jueves, 26 de diciembre de 2013

Nochebuena

Este año he vivido una de las nochebuenas más “movidas” que recuerdo, en gran parte por el concierto de Nochebuena que organizamos desde Lugo Monumental como el año pasado. Empezando con el madrugón a las 6 de la mañana para ir a recoger a Noemi Mazoy al aeropuerto para que no se nos congelara en el autobús en medio de la ciclogénesis explosiva esa de las narices, siguiendo con los detalles de última hora que te loquean más de lo debido (sobre todo problemas con el sonido que, felizmente, se arreglaron de forma mágica justo antes del concierto), los nervios del propio espectáculo, el tradicional (en mi casa) reparto de cenas a domicilio… y la tensión de celebrar la primera Nochebuena sin una persona muy querida, mi abuela, que creo que pudimos sacar adelante gracias a mis sobrinas Lola y Lara. A pesar de que soy poco fan de los críos, reconozco que con niños en casa la Navidad es otra cosa.

Unan a todo eso una garganta irritada desde hace días que no me deja dormir bien, y obtendrán un resultado difícil de sobrellevar.

Quienes me conocen un poquito saben que me resulta muy complicado llevar la falta de mi abuela. Ya sé que era mayor y que esas cosas pasan, pero no me nieguen el derecho a echarla de menos, a emocionarme con cualquier cosa que me la recuerda (y que es todo en determinados momentos) y a llorarla en este año que es difícil porque estamos todo el rato con “la primera vez sin la abuela” en todo. La primera nochebuena, el primer fin de año, las primeras vacaciones… Son muchas cosas.

Pero no me entiendan mal, no todo es negativo ni mucho menos. No siempre las lágrimas son de tristeza, aunque haya más de las que me gustaría, sino de emoción pura. Y el día de nochebuena hubo mucho de eso. Y también mucha emoción gracias a Noemi Mazoy.


Para el lucense medio decir que Noemi es un cielo es una obviedad. Lleva muchos años cantando en Lugo y para Lugo, y aunque ahora le va de maravilla en Sonrisas y Lágrimas haciendo el papel de madre abadesa, sigue siendo la misma, la chica de dulce voz y maneras suaves, a la que a primera vista no supondrías la impresionante voz que encierra. Esa voz que nos regaló en Nochebuena otra vez.

Y además tiene más valor si saben la historia. Noemi llegó a las 8:30 de la mañana a Santiago sin dormir, porque salió del teatro en Barcelona a las 2 y el avión despegaba a las 6. A las 12 menos cuarto se fue a Onda Cero a una entrevista, y a las 12 a la Nova a ensayar. A las 17:30 horas empezó el concierto, que acabó a las 19:00… y a las 4 de la mañana volvía a coger un avión a Barcelona. 

Es decir, que de 16 horas en Lugo o menos, regaló a sus vecinos una importante parte de ese tiempo que estaba destinado a estar con su familia. ¿Qué más se puede pedir? Porque lo único que no se puede comprar en este cochino mundo es el tiempo, y por eso tiene tanto valor ese regalo.

Y encima la emoción, el sentimiento con el que canta Noemi, acompañada en este concierto por sus amigos, casi hermanos, del Orfeón Lucense, por unos músicos excelentes, entre los que destaca Carlos Rodríguez que, con sólo 14 años, toca el violín como un experimentado concertista… ¡Una experiencia inolvidable!

Y el hermoso detalle, que aún me emociona cuando lo pienso, de dedicar a mi abuela mi villancico de cabecera, el Adeste Fideles, durante el que no pude ver el concierto porque lloré como un niño, emocionado y agradecido a Noemi por su gesto y a mi abuela por su vida.

En fin, una nochebuena de la que aún me estoy recuperando, pero que ha sido intensa. Pues les diré que ha sido muy bonita. Dolorosa y alegre al tiempo, como la vida misma.

1 comentario:

  1. Enhorabuena por el concierto de Nochebuena. Gracias a la asociación Lugo Monumental y en especial a ti , Luis, por conseguir que no haga falta irse a Madrid o Barcelona para disfrutar de de un espectáculo maravilloso. Y gracias también en especial a Noemí, a la que conozco desde niña y es una joya tanto como persona como artista.

    Entiendo perfectamente tu tristeza por lo de tu abuela. Los que hemos pasado por lo mismo te entendemos perfectamente y aunque todo el mundo te dice que es ley de vida cuesta mucho asimilar la pérdida de alguien a quien tanto hemos querido y a quien nunca vamos a dejar de querer porque sigue presente a todas horas en nuestras vidas.

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