viernes, 4 de julio de 2014

Todos a Magaluf

Supongo que los aeropuertos más cercanos a Magaluf, así como los hoteles y pensiones, habrán notado un espectacular incremento en sus reservas para la próxima temporada, ahora que se ha puesto sobre la mesa la moda del “mamading”, que es el ridículo nombre que le ponen a una nueva costumbre.

Por la denominación imaginarán por dónde van los tiros, ya que tampoco es que se hayan estrujado mucho la sesera sus creadores. También hay que reconocer que visto lo visto están mucho más cerca de la placa al mérito turístico que del Premio Cervantes, y probablemente este último les importa un cuerno.

La práctica en cuestión es que a las mozas (no sabemos si a los mozos también) que practican más felaciones en los locales que se han apuntado al tema les dan barra libre, imagino que compensada por las muchas copas que venderán a los usuarios de la promoción, que entendemos que serán legión.

Como no podía ser menos, el Instituto de la Mujer ha puesto el grito en el cielo, y tengo que decir que me extraña porque lo suyo sería que los primeros en saltar como locos deberían ser los inspectores de Sanidad. Higiénico, lo que se dice higiénico, no parece el asunto. Una de las participantes, por lo visto, practicó hasta 23 felaciones en 2 minutos. Bueno, se dice felaciones por decir, que oiga, ahí no da tiempo a nada.

En este asunto, además de las obvias consideraciones sanitarias y morales, hay algo que me llama poderosamente la atención. En España la prostitución no es ilegal, sino alegal (no viene recogida la prohibición en ningún sitio, teóricamente), pero sí lo es el proxenetismo. ¿No se puede considerar que esto viene a ser algo del estilo? ¿No es una promoción descarada de favores sexuales a cambio de un pago en especie?

Estamos pasando de promocionar España como destino turístico de “Sol y Playa” a “copas y sexo”. Probablemente el segundo reclamo sea más atrayente que el primero, pero francamente me preocupa la imagen que estamos dando de este país por el mundo adelante. Me pongo a temblar de pensar que ese es el futuro de nuestra principal industrial, el turismo, y de lo que podría pasar si todos los pueblecitos de España se ponen a hacer cosas semejantes.

Francamente, hay que dar una pensada a lo que estamos haciendo con este tema.

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