miércoles, 12 de diciembre de 2018

Las otras luces que no tenemos (no, no son las de Navidad)

Esta foto es el Paseo Daniel Varela Piñeiro, una parte del supuesto paseo interior de la Muralla. Busquen el gato negro...
La misma foto con flash, para que se sitúen...

Estos días no hacemos más que hablar de luces. Supongo que mañana o pasado habrá un “gran encendido” presumiendo (que ya es echarle morro) de lo bien que lo han hecho con la iluminación de Navidad y dándose palmaditas en la espalda unos a otros encantados de haberse conocido. Pues nada, alegría.

Pero hoy no les voy a hablar de eso sino de la iluminación normal y corriente, la de todos los días, la de las calles que transitamos los sufridos ciudadanos durante más tiempo que el que marca el calendario como festivo y que no solo es que estén poco iluminadas, sino que no lo están en absoluto.

Un ejemplo muy evidente es el Paseo Daniel Varela Piñeiro, que es el nombre que le dieron a la única calle con horario que hay en Lugo (al menos que yo sepa). Para que se sitúen, es la que sale de O Cantiño, y que tiene una puerta que se cierra por las noches.

El problema es que no tiene farolas. Ni una. A partir de las seis y pico de la tarde en esta época meterse allí es una aventura urbana comparable a la proverbial boca del lobo, lo que se refuerza además con el peligro de matarse resbalando con las castañas que caen del precioso árbol que allí vive, y con los chavales que van a hacer el botellón en los solares semi abandonados, cuyas puertas al paseo están permanentemente abiertas.

Lo de jugar a la luz de las linternas de los móviles es peculiar...
Hay allí un parque infantil y no es la primera vez que veo a padres iluminando con la linterna del móvil a sus hijos para que puedan jugar. Así, en plan moderno. Visto desde la Muralla parece la Santa Compaña. Dado que solo hay dos instalaciones de ese tipo en todo el casco histórico (la saturada de Campo Castillo y ésta) imagino que no estaría de más poner unas cochinas bombillas a la zona para poder andar sin matarse.

Supongo que habrá excusas, claro, como decir que “total, es un callejón sin salida”, aunque dudo que se atrevan a decir tal cosa por dos motivos: el primero es llamar “callejón” a lo que se dio como un gran honor al señor Varela Piñeiro (lo es, lo es, nadie lo dude, pero me refiero a que no se puede devaluar el tema) y el segundo es que tampoco creo que a los papás les guste mucho que se degrade así el concepto del lugar a donde mandan a sus hijos a jugar. 

Las luces navideñas son importantes, claro que sí, pero hay cosas que lo son más aún. Por ejemplo tener unos servicios dignos de una capital de provincia, lo que incluye la iluminación de sus calles.

2 comentarios:

  1. La culpa de que no esté iluminado el paseo es de la oposición, ¿de quién si no?

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  2. Me pregunto porqué será todo tan difícil.¿ Es que todo nos vale?. Si no tenemos una iluminación decente, ni siquiera en las calles más próximas al centro, ¿ cómo vamos a tener un tren que nos ponga en Madrid en menos de cuatro horas?. Y no digamos un AVE...

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