lunes, 16 de marzo de 2015

Los vídeos de campaña irrumpen en Lugo

Desde la época del dóberman aquel que el PSOE puso de moda en 1996, en una campaña que perdió entre otras cosas porque la gente no recibió bien este tipo de ataques, los partidos se han dado cuenta de que las elecciones son como cualquier otra campaña publicitaria y que es importante tirar de cámara para que los posibles electores reciban el “mensaje”, que se difunde por estos misioneros sin cruz.

Con la difusión de Internet la cosa se ha facilitado enormemente, ya que todos llevamos en el bolsillo nuestra conexión portátil a Youtube y quien no tiene un canal en esta web no es nadie en política.


El viernes Jaime Castiñeira presentó un vídeo, como parte de su campaña electoral, que tengo que decir que me pareció sorprendente en el buen sentido de la palabra. El vídeo, titulado “Somos Lugo - Orgullosos de Lugo”, es un minuto y poquito de preciosas imágenes de la ciudad, de lo mejor de nuestro Lugo, con una música tranquila y un mensaje en positivo. Un reflejo del Lugo que queremos, de lo más hermoso de nuestra ciudad.

Ni sintonía del PP, ni parrafadas ridículas, ni abuso de la imagen del candidato, ni utilización morbosa de niños o discapacitados. Ni una sola mención a otros partidos, ni a lo mal que está Lugo en tal o cual cosa. Son imágenes breves, amables, de personas de todo tipo: deportistas, mayores, profesionales, y sí, también niños y discapacitados pero diría que “mencionándolos” no “usándolos”, que no es lo mismo.

Incluye cosas que me recuerdan a otras, pero la imitación no tiene nada de malo. Las letras integradas en los paisajes son muy de "Fringe", una serie friky muy alabada, y algunos elementos del vídeo, también fueron usados por los chicos de Batital en el memorable "I'm from Lugo". Pero insisto, no veo nada de malo que tampoco es que hablemos de plagios.

Hacer una campaña en negativo es un disparate, a pesar de lo bien que le está saliendo a Podemos porque estamos en el momento en que estamos y sus contrincantes se lo están poniendo a huevo. Por mucho que este país sea el de la envidia, a la hora de votar todo el mundo busca una esperanza, un rayo de luz, algo que le ilusione para elegir a su futuro alcalde en este caso.

Obviamente una campaña electoral ha de tener un componente de crítica, si se hace desde la oposición, pero siguiendo a Maquiavelo “El Príncipe” no ha de rebajarse a decir nunca nada malo ni siquiera de sus adversarios, solo se le pueden escuchar cosas positivas, y serán sus ministros los que se encarguen de despedazar al rival. Lo entendieron perfectamente Felipe González y Alfonso Guerra, quizás el mejor tándem político que ha visto este país, o Aznar y Álvarez-Cascos (a quien hacía referencia el dóberman del que les hablaba antes).

“El Príncipe” ha de reservarse para decir que sí a todo, para contarnos lo maravilloso que será el futuro bajo su reinado, y para ser aclamado por su bonhomía.

También presentó su vídeo UPyD, y aunque el mensaje es pegadizo “desenchufemos la corrupción” la ejecución del tema es un pelín cutre. Un montaje casero que puede valer exactamente igual que el otro para difundir una idea pero al que francamente, el sonido no ayuda. Hoy día con un pc doméstico, un poco de tiempo y algo de maña es fácil hacer algo bastante mejor.



Para terminar he de decir que supongo que alguno se extrañará del artículo de hoy. “¿Pero tú no estabas contra Jaime y a favor de UPyD?” dirá algún despistado. Pues ni lo uno ni lo otro, aún en el caso de ser cierto (que no lo es) haría que escribiera cosas diferentes.

Estoy un poco harto del “todo o nada” al que se nos pretende obligar a la ciudadanía. O rindes pleitesía a un líder al que no puedes criticar ni lo más mínimo, o atacas al adversario sin reconocerle ni el más mínimo mérito. Esa es la política cutre, sucia, baja y rastrera a la que nos tienen acostumbrados y que es un grave error, porque cualquiera entiende que hasta el más abyecto de los líderes hace cosas bien y el mejor de los santos comete errores.

Alabar a alguien cuando merece ser alabado y criticarlo cuando merece ser criticado no solo es un derecho, sino incluso una obligación si entiendes bien la democracia. Obviamente los propios líderes, con honrosas excepciones, son los primeros en huir de esta idea, porque prefieren a quienes dan incienso ciegamente sin el más mínimo espíritu crítico y se suelen rodear de pelotas infames que aplauden por delante y critican por detrás.

El viernes, cuando puse el vídeo de Jaime en el Facebook faltó tiempo para que algún iletrado me acusara de tonterías, pero es porque el resentimiento empuja hacia esta actitud de “en contra, en contra a toda costa” que nos ha llevado a donde estamos.

Quizás sea hora de cambiar.

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