Pablo Casado, nuevo Presidente del PP, en su visita a Lugo en la campaña de las primarias. Foto: El Progreso |
A pesar de que tengo cierta alergia a hablar de temas nacionales en el blog, es innegable que en ocasiones la influencia de asuntos de corte estatal es muy notable en la ciudad, así que tampoco se trata de recharzar algo simplemente porque sucede de Nadela para allá. Es el caso de la elección de Pablo Casado como el nuevo Presidente del Partido Popular, algo que en Lugo tendrá sus consecuencias para algunos.
Empezaré dándoles mi opinión sobre el nuevo Presidente del PP… y es que no la tengo. Desde que abandoné el partido hace ya unos cuantos años, mantengo amistades en el PP como no podía ser de otra forma, y sigo interesado en saber qué hacen a nivel interno para elegir los cargos que desempeñarán sus funciones en Lugo, ya que no podemos olvidar que es el partido más votado de la ciudad y eso tiene influencia sobre los ciudadanos, sean del color que sean. Sin embargo mi interés en el PP decae cuanto más se aleja de la Muralla (me pasa con todos los partidos) y eso hace que haya estado bastante poco atento a la elección de su presidente.
Foto publicada por Joaquín apoyando a Casado en su Twitter. |
Mi punto de partida no era demasiado positivo. Me sonaba a que Casado era una especie de mezcla de laboratorio entre Albert Rivera y Pedro Sánchez, algo más pensado para quedar bien en la tele y salir guapo en las fotos (sin fuera una mujer eso no se podría decir porque nos comen con patatas por mencionar características físicas) que para dirigir un país, y con unas ideas que me sonaban bastante carcas. Sin embargo hubo algo que hizo que me replantee mi punto de vista, y no fue otra cosa que el apoyo expreso del exalcalde y amigo Joaquín García Díez.
Joaquín es reflexivo y prudente, y si él se lanza a la piscina para apoyar a alguien tan decididamente no es por interés propio (en anteriores ocasiones así lo demostró, poniéndose del lado, no de quien creía que iba a ganar, sino de quien creía que debía ganar) sino por auténtica y genuína fe en esa persona. Eso hizo que viera a Casado con otros ojos, la verdad, y si bien reconozco que no basta para una “iluminación”, sí para que sea algo más tibio con mi primera impresión negativa, generada por los apoyos de “hazte oír” y otros colectivos que me dan algo de miedo. Veremos por dónde va la cosa.
Pero no quería hablarles solamente de eso, sino de las consecuencias que puede tener la elección de Pablo Casado en Lugo. Para empezar, parece que por mucho que quieran integrar a las listas perdedoras, es complicado que Barreiro siga al frente de la portavocía del PP en el Senado tras su apoyo expreso a Soraya Sáenz de Santamaría. A día de hoy, ese cargo probablemente sea uno de los dos o tres más visibles que tiene el PP a nivel nacional (no olviden que en el Senado disfruta de mayoría absoluta) y algo me dice que no es sencillo que se lo dejen a quien apostó por otra lista. También es cierto que Barreiro es un hombre inteligente que sabe hacer su papel y no es fácil encontrar un argumento para sustituirlo sin que parezca una vendetta.
Por otro lado, en la ciudad de Lugo ha habido de todo, aunque más apoyos a Casado desde el principio, pero dado el escaso peso de nuestra urbe en la política nacional no sé hasta qué punto se verán premiados por su apuesta. Las consecuencias pueden ir más por ajustes "internos" que por "ascensos" por los servicios prestados. Vamos, que dudo que vaya a meter a nadie de Lugo en la Ejecutiva por su apoyo, o al menos no solamente por eso.
Lo que sí es cierto es que la victoria de Pablo Casado complica al PP notablemente su argumentario de cara a futuras elecciones. Eso de despreciar a los gobiernos formados por listas que no son la más votada se tendrá que terminar, porque las comparaciones son terribles y cuando Soraya ganó la primera votación de las primarias les hizo la puñeta a todos los de su partido que hablan de “coaliciones de perdedores” y esas cosas, ya que en el PP no ha habido realmente una segunda vuelta, sino que se eligió a los compromisarios (igual que hacemos con concejales, diputados y demás) y éstos a su vez votaban al nuevo Presidente, así que a ver con qué cara critican a los demás que hagan eso mismo. La unión de los compromisarios "de Casado" y los "de Cospedal" (de los otros casi no hay que hablar porque Margallo ya dijo siempre que se presentaba solamente para luchar contra la ex-vicepresidenta) han hecho que aquel superase a Soraya y eso no se diferencia en nada, por ejemplo, de lo que ha aupado a Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno.
En fin, veremos qué nos depara el futuro. Por de pronto lo que sí sabemos es que es una nueva etapa que puede suponer el repunte del PP o su caída definitiva y en una ciudad como la nuestra, que vota en elecciones locales dando tanto peso a lo que ven en el telediario (algo que me resulta inconcebible pero que ocurre) tendrá un reflejo casi inmediato.
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