miércoles, 12 de noviembre de 2025

El Ayuntamiento de Lugo se abre a la privatización de las licencias de construcción

 

Las vueltas que da la vida, ¿verdad?

En el 2018 el gobierno local de Lugo acordaba con las asociaciones profesionales acelerar las licencias de obra incluyendo para eso la figura de las ECCOM (más adelante vemos qué son y cómo funcionan).

Después, no hace ni cuatro años, el mismo gobierno local de Lugo rechazaba las ECCOM argumentando que iban contra la función pública, diciendo cosas tan gruesas como que era necesario que la administración controlase todo el proceso de licencias "en pro de las garantías del procedimiento y del interés general". Esas palabras fueron pronunciadas por la entonces concejala de Gobernanza, nuestra querida y tristemente fallecida Paula Alvarellos.

La propia Paula, en su lamentablemente corta etapa en la Alcaldía, cambió de nuevo la música y la letra, y abrió la puerta a la entrada de las ECCOM. Hoy sabemos que la licencia de un edificio de 46 viviendas y ocho plantas ha sido tramitada en menos de un mes gracias a la intervención de una de estas entidades. Probablemente fue su mayor logro a largo plazo para la ciudad.

La realidad ha vencido a la tozudez burocrática.

¿Qué son las ECCOM? Son las siglas de Entidad de Certificación de Conformidad Municipal. En resumen, se trata de empresas privadas que sustituyen la lenta burocracia administrativa por la agilidad privada. Revisan los proyectos y certifican que cumplen las normativas, y así el Ayuntamiento sólo tiene que poner el sello y se ahorra hacer los informes técnicos, que ya vienen dados.

Las ECCOM no son cuatro amigos que montan un chiringuito. Son entidades que se tienen que acreditar ante la administración y que tienen lo que esta última soslaya siempre: responsabilidad. Por la cuenta que les tiene lo harán bien, porque si meten la pata lo pagarán, literalmente hablando. Y encima lo tienen que hacer mejor que la propia administración y más rápido.

La normativa viene a decir que cuando hay una ECCOM de por medio el plazo para resolver una licencia es de un mes. Bien es cierto que si no la hay esa misma normativa habla de tres meses, pero en este caso se incumple flagrantemente, y no es raro que pasen años esperando una licencia para hacer obras necesarias… y no pasa nada. El mes, por lo que se ve, sí que lo cumplen, e imagino que será porque las ECCOM estarán pendientes (por la cuenta que les tiene) de que así sea.

En realidad, lo que se está haciendo es privatizar la gestión… y mejorarla. Es tiste. Se ve que una empresa puede hacer en menos tiempo lo que la administración eterniza, e incluso este gobierno autodenominado “progresista y de izquierdas” recurre al vil y malvado sector privado para salir del pozo en que se han metido.

A mí me parece bien, qué quieren que les diga. Se abre una nueva puerta que se limita a quienes tengan los recursos económicos para usarla, pero no supone un menoscabo de los demás. El resto de los mortales podemos seguir usando el procedimiento “normal” y esperar, y de hecho se entiende que se mejorarán los tiempos porque se alivia una carga importante de trabajo en la administración. Así que bien para todos.

Lo que no se comprende es por qué se resistieron tanto a usar esta herramienta, si al final han acabado tragándose el orgullo igualmente.

martes, 11 de noviembre de 2025

Un auditorio que no hay por dónde cogerlo

Inauguración del nuevo Auditorio. Foto: La Voz de Galicia

El nuevo auditorio de Lugo es una chapuza, una aberración desde prácticamente cualquier punto de vista. Ni la ubicación, ni el tamaño, ni la distribución, ni las dotaciones ni las instalaciones me parecen acertadas. No han dado una.

La responsabilidad del desaguisado es compartida, pero mayoritariamente recae en la Xunta de Galicia, que se gastó una barbaridad de dinero (me parece que eran en torno a los 20 millones de euros) para construir “eso”.

Sí, ya sé que ha recibido muchos premios de diseño, pero qué quieren que les diga, aquí no necesitábamos una obra muy mona sino algo práctico, y no lo es. También recibieron premios el MIHL, que está abandonado a su suerte, o la casa de madera inútil que nos han vendido como el no va más de la gestión pública y es otro desastre.

El nuevo auditorio está en un sitio absurdo. Lo suyo sería que estuviera céntrico o en una ubicación que se pudiera ir andando desde una parte importante de la ciudad, pero no, lo han puesto en un lugar incomodísimo para todos, salvo, por supuesto, las pocas personas que viven en el entorno. Y digo pocas porque desde unos cientos de metros, a la vista de las pendientes que hay por allí, seguramente irán en coche, si van.

Además, el lugar donde está ubicado presenta enormes problemas de aguas subterráneas, como el MIHL, y según tengo entendido también tiene bombas funcionando para sacarlas. De hecho, aparentemente cuando estuvo cerrado varios años tras su finalización, uno de los problemas es que las zonas bajas se inundaron porque habían apagado todos los sistemas.

El tamaño del auditorio es un disparate y mal aprovechado. Es enorme, pero está mal distribuido porque hay salón central que tiene únicamente 50 butacas más que el Gustavo Freire. Después tiene otra sala de unas 300 butacas que no sé para qué demonios se ha hecho (hay un montón de sitios en Lugo para acoger actividades de ese tamaño) y varias salitas que sólo sirven para contener aire, porque nadie quiere usarlas. Ni la Sociedad Filarmónica, ni la Banda, ni la Escuela de Música… nadie se quiere ir allí. Está a desmano y por muy bonitas que hayan quedado las instalaciones es incómodo.

Las dotaciones e instalaciones son otro disparate. Los camerinos, tal y como han denunciado desde la productora de la obra 1936 (que iba a venir a Lugo y canceló su actuación) no son adecuados. La obra incluye que una actriz haga tres papeles diferentes, y por lo visto los camerinos están en el sótano (en lugar de tras el escenario, como es habitual) y no le da tiempo a andar subiendo y bajando para cambiarse.

Tampoco están bien diseñados los elementos técnicos. Ni las grúas, ni el número de focos, ni los soportes, ni las instalaciones son suficientes para acoger grandes montajes, que quizá tampoco vendrían por 900 personas.

Está lleno de escaleras por todas partes. El público accede por una cota alta, y después tiene que andar superando desniveles, lo que no tiene el menor sentido hoy día. ¿A quién se le ocurrió la brillante idea de hacerlo así?

Por último, no tiene foso. Ese disparate, que no cabe en cabeza humana, impide que puedan venir musicales, óperas o montajes musicales decentes. Se dice que está pensado “para hacerlo si hace falta”. Pues ya están tardando.

La Xunta de Galicia ha metido la pata, y de qué manera, con este Auditorio. Ha sido un gasto criminal de dinero público para que no sirva para nada. Han hecho otro “haiga”, un edificio disparatado, con un mantenimiento bestial y que no tendrá casi ninguna utilidad práctica que no cubriera ya el Gustavo Freire.

Los lucenses queríamos un auditorio, pero no esto. Con que hubieran hecho una gran sala para una capacidad más amplia (quizá 1.500 o 2.000 butacas) que fuera realmente una mejora en lo que ya teníamos sería suficiente, con dotaciones adecuadas y sentido común. Y había sitios mejores donde hacerlo. Pero no, han optado por salir adelante con lo primero que se les pasó por la cabeza.

No pasará nada. Han tirado 20 millones de euros a la basura, pero no habrá ni dimisiones, ni responsabilidades, ni siquiera una disculpa.

lunes, 10 de noviembre de 2025

La factura de la discordia

A la izquierda el decreto en que Arroxo "corrobora" "la efectiva ejecución de los servicios detallados". A la derecha el decreto de Miguel Fernández en que indica que "no está acreditada" la realización del servicio. La actuación, realmente, no tuvo lugar.

La semana pasada nos enteramos del sainete que ha montado el gobierno local con una factura que se iba a pagar por un servicio no prestado. La oposición lo denunció y se montó un cristo de los que hacen época. Veamos qué ha pasado.

En primer lugar, tienen que saber que el Alcalde de Lugo, Miguel Fernández, se ausenta una o dos horas hábiles cada cierto tiempo para que el primer teniente de alcalde, Rubén Arroxo, asuma las funciones durante ese tiempo y así pueda firmar el pago de facturas a las que el servicio de intervención pone reparos. Como lo leen. La última fue desde las 14:00 horas de un día hasta las 7:30 del día siguiente, es decir, que estuvo menos de una hora de “horario administrativo” para firmar eso. Es como la versión administrativa de esa película, “La Purga”, en que un día al año todos los crímenes son legales, incluido el asesinato. El Alcalde no quiere firmar facturas que la intervención asegura que no son correctas pero, en vez de rechazarlas, deja en manos de su socio de gobierno levantar los reparos de intervención.

¿Qué es un reparo de intervención? Es una advertencia, que incluso puede llegar a la paralización preventiva, que hace el órgano de intervención (que es el que vigila los movimientos económicos del Ayuntamiento) cuando considera que un trámite no cumple los requisitos exigidos, ya sea por una ilegalidad o por un incumplimiento presupuestario.

En Lugo es muy habitual que se paguen facturas que intervención no ve plenamente adecuadas por uno u otro motivo. En el año 2019 el Ayuntamiento autorizó pagos por 27.911.883 € que incluían reparos de legalidad. En 2020 ese disparate subió a más de 34,5 millones de euros. De estos últimos años no he logrado encontrar datos.

Sobre la factura que nos ocupa, el caso es más que llamativo. Se refiere a una actuación de Lugo Máxico (esa iniciativa que llevaba el Mago Rafa hasta que el departamento de Cultura, dirigido por la nacionalista Maite Ferreiro, lo asignó a su amigo personal, el Mago Antón). Se trataba de un espectáculo que iba a tener lugar en el auditorio Fuxan os Ventos pero que no se celebró porque hubo un problema con el sistema anti incendios (que saltó por una actuación anterior).

Esto fue en mayo. Sorprendentemente la factura, de 1.149 euros, se tramita en julio según el listado aprobado por el Ayuntamiento (habría que ver la fecha de emisión, porque sería más que curioso que se haga una factura de algo que no se celebró) y los servicios de intervención la paralizan porque ven irregularidades. Y tanta irregularidad porque el acto no se celebró.

En octubre el Alcalde, una vez más, deja su puesto un par de horas y el teniente de Alcalde ordena el pago de esta factura, entre otras también con reparos de intervención… Vale que se pueda colar una factura “ordinariamente”, pero si intervención dice que está mal lo suyo sería mirarla con lupa. Pues no. En el decreto firmado por el titular accidental de la alcaldía se dice textualmente que se corrobora “a efectiva execución dos servizos detallados nelas”. Pero no fue cierto, no hubo tal actuación.

Un mes más tarde el propio Alcalde corrige el decreto firmado por el teniente de Alcalde y excluye la factura en cuestión porque “non está acreditada a realización do servizo”, lo que contradice lo que se decía en el decreto anterior.

El PP insinúa malversación(1) por parte de Rubén Arroxo, y éste monta en cólera montando una rueda de prensa con toda la plana mayor de su partido y califica de “bulo” la acusación y amenaza con ir al juzgado, ya que, según su versión, no pasa nada y es un error que ocurre “frecuentemente” y que se detectó y por eso se paralizó el pago. Lo que no dice es que ese error ya se detectó antes de que él autorizase dicho pago y que ignoró las advertencias y siguió adelante con el trámite, lo que no tiene mucho sentido porque para eso están, precisamente, los reparos de intervención que se pasan por el forro día sí y día también.

Lo que es para echarse a temblar es que la defensa del BNG sea que esto ocurre "frecuentemente". Es como cuando dijeron desde el gobierno que la previsión de seguridad cuando una vaca mató a una persona en las fiestas fue "idónea". ¿En qué manos estamos si se tramitan “frecuentemente” facturas de servicios que se asegura que se prestaron y realmente no existieron? ¿Para qué pone el decreto que se ha comprobado que el servicio a pagar sí se prestó, cuando realmente no se prestó?

El problema de fondo de todo esto es que la gestión de los pagos se hace a lo loco, ignorando los controles de intervención y normalizando que pleno tras pleno haya un capítulo para “levantar” los reparos de intervención y pagar facturas que no reúnen los requisitos legales para ello. Eso sí, si usted comete un “erro” con el pago de tasas o se le pasa un plazo, le meten un palo de narices. Así funciona el tema.

¿Hay motivos para la alarma? Sin la menor duda, sí. Ignorar sistemáticamente las advertencias del órgano que fiscaliza el pago de facturas no es lo más tranquilizador del mundo, pero oigan, juzguen ustedes.

Quizá la sobrerreacción del BNG esté justificada, pero no por la metedura de pata que han tenido con la factura, sino porque así intentan desviar el foco de la opinión pública de su metedura de pata con Alonso Montero a cuyo homenaje, dicho sea de paso, ni se dignaron asistir.


(1) La malversación es el delito que comete un cargo público que se apropia, desvía o utiliza indebidamente fondos o bienes públicos que tiene a su cargo, con o sin ánimo de lucro.

viernes, 7 de noviembre de 2025

Xesús Alonso Montero será dende maña fillo adoptivo de Lugo (mal que lle pese a o BNG)

Don Xesús Alonso Montero, mestre en moitos sentidos

O propuxo oficialmente a nosa anterior alcaldesa, a tristemente falecida Paula Alvarellos, e este sábado concretarase o nomeamento  de Xesús Alonso Montero como fillo adoptivo da cidade de Lugo xunto co represariado doutor Rafel de Vega. A iniciativa do nomeamento de Alonso Montero foi dun grupo de antigos alumnos do Lucus Augusti (“o masculino” para os amigos), que décadas despois de deixar as aulas seguen a recordar ao seu mestre con cariño e respecto.

Tamén deu clase en Maxisterio, e unha das persoas ás que ensinou foi a miña nai, que lembra ao seu profesor coma un loitador polo galego e por Galicia.

Alonso Montero é catedrático de Literatura Galega e foi membro da Real Academia Galega, ente que presidiu durante catro anos. Premio Juan Fernández Latorre de xornalismo en 1995, Premio en defensa dos Dereitos Humanos en 2000, Premio da Cultura Galega das Letras en 2019, Premio Laxeiro en 2022, Premio da Memoria Democrática 2023, Presidente do Foro pola Memoria Republicana de Galicia, membro das fundacións Otero Pedrayo e Rosalía de Castro... Una longa e extensa biografía de loita polas súas ideas galeguistas e de defensa das persoas dende a súa perspectiva vinculada ao comunismo.

Publicou en galego durante a ditadura de Franco (coordinador do libro “O porvir da lingua galega”, de 1968; “O que compre saber da lingua galega”, de 1969 entre outros), e foi represariado polo franquismo. A súa tremenda produción intelectual, que non reproduzo aquí por brevidade pero que poden consultar na súa biografía da Real Academia Galega, fíxolle e faille merecedor de moitas homenaxes.

Pero o de mañá é diferente. A Alonso Montero non só se lle distingue pola súa labor coma pensador ou estudoso das letras, senón que se lle outorga o título de “fillo adoptivo da cidade de Lugo” pola súa etapa na cidade, da que sempre fala con agarimo, coma todas as persoas que o azar ou a profesión trouxo á nosa cidade durante uns anos.

Con esta biografía, coa súa incansable loita polo galego e por Galicia, a vinculación con Lugo e as ideas de esquerdas, ¿por que motivo o BNG votou contra Xesús Alonso Montero coma fillo adoptivo de Lugo? Non ten a menor lóxica, e no pleno de febreiro deste ano ocorreu o impensable: PP e PSOE avalaron cos seus votos o nomeamento dun destacado galeguista e o Bloque Nacionalista Galego se opuxo.

O pecado orixinal de Alonso Montero para o BNG e que é comunista. Resulta chocante que o Bloque, que conta co a UPG entre os partidos fundadores e maioritarios e que se describe coma agrupación de ideoloxía comunista, rexeite a Don Xesús por ese motivo, pero a explicación é coñecer o que significa o comunismo na súa vertente internacionalista.

O comunismo “de verdade” é internacionalista e, por definición, ao considerar que a loita de clases é global. De feito considera o nacionalismo coma un invento da burguesía. Non podemos esquecer que o nacemento do comunismo coma teoría e o seu auxe coma forma política ven de finais do século XIX e principios do XX, cando Europa era un taboleiro de xadrez de monarquías que foron fracasando e decaendo en ditaduras coma a italiana ou a nazi.

Aínda que moitas veces se fai unha simplificación pensando que o nacionalismo é de esquerdas, isto non só non é certo, senón que son conceptos totalmente contraditorios en esencia, pero é algo que se pasa por alto porque esixe certa reflexión.

Pero todo isto non ten a menor importancia. O BNG asinou acordos co partido comunista cubano sen problema algún. A explicación ten que ser outra.

A realidade é que o BNG non perdoa a Alonso Montero que o intelectual afee ao BNG a súa forma de “defender” o galego. Don Xesús dixo que “se hai unha formación política que está comprometida a fondo coa lingua galega é o Bloque”, pero logo engadiu que “o BNG é como esas nais que queren moito aos nenos pequenos, que os apretan tanto que os abafan”, polo que o BNG lle chamou “españolista extremista”. Manda carallo (o bo de facer este artigo en galego é que podo meter unha expresión tan gráfica no texto).

Non é só una frase, é unha forma de entender a promoción do galego. Para o BNG o camiño é a imposición e a ameaza, coma fixo na súa etapa do bipartito en que pretendían que aos restaurantes que non tiñan a carga en galego se lles baixara de categoría. Para Alonso Montero a senda é a da pedagoxía e a persuasión, crear agarimo pola lingua, non impoñela. Penso que Don Xesús ten razón, e por iso, en modestísima homenaxe a el, este artigo é hoxe en galego.

Alonso Montero é, segundo as súas palabras, “un galego en España”. Non considera o rexionalismo e a loita pola cultura galega como unha loita contra España, igual que, coma bo comunista, entende que as fronteiras son artificiais (iso o deberíamos entender todos, penso) e o nacionalismo unha creación discutible. Ese é o seu pecado de raíz para que o BNG, contra toda lóxica, vote contra o seu recoñecemento nesta cidade.

Tamén é certo que ese voto tróuxolles un problema interno de primeira orde, que tentan tapar con diferente tácticas que, polo de agora, no están resultando moi ben. Eles mesmos. Veremos se mañá aplauden a Alonso Montero e tentan reparar o seu inconcibible erro.

Alonso Montero é un comunista de verdade, é un galeguista de verdade, e, ao marxe da súa ideoloxía política, merece ser fillo adoptivo de Lugo de verdade.

jueves, 6 de noviembre de 2025

Diez años después, el PP reivindica a Cacharro

No es fácil llenar hasta la bandera el auditorio de Veterinaria, y menos aún para un homenaje a alguien que falleció hace una década. Ayer se logró.

Ayer el PP de Lugo cerró, en palabras del hijo de Cacharro, una herida que llevaba abierta más de 10 años. Un homenaje a Francisco Cacharro a los diez años de su fallecimiento fue el símbolo de la reconciliación con la figura de un hombre que fue tan importante para Lugo como polémico (esas dos consideraciones son prácticamente inseparables). Se presentó un vídeo y un libro (en que se me invitó a colaborar, y lo hice con un modesto artículo sobre el protagonista), y hubo buenas, y muy necesarias, palabras sobre Cacharro.

Su familia, compañeros de partido, allegados e incluso muchos de los que fueron adversarios se reunieron ayer para recordarle en el salón de actos de la Facultad de Veterinaria que, casualmente, ayer celebraba los 41 años de su inauguración en gran parte por el tesón, por no decir cabezonería, de un Francisco Cacharro al que Lugo le debe muchos de sus actuales puntos cardinales.

El evento en sí estuvo muy bien organizado, con intervenciones breves. Normalmente estas cosas son un coñazo más o menos encubierto, pero esto no pasó ayer, reconozco que para mi sorpresa. Salvo una intervención un poco histriónica y con un encaje forzado en el evento, el resto fue prudente, razonable y conciliadora, destacando la que Francisco Cacharro hijo hizo en nombre de la familia.

Si hubiera que destacar tres aciertos del homenajeado, creo que serían la llegada de la universidad a nuestra ciudad en las mejores condiciones, la creación de una ambiciosa y amplia red de comunicaciones provincial (ayudando a corregir en parte el eterno déficit de carreteras en Lugo) y el convenio con la Diputación de Orense para poner el foco de atención en la Ribeira Sacra, una zona que un visionario Cacharro apreciaba como lo que era. Son tres de muchas, ya que la Reserva de la Biosfera, la creación del Parque del Rato, el nuevo pabellón del Breogán o infinidad de cuestiones adicionales se deben a su iniciativa, empuje o apoyo.

En cuanto a la politización de su administración, qué quieren que les diga, todas lo están y como se suele decir “otros vendrán que bueno me harán”. Conozco a personas que trabajaban en la Diputación en su época y que no eran ni de lejos simpatizantes de su opción política, pero ayer estaban en el homenaje porque Cacharro nunca se metió en eso y, si hacían bien su trabajo, los apoyaba decididamente. Luego vinieron otros que entendían (y entienden) la Diputación como su feudo e, incluso hoy, marginan a quienes no comulgan con sus ruedas de molino, pero tienen la cara dura de insultar públicamente a sus antecesores.

Pero más allá de la figura pública y privada que se homenajeó ayer, el acto en sí tiene un enorme simbolismo interno para el PP por muchos motivos. Elena Candia, que es una persona hábil e inteligente como pocas veces hemos visto en Lugo, logró, y permitan que recupere de nuevo la expresión de Francisco Cacharro hijo, cerrar una herida que llevaba sangrando más de una década.

Cacharro lo fue todo en Lugo, y sus propios compañeros lo ningunearon y dejaron de lado cuando dejó de serlo. También él se lo hizo a otras personas, pero ver en algunos actos sentado solo a quien tanto ayudó a tantos era una imagen terrible que ilustraba lo cainita que puede ser ese mundillo. Es algo habitual en política, donde los carroñeros abundan, pero no deja de ser triste. Pregunten a Felipe González o a José Manuel Beiras qué opinan sobre esto.

Más allá de los protagonismos, las envidias y el “quítate tú para ponerme yo” dentro de su propio partido, la lucha contra Cacharro dentro de la casa fue la pelea entre dos formas de entender la política: la boina y el birrete, los que basaban su acción en hablar con todo el mundo y los que la creían más adecuada desde una postura técnica, dos posturas que tienen virtudes, pero cuyas perversiones son, respectivamente, el populismo y la arrogancia.

Esto no es exclusivo de un partido. La ciudad de Lugo ha sufrido en los últimos años ejemplos sobrados de gobiernos que destilan soberbia por todos sus poros y que gastaron ingentes cantidades de dinero (y lo que está por venir) en comilonas sostenidas con fondos públicos para pagar favores electorales, y al tiempo en obras absurdas que nadie había pedido, fruto de “opiniones técnicas”, y que no sirven absolutamente para nada. Obras que acarrearán gastos enormes hasta que finalmente alguien tire la toalla y cierre instalaciones inútiles que, como las Caldas, se les había advertido que eran un error manifiesto. Dos ejemplos del populismo y la arrogancia de las que hablábamos.

Elena Candia ha sido sabia impulsando este acto, entendiendo que esa pelea nunca se debió dar porque el truco está en combinar ambas cosas. Ni se trata todo de crear una red de contactos personales ni de buscar gobiernos hechos por sabios. Se trata de equilibrar ambas cosas porque si se pierde el contacto con la gente real no se gobierna para ellos, pero si se ignoran las cuestiones técnicas e intelectuales se hará mal, por mucho que se mantenga “el pulso de la calle”.

Con sus luces y sus sombras (¿quién no las tiene?), Lugo le debe mucho a Francisco Cacharro Pardo. Negarlo es absurdo.

miércoles, 5 de noviembre de 2025

Ahora se acuerdan (obligados) del barrio del Carmen

El barrio del Carmen es una perita en dulce especulativa para el futuro. A un tiro de piedra de la Muralla, lleva abandonado décadas.

A todos nos gustan las ofertas: descuentos, rebajas, segunda unidad al 70%, 3x2 y un largo etcétera son los ganchos con los que las grandes cadenas de alimentación y otros artículos nos atraen como los merluzos que a veces somos. Suelen tener truco y hay que fijarse bien en los precios y comparar con otros lugares, porque, aunque sí es verdad que la mayor parte de los descuentos son reales, hay veces que sale más cara esa oferta que el precio normal en la competencia. Todo es ponerse y analizar.

Donde las ofertas de 2x1 son un poco más preocupantes es en la gestión pública, y no sólo tenemos eso, sino que a veces nos encontramos con 3x1 o incluso 4x1. Dos, tres o cuatro administraciones pisándose unas a otras para hacer lo mismo, y todas mal o insuficientemente.

Incluso a veces hay duplicidad dentro de una misma administración. No hay más que ver el programa de actos del Ayuntamiento de Lugo para Samaín, donde no sólo se presentaron dos carteles y dos listas de eventos, una “de Cultura” (es decir, del BNG) y otra “de Juventud” (es decir, del PSOE) que incluso chocan en horario y actividades. Si eso pasara con otra administración hablarían de "deslealdade institucional" pero claro, hay que mantener el pacto a toda costa que hay muchos sueldos (que pagamos todos) en juego.

Eso es una anécdota demostrativa, pero por desgracia no la única ni la peor. Cuando se usa el puzle competencial para tirarse los trastos entre diferentes entes es todavía peor. Las llamadas “competencias exclusivas” se sacan a relucir cuando interesa, y las “competencias impropias” (que son las que una administración asume sin ser suyas, pero porque le interesa para captar votos) son el pan nuestro de cada día.

Si quieren ejemplos tenemos uno que viene en la prensa de hoy: el Ayuntamiento pide a la Xunta de Galicia (“exige”, mejor dicho) que haga excavaciones en el barrio del Carmen para ver si hay restos y, una vez tengan eso claro, poder planificar el futuro de la zona. Es curioso que ese mismo planteamiento se presentó hace años desde Lugo Monumental para el casco histórico y el Ayuntamiento no lo apoyó… Se ve que cuando ven una buena idea esperan para copiarla más tarde y así se hacen los ingeniosos.

Justifican su exigencia, o eso dicen, en que la Xunta tiene las competencias “exclusivas” sobre arqueología, pero entonces resulta difícil de entender que el municipio tenga en nómina a arqueólogos si la administración no tiene funciones sobre el asunto.

En todo caso lo del Carmen se lo han tomado con calma. Hace décadas que ese barrio está olvidado y abandonado, ha sido fruto de problemas urbanísticos que han acabado en el juzgado con un resultado nefasto para el Ayuntamiento, y aquí todo el mundo tiene parte de culpa porque el Plan General que metió la pata en el 91 era de un color, pero la inacción desde que esto se sabe es del otro así que nadie está libre de pecado.

¿Por qué, tras 25 años en el gobierno, se saca del sombrero ahora esta propuesta el PSOE? La explicación es sencilla: porque Ramón Cabarcos, de lejos el mejor concejal que tiene ahora mismo el PP de Lugo (con permiso de Cristina Sanz), propuso hace un par de días un pleno extraordinario para aclarar el futuro de un barrio abandonado por el gobierno.

Sí, es cierto que han gastado un montón de dinero de fondos europeos en hacer una reforma que no ha valido para nada. Bueno, miento, han quitado aparcamientos y han mejorado el acceso a alguna casa de dudosa reputación, pero nada más. No ha habido ni una rehabilitación, ni una mejora, ni una sola persona que haya decidido irse a vivir a esa zona que, como siempre, vivió una actuación “histórica” y “regeneradora”. No dudo que se haya regenerado algún bolsillo.

Pero ni se ha mejorado en nada la situación de un barrio en que sólo se tiene en cuenta el trocito que se ve desde la Ronda (a pesar de que llega mucho más lejos), ni se ha aclarado su futuro urbanístico, ni se ha llevado a cabo aquel tan cacareado aparcamiento que nos vendieron con un convenio que no han ejecutado, entre otras cosas porque probablemente fuera ilegal hacerlo, como se advirtió desde este modesto blog.

Y ahora que Cabarcos pone el acento en el tema “se acuerdan” del barrio y, como no tienen ni la menor idea de cómo sacarlo adelante, echan balones fuera al habitual tejado de la Xunta, que por supuesto es el enemigo a batir.

El problema es que quien debería saber qué hacer es el Ayuntamiento, pero está demasiado ocupado apagando fuegos. Y el Carmen seguirá a la espera.

martes, 4 de noviembre de 2025

¿Por qué a veces los informes de ICOMOS son sagrados y otras se ignoran?

A la izquierda la placita que se va a derribar "porque es muy fea". Cosas peores hay en Lugo.
A la derecha la parte baja de la plaza que sí, es horrenda, pero quizás habría otras soluciones que tirar con todo.
Fotos: Google Maps y La Voz de Galicia respectivamente.
 

Hace más de 25 años el casco histórico de Lugo vivía un momento dulce y esperanzador. El entonces alcalde, Joaquín García Díez, acababa de peatonalizar, en tiempo récord (sobre todo teniendo en cuenta que los medios eran menos avanzados que hoy) una parte importante del centro y eliminó los coches de la calle de la Reina, Campo Castillo, Juan Montes y un larguísimo etcétera. También llegó a un acuerdo con Defensa para adquirir el Cuartel de San Fernando para construir allí el tan ansiado Auditorio de Lugo y dejó la alcaldía con un concurso de ideas resuelto y un proyecto para esa dotación.

La entrada de José López Orozco en la Alcaldía cambió esto último. Desechó el proyecto que había dejado Joaquín aprobado e hizo modificaciones que implicaban grandes cambios en el edificio y una estructura mucho más agresiva con el entorno… y entonces apareció el famoso informe de ICOMOS, que aseguraba que el proyecto amenazaba la continuidad de la Muralla como Patrimonio de la Humanidad.

Se tomó aquel informe, que no era vinculante, como Palabra de Dios y se metió en un cajón definitivamente la idea del Auditorio en San Fernando, lo que retrasó 20 años (ya saben, los tiempos de Lugo son los que son) y alejó la dotación a una zona poco acertada por su incómoda ubicación, pero eso es otra historia.

Un cuarto de siglo después el Ayuntamiento de Lugo se pone manos a la obra para permitir que un mamotreto inconcebiblemente inapropiado se edifique en la esquina de la Ronda de la Muralla con San Roque, derribando edificios tradicionales y escalando hacia el cielo una nueva mole que, por si eso fuera poco, ni siquiera da continuidad a los soportales que hay donde actualmente está el Froiz.

En 2014 el Colegio de Arquitectos informa contra ese proyecto. En 2021 lo hace ICOMOS y en 2022 la Real Academia Galega de Belas Artes. El proyecto sigue adelante.

Hace unos meses el BNG presentó una propuesta para gastarse la nada despreciable cifra de 1.2 millones de euros en derribar la plataforma que está entre la Ronda, Montero Ríos y el Froiz y construir una nueva porque la que hay les parece fea. Bien es cierto que bonita no es, pero quizá había alternativas, pero no preguntaron a nadie. No hubo un concurso previo de ideas para adecentar la zona sin gastarse esa barbaridad, ni propuesta alguna que sepamos, sino simplemente pusieron sobre la mesa el talonario de todos para ejecutar su genialidad y punto.

El 29 de octubre, ICOMOS informa de que el Ayuntamiento de Lugo no ha cumplido con sus obligaciones de información previa a la UNESCO ni con la tramitación obligada por la protección de la Muralla con esa actuación. El proyecto sigue adelante.

¿Qué diferencia hay entre el frustrado auditorio en San Fernando y el mamotreto de San Roque o la cara (carísima) pasarela nueva en el Carril de las Flores para que un informe de ICOMOS que era como el Santo Avenimiento ahora sea una molestia que se ignora y a otra cosa, mariposa? Yo no lo sé. ¿Y ustedes?

ANEXO: Descarga de documentos:

Contra la urbanización de San Roque

Advirtiendo de los incumplimientos en la tramitación de las actuaciones en la pasarela: