miércoles, 16 de marzo de 2022

Más orgullosos que nunca del Campus de Lugo

El equipo de "Minerales contra el cáncer", una fantástica iniciativa con una (en Lugo) novedosa integración en la sociedad civil. Felicidades a los promotores.

Ayer hubo un acto en el paraninfo de Veterinaria en que se presentó a la sociedad lucense el resultado de la campaña de micromecenazgo de un proyecto de investigación llevado a cabo por un equipo conjunto de profesionales de veterinaria y sanidad. Una iniciativa muy interesante no sólo por el objeto del estudio (la incidencia de los micrometales que tomamos en nuestra alimentación en el desarrollo del cáncer) sino por cómo han enfocado la financiación.

En España no estamos acostumbrados a ver esa permeabilidad entre la Universidad y la sociedad externa a ella, menos aún en Lugo. Mientras en otros países lo normal es que haya una relación fluida en que unos se apoyan en los otros, aquí hay dos mundos paralelos y totalmente aislados: el de la educación superior y “el resto”. Craso error, y ayer se dio un primer paso para corregirlo, ojalá siga siendo así.

El proyecto comenzó por una serie de casualidades, como pasa más a menudo de lo esperable. La coordinadora, Marta López Alonso, estaba sobre la pista de la incidencia de los metales en la salud de los animales, algo ya conocido y que se suele corregir con suplementos en el mundo de la veterinaria para cubrir carencias en selenio, cobre o yodo. Marta pensaba que seguramente en el mundo de la medicina humana ocurriría algo similar pero hay pocos estudios al respecto.

La casualidad quiso que por una situación familiar complicada (una persona de su entorno paciente del HULA) conociese a Inés Rivas, enfermera oncológica que les atendía y que buscaba tema para una tesis. Marta López le propuso ese y empezó a rodar el asunto. Se unió Rafael Montes, internista del HULA, en un momento complicado ya que estamos hablando de diciembre de 2021, en plena sexta ola, pero hizo un gran esfuerzo para echar una mano por el gran interés del tema, y también el oncólogo Ignacio Fernández. El equipo lo completaron Víctor Pereira, Carlos Herrero, Marta Miranda y la endocrinóloga Rosa Argüeso (les pido disculpas si he anotado mal algún nombre o se me queda alguno fuera, fui anotando según los presentaban).

El problema en este tipo de estudios es la financiación. Hay muchas buenas iniciativas, pero no todas logran los recursos para desarrollarse. Para que se hagan a la idea se estimó que harían falta unos 170.000 euros para financiar el estudio, ya que hablamos de tres fases que se desarrollarán durante un máximo de cinco años con cientos de voluntarios (pacientes oncológicos y personas sanas como grupo de control). Ahí es donde entra la sociedad civil en escena.

Gracias a una fantástica campaña desarrollada por el equipo encabezado por Marta López se empezó por recabar la colaboración de la asociación Somos Unidos por el Cáncer, que aportó los primeros 1.500 euros, una cifra muy importante y que además tiene el valor de proceder de una entidad destinada a luchar contra esta enfermedad.

Se instalaron huchas en un gran número de farmacias de la ciudad y la provincia, el diario El Progreso apoyó con firmeza y generosidad la campaña, se contactó con un montón de empresas, se hizo una gala benéfica con Touriñán (la gente no sólo pagó la entrada sino que había colas para depositar donativos en las huchas del auditorio), se implicó a los niños a través de Xuvenciencia, participaron industriales de la Plaza de Abastos y el Mercado de Quiroga Ballesteros con quienes contactaron a través de Lugo Monumental, colaboraron equipos deportivos (Ensino, Breogán y C.D. Lugo) cediendo camisetas para sortear y con la implicación de algunos de sus jugadores más sensibles, se hizo una exposición de artistas plásticos en la vieja cárcel, que cedieron obras para vender a favor de la iniciativa (por cierto aún la pueden visitar y comprar algunas a precios más que reducidos), Guido organizó un paseo turístico cuya recaudación fue para el proyecto… por supuesto la política también se implicó a través de las instituciones locales y provinciales (ayuntamientos de todo Lugo) e incluso se agradeció a Elena Candia específicamente su colaboración por invitar a los investigadores a un acto con alcaldes del PP para exponerles el proyecto y recabar su ayuda. Los investigadores tuvieron la gentileza de nombrar una por una a las empresas y entidades colaboradoras, algo importante porque de bien nacidos es ser agradecidos… y menos habitual de lo que cabría esperar.

No dejaron puerta sin llamar, y Marta destacó que es algo poco habitual ya que la universidad no está acostumbrada a “vender” sus productos, algo que es más que necesario porque puede beneficiar a la sociedad y viceversa.

El objetivo era recaudar un mínimo de 30.000 euros para iniciar el proyecto. Se lograron 50.000. Una cifra más alta de lo esperada pero que palidece con los dispendios que se hacen en Lugo en chorradas de poca utilidad. Por ejemplo, las famosas pantallas táctiles que hay tras el Ayuntamiento costaron más que eso y ya ven lo mucho que se utilizan, no he visto jamás a nadie usarlas, quizá por el poco interés en consultar la propaganda institucional (es el único contenido que tienen a día de hoy).

Con ese dinero se financia la primera fase del proyecto, pero aún faltan otras dos. Necesitan voluntarios (por ahora se han anotado 104 mujeres y 21 hombres pero necesitan 386 personas en total de diversos grupos de edad) así que les animo a visitar la web donde se pueden inscribir. Sólo se trata de donar una muestra de sangre y cubrir un cuestionario sobre hábitos de alimentación para después hacer un seguimiento, no parece muy complicado.

La dirección es https://www.usc.gal/es/campusterra/minerales-cancer, ahí se pueden anotar (yo ya lo he hecho y les animo a participar).

En resumen, una iniciativa fantástica, un proceso modélico y una investigación básica. Como nos recordó el oncólogo Ignacio Fernández, la investigación en medicina es básica, pero en temas de cáncer es indispensable. Hay que entender que si hoy estamos donde estamos y se ha avanzado es por lo que se hizo en el pasado, y que el futuro sólo puede ser más brillante si hacemos un esfuerzo conjunto para investigar, por desalentador que pueda parecer que se trate de una carrera de fondo.

Creo que ayer, los que allí estábamos, nos sentimos más orgullosos que nunca de nuestro Campus, de nuestra Universidad. Ojalá ese tipo de acciones se conviertan en costumbre.

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