lunes, 7 de abril de 2014

¿Qué fue del Plan Estratégico?

Muchas veces pienso que ciertas cosas sólo las recuerdo yo o que mis convecinos tienen una paciencia infinita, porque no acabo de entender cómo puede ser que nadie diga nada de proyectos que costaron un pastón y que están metidos en un cajón.

Entre ellos les voy a poner como ejemplo el famoso Plan Estratégico, que acaba de cumplir 10 años, y que fue anunciado a bombo y platillo como la receta que curaría todos nuestros males. Sin embargo sólo sirvió para que entre todos pagáramos un programa electoral a Orozco, para luego por supuesto no cumplirlo. 

Aquel Plan Estratégico era un documento que recogía una serie de obviedades elevadas a la categoría de revelación, como el decirnos que Lugo está en la esquina noroeste de España cosa que hasta hace poco sabía todo el mundo. Desde la LOGSE para aquí tengo mis dudas.

Por lo demás, las medidas que contemplaba el Plan eran tan obvias como imprecisas: “mejorar la red de telefonía fija y móvil”, “aumentar la oferta cultural”, “desarrollar el tejido industrial”… cosas que la verdad es que son como no decir nada, porque son tan genéricas que se pueden dar por válidas al día siguiente de la aprobación del Plan al no tener un criterio como “mejorar la red de telefonía fija y móvil hasta alcanzar la cobertura del 100%”, “aumentar la oferta cultural con X nº de actos”, “desarrollar el tejido industrial hasta alcanzar X porcentaje del PIB municipal”… Si uno es lo bastante generoso puede considerar cumplido el 90% del plan, salvo, justamente, donde éste es concreto.

Después hay otro criterio seguido en el Plan que era meter en el mismo todos aquellos proyectos que estaban ya en marcha, como el parque que hay junto a la estación de tren, “acelerar la puesta en servicio de un nuevo hospital en la ciudad” (ya llevaba unos añitos proyectado), “crear un nuevo Auditorio” (la gran revelación que a nadie se le había ocurrido) o las cuestiones que las nuevas normativas tanto europeas como nacionales obligaban a hacer: “Eliminar los vertederos incontrolados”…

Pero es en la concreción donde el Plan Estratégico más ha metido la pata. Cada vez que se proponía una medida novedosa, diferente, o que no llevaba prevista en Lugo una década, cayó en el mismo olvido que el propio plan. “Dotar a la ciudad con un Teatro Municipal de calidad” (se refiere a un edificio diferente al Auditorio, claro), “Crear el Museo arqueológico”, “Impulsar la apertura de centros docentes en horario extraescolar, para potenciar el deporte de base en la ciudad y otras actividades”, “Impulsar un proyecto de museo de ciencia, tecnología e industria del siglo XX, con especial atención a la industria agroalimentaria”, “Impulsar la creación de un telecentro de mercancías”, “Impulsar la creación en Lugo de un parador de turismo”… y muchísimas más.

Eso sí, por museos que no quede, porque mirando por encima he visto que proponen cinco o seis por lo menos. ¡Alegría!, que paga Juan Pueblo.

¿Saben lo más triste de todo? Que el puñetero Plan Estratégico no era mala idea, sólo que es de esas cosas que suenan muy bien pero que luego no rentabilizas porque si te ciñes al plan cualquiera puede hacerlo. No dar titulares todos los días con ideas “novedosas” es una pésima táctica política, ya que lo interesante es generar ríos de tinta, aunque sea con ocurrencias de difícil concreción.

Lugo necesita una visión de conjunto de la que lamentablemente carecen nuestros señores gobernantes locales. Son cortoplacistas y simples a más no poder. Se preocupan del bache, la farola y el contenedor pero individualmente, sin una idea de a dónde queremos llegar y así nos luce el pelo.

Una pena, pero ya les digo, hemos gastado un pastón, nuevamente, para nada.

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