jueves, 27 de octubre de 2011

No es serio este cementerio

Conociendo a Orozco como lo vamos conociendo, estoy casi seguro de que en breve anunciará que ha solucionado el problema de dónde ubicar las barracas de las fiestas patronales para que no molesten a los vecinos de Lugo: en el cementerio de San Froilán, que encima tiene la ventaja de compartir nombre, con lo que extrañaría menos la localización.

Es lo único que le falta para pitorrearse de nuestros muertos porque tras su genial idea de organizar visitas turísticas guiadas a nuestra necrópolis, ahora nos viene con un “concurso de adobíos florais”. Para los que no sepan gallego extraño, les diré que “adobíos” son adornos. Lo de las barracas no, pero lo del concurso de adornos florales en el cementerio va en serio. Para el que no me crea, que de escépticos está el mundo lleno, les adjunto de forma gratuita el enlace a la web municipal donde se publicita la tontería.

En la presentación, el concejal de turno especificó que hay dos categorías de premios: “sepulturas y mausoleos” y “nichos”. La primera categoría tiene un premio de 150 euros para el ganador y 100 para el finalista, mientras que los nichos se tendrán que conformar con 75 y 50 euros respectivamente. Se ve que como son más de pobres merecen menos premios. Ya lo decía Mecano

y aunque hay buenas tumbas
están mejor los nichos
porque cuestan más barato
y no hay casi bichos…

cementerio-pacman

La canción de marras, “No es serio este cementerio”, podría dar nombre a una concejalía, o al menos a un servicio en el Ayuntamiento de Lugo visto el interés que tienen en dar motivo para la carcajada a su costa.

Miren, yo soy poco de creer en la otra vida, y dudo muchísimo que de existir el alma o algo semejante nuestros antepasados estén encerrados entre las cuatro paredes que cierran un área arbitraria como la de un cementerio. Pero no son lugares únicamente para honrar a los muertos, sino para consuelo de los vivos, que van a hablar, rezar o simplemente visitar a sus familiares o amigos fallecidos.

Imagínense la escena: una persona creyente, o que ha perdido recientemente a un ser querido, que está tranquilamente rezando o lo que sea ante la tumba de la persona amada… y aparece Orozco con el tribunal como si fuera un concurso de mises. Para ser de los Hermanos Marx faltaría Harpo tocando el piano. Por si fuera poco el concurso es el día de todos los santos, ahí, con el don de la oportunidad.

Dudo mucho que en un sitio de ese tipo encaje de alguna manera un jurado visitando las tumbas y puntuando “a creatividade, imaxinación e sintonía da ornamentación co contorno”. Miedo me dan la “creatividade” y la “imaxinación” en un concurso con ese marco.

Esta obsesión por los cementerios al menos explica el paseo de las lápidas de la Plaza de España, el páramo de la reforma de San Marcos o la imitación de un cementerio musulmán en los jardines de la Diputación.

Ya habíamos quedado en que las payasadas son el pan nuestro de cada día en Lugo, pero hombre, hay sitios que incluso un alcalde desesperado por el titular facilón debería respetar mínimamente.

Y si no lo hace al menos que avise a Tim Burton, que así le damos un poco de nivel al concurso y seguro que el autor de “Pesadilla antes de Navidad” viene corriendo en su avión privado con la promesa de forrarse con los 150 euros del premio. Bueno, si tiene mausoleo, si es nicho con 75 va que arde.

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