empresa privada a lo mejor hacen 12), queda atado de por vida a mantener esas 20 plazas, al menos mientras los titulares sigan ahí.

Si hablamos, imaginen, del tema de Portomarín, crear x plazas públicas (director del centro, “técnicos”, un administrativo, un bedel…) y luego resulta que la cosa no funciona, o que se tiene que cerrar en invierno… ¿qué hacemos con el personal?

La privatización no es mala si se usa como sistema de gestión. No confundir con el cobro por esos servicios por el hecho de estar en manos de empresas privadas. Los papás que tienen a sus hijos en colegios concertados entienden perfectamente de qué les hablo: disfrutan de las ventajas de la educación privada con el coste 0 de la pública. No veo dónde está el problema si para el Estado encima sale más barato.

Pero bueno, sigamos poniendo el grito en el cielo y unámonos todos “por los servicios públicos”. Aunque después alquilemos grandes estructuras por cuatro perras.

Por cierto ¿qué fue de la fábrica de la luz? Porque los tiros iban por ahí…

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