martes, 8 de abril de 2014

Arcadio Silvosa vuelve al Pleno


El Pleno del Ayuntamiento de Lugo de ayer por la tarde trae una noticia que es indiscutiblemente positiva: el regreso de Arcadio Silvosa a la vida municipal.

Arcadio vuelve al Pleno: Foto de La Voz de Galicia
Arcadio, como todos saben, tuvo un grave problema de salud del que aún convalece pero que no impide su vuelta. Retorna, como él mismo decía, con “más ganas que fuerzas”, pero precisamente en política las ganas son muy importantes, muchísimo.

Silvosa es una persona apreciada y respetada en Lugo desde hace muchísimos años. Su profesión de periodista, que lo tuvo al frente de los servicios informativos de la cadena SER de Lugo y como corresponsal de la agencia EFE, le dio una gran popularidad de la que aún disfruta por ser una persona agradable y cercana, cosa que hacía mucha falta en la política local.

Su recuperación es una alegría por lo personal, pero también por lo institucional, ya que al completarse nuevamente el grupo municipal popular el Pleno se configura nuevamente como los ciudadanos decidieron con sus votos.

Las próximas votaciones prometen ser divertidas. Se acabó el voto de calidad de Orozco para deshacer empates en todas las votaciones en que el Bloque se abstenía, con lo que a partir de ahora a los nacionalistas les va a tocar mojarse y ver cuándo y en qué apoyan al alcalde que aseguran que debe dimitir.

Como sabrán, el PP cuenta con 12 concejales, frente a los 11 del PSOE y los 2 del BNG. Este cuasi-bipartidismo se rompe por la minoría absoluta nacionalista, que basa su poder en ser llave del gobierno, como demostró pactando en un hotel tras las elecciones y a puerta cerrada, la entrega a Orozco de la llave del despacho de la alcaldía. Esa alcaldía de la que ahora dicen querer que abandone aunque no dan ni un solo paso en esa dirección.

Hasta ahora el BNG tenía una ventaja: no tenía que apoyar a Orozco en nada, porque su simple abstención hacía que al tener el PP un concejal menos quedaran empatados y, en esa situación, el voto de calidad del Alcalde decide. Pero el PP ya vuelve a tener 12 concejales, con lo que esa ventaja táctica desaparece y, si yo fuera Jaime Castiñeira, revisaría todas las actas de los plenos de los últimos dos años y volvería a presentar las iniciativas que no salieron adelante por voto de calidad. A ver qué pasa.

Porque sólo hay dos alternativas: u Orozco pierde todas y cada una de esas votaciones o el BNG se ve abocado a alzar la mano al mismo tiempo que el señor al que dicen no apuntalar, con el agravante de que cambiarían su anterior abstención por un apoyo explícito. No me digan que no es para pensárselo.

El BNG se enfrenta a sus propios demonios: ser un partido-muleta. Es lo que tiene tener dos concejales de 25, y lo raro, señores míos, es la enorme, salvaje y desproporcionada cuota de poder que han disfrutado durante estos años.

Veremos qué pasa y qué hacen los tres grupos, porque falta un año y nada para las municipales así que ya entramos en campaña por prematuro que les parezca.

Por lo demás permítanme volver al principio: ¡¡¡Bienvenido Arcadio!!!

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