No me considero una persona especialmente lenta de entendederas, pero se me resisten algunas cosillas que veo en esta ciudad. El pleno de ayer del Ayuntamiento de Lugo es un buen ejemplo.
Hubo un interesante debate, a iniciativa de Jaime Castiñeira, sobre si el nuevo puente de Lugo enlazará con la ciudad a través del parque Marcos Cela (con la evidente desaparición del mismo). Las elecciones están ahí al lado y Orozco no quiere decir que el plan es cargarse el parque, así que utilizó el más viejo de los principios del ilusionismo: distraer la atención del público. Para ello, mientras callaba su respuesta con la mano izquierda, se sacó de la manga derecha un plano del Plan General de Ordenación Urbana del 91 aprobado por el PP sin el apoyo del PSOE. Es decir, que aplicando la lógica simplista y de guardería que suelen utilizar tanto Orozco como su acólita Sonia Méndez (es la especialista en esto), el PSOE no quería un nuevo puente en Lugo a pesar de que ahora se dicen abanderados del mismo.
Es evidente que esto es un salto dialéctico al vacío. Imagino que las razones por las que el PSOE votó hace veinte años contra el Plan General serían más profundas que no querer el puente, aunque sería interesante ver las actas de aquel pleno y lo que cada uno dijo sobre el tema. Lo curioso, eso sí, es que Orozco lleva ocho años acusando al PP de no querer el puente, y ahora va y demuestra él mismo que no sólo lo querían, sino que había un trazado que finalmente es el que han usado. En palabras del propio Alcalde “metro arriba, metro abajo”. Obviamente es un trazado discutible, pero hay que recordar que de aquella no existía el parque Marcos Cela con lo que hablábamos de una zona a monte y de un barrio aún inexistente en el que se iba a expandir la ciudad.
Señor Orozco, usted quiere centrar el tema en lo que le interesa haciendo un ejercicio de lógica aristotélica: si lo importante es tener nuevo puente y Orozco es quien lo ha propuesto, ergo Orozco es lo importante. ¡Viva Orozco! De libro. El problema es que, como usted tanto repite en los plenos, “si partimos de un supuesto falso podemos llegar a cualquier parte”. Pues yo pongo en duda sus dos axiomas iniciales: ni creo que lo importante sea tener nuevo puente (al menos no ese puente, ni con ese trazado, ni con esas dimensiones, ni con ese impacto medioambiental…) ni creo que que usted haya parido la idea. Le voy a dar una gran sorpresa, prepárese: hay más lucenses que piensan, y lo de hacer un nuevo puente tampoco es que sea el descubrimiento de la penicilina, es algo de sentido común.
Lo que ya no es tanto de sentido común es que hagamos un puente millonario, enorme, desproporcionado, agresivo ambientalmente, que se va a cargar uno de los pocos parques de Lugo… y que no permitirá jubilar al llamado puente romano. Ya lo ha anunciado el Alcalde, reconociendo implícitamente que no sirve para su principal cometido.
Si quiere que hablemos del puente, hablamos del puente, pero no sólo de lo que a usted le interesa, porque ayer renunció a la titularidad de la idea para escapar de la responsabilidad de su trazado.
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