Querido Pepe:
La noticia de tu marcha me cogió de vacaciones en Roma. Habíamos quedado de tomar un café a la vuelta, porque coincidía que te ibas a ir tú precisamente a esa ciudad de viaje, y como la conozco bastante te iba a dar una lista de sitios curiosos a los que ir y algunas orientaciones, pero el mazazo que nos pilló a todos por sorpresa lo ha hecho imposible. No te imaginas lo que me acordé de ti esos días paseando por la ciudad eterna.
Siempre recibía tu llamada a primerísima hora con un alegre saludo “hola Luisín”. Siempre charlábamos un ratito antes de grabar y siempre fuiste atento, amable, amistoso y entrañable. Siempre preguntabas por la familia, por mis padres, por cómo iban las cosas… Esos "siempres" ahora serán "nuncas". Hablábamos de nuestros temas personales, de la salud, de los momentos buenos y también de los malos… Insistías en hablarme de baloncesto y me intentabas convencer de dejar de ser la oveja negra de una familia de forofos de ese deporte, pero lo hacías con esa gracia y buen rollo que te caracterizaba y te reías mucho cuando no lograbas llevarme a un partido. Incluso ahora escribo esto con una sonrisa en la cara a pesar de las circunstancias.
Supongo que durante mucho tiempo, cada vez que pase por delante del 36 de la calle Progreso te buscaré con la mirada, porque coincidíamos mucho allí y los cafés contigo siempre fueron maravillosos. Me queda un cargo de conciencia porque la última vez que te vi estabas precisamente en una de las banquetas de esa cafetería y me dijiste de tomar algo, pero iba con prisa y te dije "a la vuelta". Y no hay vuelta. La vida es así.
Hay gente con la se conecta y tú eras una de esas personas, y te echaré muchísimo de menos. Más allá del gran profesional, de ser una de las voces más populares de la radio en Lugo, del positivo uso que hiciste siempre del poder de las ondas… echaré de menos a la persona. No sé si atreverme a calificarte de amigo, pero desde luego para mí siempre fuiste más que un mero conocido. Fuiste una persona fiable, rigurosa y que aportó luz a este oscuro mundo en que nos ha tocado vivir.
Muchas gracias por todo.
Hola. Muy emotivo artículo. Yo también conocí a Pepe y a los compañeros de Radio Lugo hace un montón. En 1997 que pasé una temporada maravillosa en la radio. La noticia del fallecimiento de Pepe me cogió de vacaciones en Lugo dónde voy con mucha frecuencia y a pesar de que no le había vuelto a ver en estos 25 años no le había olvidado ni a él ni a los compañeros de la radio que vuelvo a decir que fue un momento maravilloso. Quizás porque éramos más jóvenes y sin preocupaciones pero también por la buena gente que eran todos ellos. Me quedó con tu idea de que a veces vamos con prisa por la vida y no paramos a tomar ese café, o charlar un rato pensando que lo haremos más adelante y luego igual no hay ese momento futuro. Un fuerte abrazo y ánimo. Siempre nos quedará el recuerdo de Pepe.
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