Un magnífico aparcamiento en pleno centro... que no podemos usar y que gestionan los mismos que exigen a los demás abrir los suyos. Curioso. |
Uno de los habituales soniquetes de PSOE y BNG en Lugo para
paliar el déficit de aparcamiento creado en el casco histórico por las medidas
aplicadas por ellos mismos, es pedir a la Xunta de Galicia que abra al público
el estacionamiento que hay en el interior del edificio administrativo
autonómico, en la subida a la Ronda (calle Luis Cordeiro).
Es un planteamiento que puede parecer razonable e incluso
puede serlo. Hay problemas de seguridad relevantes, ya que ese aparcamiento está
en el sótano de la Xunta, pero se podrían afrontar para ganar un nuevo espacio
en que los lucenses pudieran dejar sus coches para acercarse al casco
histórico. Lo que me hace dudar de la sinceridad de esa demanda es que no
apliquen el mismo principio a un edificio cuya administración llevan ambos
partidos y que está en pleno centro: la Diputación.
La misma lógica que se aplica al aparcamiento de la Xunta se
debe aplicar al de la Diputación, salvo que simplemente se trate de una mera
estrategia de confrontación para arañar algún voto.
En pleno San Marcos, no es mal sitio para dejar el coche. |
Donde sí tienen razón, sin matices, es en los aparcamientos de los institutos Masculino y Femenino, donde hay amplios espacios que están muertos de risa por las tardes y fines de semana y que se podrían abrir al público tal y como se ha hecho en el edificio municipal del Seminario o, recientemente, en el Hogar de Santa María, esta última una acción que sería digna de aplauso si no hubieran sacrificado caprichosamente unos magníficos árboles que “estorbaban”.
Este doble rasero es muy habitual. Sin dejar el tema de los
aparcamientos, por ejemplo, se pedía insistentemente la rebaja de los precios
del aparcamiento del HULA, una instalación rodeada por amplias zonas donde
estacionar al aire libre de forma gratuita, mientras los subterráneos
municipales (Santo Domingo, Plaza del Ferrol y de la Constitución) son los más
caros de la ciudad, y a los que en los últimos años se ha permitido subir el
precio escandalosamente sin ningún motivo real.
Cuando una situación es equiparable pero se piden cosas diferentes tenemos que empezar a pensar que seguramente hay detrás una motivación política o interesada. No queda otra. Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago.
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