Esto no lo entiendo. A ver si alguien me lo explica. Tenemos un Presidente del Gobierno que se pone a contraprogramar al Papa con una visita sorpresa a Afganistán, que mira que no hay días en el año para tener que ir justo anteayer. Por si fuera poco, no va a ningún acto y se limita a despedirlo en el aeropuerto después de decirle que “España es aconfesional, que lo sepas”.
Esta actitud me parece razonable con una ideología progre de izquierdas y laica, pero no cuando viene de una persona que previamente se fue a arrodillarse en el Vaticano ante el mismo señor al que ahora menosprecia y cogió corriendo un avión para ir a rezar con Obama hace pocos meses. A ver a qué jugamos aquí.
Yo, personalmente, creo en la separación total entre Iglesia y Estado. No creo que sea razonable tener sacerdotes en los colegios, o que el Estado organice funerales religiosos. Tampoco comparto que el Presidente del Gobierno o El Rey vayan, institucionalmente, a misas o bodas religiosas. Lo suyo sería que si van a esos actos lo hagan a título particular, es decir, como personas físicas y no representando a nadie. Cuando se casaron las Infantas o el Príncipe, lo suyo sería que la de Estado fuera una ceremonia civil. Si luego querían ir a la catedral, pues muy bien, pero sin meter al Estado en ello. Habría que sentarse a dar una pensada a qué hacer cuando la familia una víctima del terrorismo, es un decir, quiere un funeral religioso. Ahí tal vez por respeto a la voluntad de la propia familia sí sería procedente acudir, igual que si quieren un rito hindú, mahometano o civil, pero sería la única excepción.
Sin embargo, si el Papa viene a España es un tema diferente. Primero porque es un Jefe de Estado, por pequeñito que éste sea, y segundo porque sí es cierto que representa a muchos millones de católicos en España y fuera de ella. La actitud de Zapatero, además de incoherente (lo cual sorprende ya menos que ver llover en Santiago) es una falta de respeto ya no sólo a los católicos, sino a su cargo. Eso sí, recibió con gran educación y respeto a Hugo Chávez, a Abu Abas (creador con Arafat del grupo terrorista palestino Al Fatah), a representantes de un grupo de organizaciones islámicas de España, a Gadafi, o a Paul Kagame (me resisto a hacer chistes con el nombre) presidente de Ruanda y orgulloso genocida.
No me parece mal que reciba a todas esas personas, que entra dentro de los sapos que hay que tragar en el cargo, pero las comparaciones son odiosas. No he visto a ningún grupo manifestándose contra esas reuniones, a pesar de que todas ellas son personas u organizaciones homófobas, racistas, sexistas y poco recomendables como pareja de baile. Al menos, menos recomendables que el Papa.
La realidad religiosa en España está ahi y la separación iglesia-estado no debe significar ocultarla como pareces proponer. El Rey o el presidente si deben ir a Misas, cuando tengan un significado dentro de nuestra sociedad. De la misma manera que asisten a unas regatas o a un partido de futbol, porque forman parte de una realidad social aunque no sea compartida por otros cuidadanos. El hecho religioso también forma parte de esa sociedad, no se puede arrinconar, entre otras cosas porque sería ir en contra de nuestras propias raices. Que el estado sea aconfesional no significa que ocultemos a nivel institucional que la fe católica es profesada por la mayoria de los españoles.
ResponderEliminarUn pais laico y democrático asume, tolera y dignifica cualquier expresion religiosa tanto espiritual como culturalmente.
Un pais laicista las arrincona e intenta eliminarlas más o menos agresivamente.
Creo que la base de todo esto sería la tolerancia sin olvidar nuestras raices.
En cuanto a la asistencia de la Familia Real o las instituciones a Misa (de acuerdo con las mayúsculas) no estoy de acuerdo con tu razonamiento, aunque me parece válido. Creo que no es comparable un partido de fútbol, por ejemplo, con una misa (aquí la mayúscula ya no procede jeje). No porque la Misa sea mala en sí, sino porque entiendo que las instituciones han de estar al margen de las confesiones religiosas tal y como dice la Constitución. Otra cosa diferente es que se mantengan relaciones de cooperación en ciertos ámbitos y que se reconozca la mayoría católica de España, pero no creo que eso ampare que nuestro Estado profese una Fe que, repito según la Constitución, no debería manifestar.
ResponderEliminarNo se trata de profesar una Fe cuando el Rey asiste a Misa( se entiende que el acto ha sido convocado por suceso o evento especial). Se trata de asistir a un acto organizado por una de la religiones de España. No se trata de asistir como creyente (que seguramente lo será) sino como Institución.
ResponderEliminarEso no implica una confesionalidad del Estado, como no significa que el Rey sea del PP o del Psoe si asiste a un acto convocado por una fundación de esos partidos o que sea de derechas o izquierdas si acude a un periodico de visita, cualquiera que sea su tendencia.
Las Instituciones deben estar representadas en los actos que la sociedad o una parte de ella organiza y los creyentes, en este caso católicos, también forman parte de ella.
Además este tipo de actos suele llevar aparejados componentes mas allá de lo religioso (aunque su motivo principal sea este) como la tradición, la cultura, las vivencias, los sentimientos, la etnología...) Por ello un gobernante que pretenda servir ha de acercarse a su pueblo sin discriminar a otros, pero sin olvidar a nadie.
Hola Nacho:
ResponderEliminarComprendo tu razonamiento, pero sigo sin compartirlo. El ejemplo de los partidos me vale perfectamente: El Rey no puede ir, institucionalmente, a un acto del PP, del PSOE o de cualquier otro partido. Tampoco debe hacerlo a título individual, pero eso es otro cantar en este caso. Sí puede, sin embargo, ir a actos de una fundación de esos partidos siempre que no se trate de actos políticos.
De la misma forma, me parece razonable que vaya a un acto de Cáritas Diocesana, o de alguna fundación de la Iglesia; que visite asilos de ancianos de la Iglesia, fundaciones o instituciones religiosas que hagan funciones sociales, que hay a miles... Es decir, que sean cosas cuya esencia sea diferente de la puramente religiosa.
A ver si me explico: no creo que tenga que escapar de la Iglesia como si fuera ácido, sino que entiendo que institucionalmente ha de mantenerse al margen.
En cuanto a la idea de que ha de compartir lo que la mayoría del pueblo quiere, me parece muy discutible, incluso peligroso. Por ejemplo (y no es muy buen ejemplo pero es reciente) no me parecería razonable que se cogiera la pancarta para manifestarse contra Zapatero aunque media España lo hiciera. Igual que creo que no debe entrar en el juego político, lo mismo pienso de otras facetas.
Evidentemente es una opinión, como la tuya, que me parece válida y razonable aunque no la comparta.
Un saludo ;)