viernes, 22 de marzo de 2013

89 céntimos

89 céntimos parece que es una fortuna, o al menos eso de deduce de la que se ha liado con el fin de la gratuidad del Whatsapp para dispositivos Android. Para las tres personas que no sepan lo que es, el Whatsapp (guasap, wasap, o similares según la grafía del inglés “nivel medio” de España) es una aplicación que permite mantener conversaciones, enviar imágenes, vídeos, sonidos e incluso hacer grupos de charla a través del móvil de forma gratuita si tienes conexión de datos (vamos, internet). 

La aplicación salió, como tantas otras, en versión de pago para iPhone por 0,89 € y gratis para Android o Symbian (Nokia). De todas formas no entiendo muy bien cómo va eso porque yo la compré y luego me devolvieron el dinero a la cuenta, tal vez porque los de Apple son un poco raritos para sus sistemas de trabajo (eso sí, funciona como un reloj) y será por alguna oscura cláusula de la maraña de normas que aceptas cuando, sin leer el contrato, dices que lo has leído y que estás de acuerdo. 

Pero más allá de la anécdota está el hecho en sí mismo. No vamos a decir que fue una revolución, pero sí una incomodidad masiva por esos 89 céntimos de euro. Es que ni para un café. 

Hablamos de una aplicación que se instala la gente en móviles que les han costado un riñón y parte de otro, de un pago anual que no llega al euro, pero aun así la percepción de que “era gratis y ya no” es lo que cuenta. De hecho otras aplicaciones (léase el Line, que a menos que cambie mucho me niego a usar porque, entre otras cosas, los monigotes son feos como un pecado) han aprovechado para empezar agresivas campañas publicitarias certificando su gratuidad ahora y en la hora de nuestra muerte. Por cierto, ya me dirán de dónde saca la pasta una aplicación gratuita para hacer tanto anuncio en la tele con actores conocidos. 

Mientras el mundo se hunde a nuestro alrededor, la gasolina cuesta el doble o más que hace unos pocos años, los recibos tienen más ceros que el guion de una película de James Bond o nos enteramos de pelotazos de cientos de miles o millones de euros, la preocupación son los cochinos 89 céntimos del Whatsapp. 

Está visto que la subjetividad reina.

1 comentario:

  1. La verdad, es que no entiendo a la gente,se vuelve loca por 89 céntimos de euro.No les importa, o no quieren recordar el tiempo que han estado disfrutando de la aplicación gratuitamente,si pensasen el dinero que han ahorrado en sms durante este tiempo e hiciesen cuentas verían como resultan irrisorios esos 89 céntimos,que no hablamos de una fortuna señores.Ademas habrá que premiar la iniciativa y la creatividad a la hora de crear aplicaciones.Yo ya los he pagado señores y no me ha pasado nada,así que si yo puedo todos pueden y créanme no vas a ser un paria por ello.

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