Ayer fui a ver “Ocho apellidos vascos”. La sala estaba repleta, y lo achaqué a las entradas baratas de la campaña que estos días desarrollan los cines de España en que quieren saber una obviedad: si bajando el precio de la entrada hay más gente. ¡Fíjate qué misterio! Pero resulta que me equivocaba en la causa de la afluencia, porque el sábado las entradas eran tan caras como siempre y la sala estaba igual de llena.
No me extraña. Hacía tiempo que no me reía tanto en el cine y buena falta va haciendo.
Supongo que lo de que en España el cine patrio exitoso es el de las comedias es un hecho. Que nuestra película más taquillera haya sido Torrente es para echarse a temblar, porque sin sacarle méritos a Santiago Segura, una vale pero tres o cuatro es un exceso que el público parece recibir sin mayores problemas.
No les voy a destripar “Ocho apellidos vascos”, aunque la verdad es que últimamente cada vez es más difícil ir a ver una película sin que te la estropeen antes. El otro día en la radio hubo un programa en que animaban a los oyentes a llamar para contar “su escena favorita” de la comedia y claro, el que escuchó el programa poco tenía ya que ver en el cine. Decía que no se la quiero destripar pero sí animarles a ir a verla.
Siempre decimos que los americanos se ríen de sí mismos más que nosotros. Bueno, después de ver la serie de “la escopeta nacional” y la película de ayer tengo mis dudas, porque no creo yo que se cachondeen de sus clichés tanto como nosotros, y parece que nos gusta. Los cines llenos son la prueba.
Ahora me pregunto yo… Las subvenciones al cine que se dan a películas exitosas como ésta… ¿se devuelven? Quiero decir, que si te echan una mano con el presupuesto para rodarla y luego ingresas millones, ¿esas ayudas son recuperables?
Como saben estoy en contra de estas subvenciones, como estoy en contra de casi todas, pero en una industria en que cuando aciertas te llueve el dinero me cuesta más trabajo entender que no se meta una cláusula de “devolución” en caso de que factures x millones de euros.
Por cierto, que ni el IVA, ni la reducción de subvenciones ni la crisis de la industria impiden que esta película sea un éxito. A ver si va a tener algo que ver hacer películas buenas… Porque qué quieren que les diga, pagar 7 u 8 euros de entrada para aguantar las paranoias surrealistas o los traumas heredados de una guerra que ya poca gente recuerda en primera persona como que no es de recibo. Y subvencionar ese tipo de cosas menos.
Hagan películas para ustedes mismos y ustedes mismos irán a verlas. Hagan películas para el público y el público irá a verlas.
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