miércoles, 22 de marzo de 2017

Observaciones a la reforma del Reglamento del Consejo Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Lugo


El pasado día 11 de marzo el BOP de Lugo publicaba un anuncio del Ayuntamiento en que se comunicaba la apertura de un periodo de 15 días hábiles para presentar propuestas para la modificación de la ordenanza del Consejo Municipal de Cultura.
El curioso sistema elegido se reduce a mandar un email a una dirección de correo electrónico desde la que se supone que acusarán recibo de dicho escrito. Han pasado dos días desde que envié mis sugerencias y no he recibido tal contestación por lo que además de meter un escrito por el tradicional registro (que al final es lo único que parece valer) me he lanzado a poner aquí las reflexiones que envié al Ayuntamiento a fin de que todos ustedes puedan opinar sobre las mismas si tienen la paciencia de leerlas. Es un documento más o menos largo, pero es que entra a valorar la actual redacción del reglamento y las modificaciones a introducir, buscando una mayor participación de las entidades culturales de Lugo.
Así que allá vamos:

Observaciones a la reforma del
Reglamento del Consejo Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Lugo

La ley 39/2015 de Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas, concretamente en su artículo 133, permite a los ciudadanos opinar sobre la redacción de nuevas normativas, un avance que es fruto de una buena concepción de la administración como nexo común de las acciones a desarrollar conjuntamente no solo por una entidad pública ajena, sino también por la “cantera” de ideas de a ciudadanía.
El día 11 de marzo se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia de Lugo un anuncio que abre un plazo de quince días hábiles para presentar en el buzón de consulta pública del Ayuntamiento de Lugo observaciones sobre la nueva normativa que regulará el Consejo Municipal de Cultura (Consejo en adelante) de la ciudad, haciendo hincapié en aspectos concretos de la misma.
Por todo esto, y en atención al espíritu colaborador que recoge dicha normativa, se presentan las siguientes opiniones:

Introducción:
El breve reglamento de funcionamiento del Consejo, define escasamente unas funciones concretas en su articulado, reduciéndolo a ser una reunión genérica en que se habla de acciones de coordinación pero no se especifica prácticamente nada. Se habla de su intervención en la gestión de las actividades culturales del Ayuntamiento sin que en la práctica se aprecie la concreción de dicha función.
La reforma del reglamento parece por lo tanto oportuna siempre que se afronte como una forma de solventar los varios problemas que presenta el actual texto, en concreto la falta de concreción de funciones y medios de que dispone el Consejo, así como la que considero una inadecuada representatividad de los colectivos afectados por la misma. Es, por lo tanto, una necesidad a cubrir y es oportuna su modificación.
En cuanto a los objetivos a cumplir con la nueva norma, parece lógico considerar una reforma del Consejo basándose en la democratización del funcionamiento del área de Cultura, dando participación a los diferentes colectivos y profesionales del sector sin dejar de lado realidad de las competencias ejecutivas de la administración al respecto, en la búsqueda de un equilibrio entre ambas facetas.
Por todo ello, se proponen las siguientes modificaciones concretas a contemplar en el futuro reglamento:

Proposiciones relativas al reglamento:
1.      Funciones:
     Es necesario acotar las funciones del Consejo y adecuarlas a la realidad. No se puede, como en el texto a modificar, recoger la capacidad del ente para gestionar las actividades culturales del Ayuntamiento (lo cual, con esa redacción, vaciaría de contenido la Concejalía de Cultura) y hablar de capacidades de coordinación entre iniciativas municipales sin que haya en el resto del articulado ningún tipo de competencia al respecto, reduciéndose a un “brindis al sol” sin ningún efecto en la realidad.
     Lo lógico parece ser que o se opte por un modelo simplemente consultivo o por otro más participativo, con capacidades ejecutivas y medios para llevarlas a cabo (tanto materiales como competenciales), pero en cualquier caso es necesario concretar el modelo a llevar a cabo en el articulado. En mi opinión se adecua más a los tiempos un esquema basado en la segunda opción, un Consejo que tenga competencias y medios para llevarlas a buen puerto. Esto se menciona de pasada en el actual reglamento pero no se ha visto traducido a la realidad, probablemente por falta de concreción.
     Sobre las funciones recogidas en el artículo 6 del actual texto cabría modificarlas o matizarlas:
     Planificación de las actividades culturales generales”: Se entiende que dicha planificación corresponde a la concejalía de Cultura, y no tendría mucho sentido descargar esta responsabilidad en un consejo que se reúne trimestralmente. Lo lógico sería que se modificara este punto y se redactara de la siguiente forma: “Planificación de actividades culturales propias en su ámbito de actuación e informe sobre las actividades planificadas por la Concejalía competente”.
     Los siguientes puntos hablan de la gestión de las instalaciones municipales culturales, tanto sobre propuestas para construcción de nuevas dotaciones como para su uso y mantenimiento, de nuevo descargando en el Consejo la responsabilidad de la “Coordinación y utilización de las mencionadas instalaciones” sin darle capacidades ejecutivas sobre ese asunto. Parecería más lógica una competencia sobre “Informar sobre nuevas localizaciones de instalaciones culturales municipales así como del estado de las existentes, pudiendo hacer propuestas sobre mejoras a acometer; Ser consultado sobre la coordinación y condiciones de uso de dichas instalaciones”.
     El tercer punto, que faculta al Consejo para reclamar información de las autoridades locales suena un poco absurdo, toda vez que el ente está presidido por la Alcaldesa y forman parte del mismo los representantes de la administración local. Sería lógico que dicha facultad se otorgue no al Consejo en su conjunto, sino a sus miembros, como derecho adquirido por la representatividad que se le supone a su pertenencia a dicho organismo.
     El informe anual del Consejo debería enfocarse como una memoria cultural de la ciudad o como un informe a tal documento si ya se elabora por parte de la concejalía competente. En todo caso, la redacción debería ser más ambiciosa y concretar los extremos de dicho informe: “El Consejo Municipal de Cultura elaborará anualmente un informe sobre la situación cultural del municipio, en que se incluirán memorias detalladas de las actividades realizadas y una relación de instalaciones culturales, el estado de las mismas y el uso realizado durante ese periodo”.

2.      Composición:
·         La actual composición del Consejo es, en mi opinión, su punto más débil y que queda fuera del mismo todo el tejido empresarial relacionado con el mundo de la Cultura de la ciudad de Lugo. En concreto se aprecian la siguientes cuestiones a modificar:
     La reiteración de cargos no tiene mucho sentido. Que se incluya al “concejal del área con competencias” y a continuación al “Concejal delegado de Cultura” es una duplicidad absurda, ya que lo lógico es que sea la misma persona.
     Por otro lado se incluyen tres representantes de “agrupaciones culturales” y a continuación de habla de colectivos diferentes que ya estarían englobados en esa categoría.
     También se incluyen dos representantes de la Federación de Asociaciones de Vecinos, concretando arbitrariamente en una entidad la representación de los vecinos de la ciudad y obviando a otras entidades de importancia del mismo ámbito. Parece ilógico dar más representatividad a una Federación concreta que, por ejemplo, a las entidades patrocinadoras a las que únicamente se otorga un representante.
     Como se dijo anteriormente, se elimina toda posiblidad de que los profesionales del sector estén representados. Libreros, impresores, editores, técnicos, galeristas, cantantes, músicos... se ignoran desde el punto de vista profesional.
·         Propuesta:
     Se propone que la composición se concrete de forma más objetiva y dando entrada a representación de colectivos profesionales.
     Sería más lógico establecer “categorizaciones” en cuanto a la representatividad, de forma que sea más sencillo diagnosticar qué sectores son importantes en la ciudad y cuáles se están dejando fuera.
     A modo de ejemplo se propone un esquema que habría que debatir, matizar y coregir:
     Composición del Consejo:
·         Sector institucional:
     Presidente: Alcalde de Lugo
     Vocales:
     Concejal con competencias en el área de Cultura
     Un representante de cada grupo municipal
     Un representante de la Consellería con competencias en el área de Cultura de la Xunta de Galicia.
     Un representante con competencias en el área de Cultura de la Diputación Provincial de Lugo.
·         Sector educativo y cultural:
     Un representante de la Universidad de Santiago de Compostela
     Un representante de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos
     Un representante del Conservatorio de Música
     Un representante de la Escuela de Danza
     Un representante del Museo Provincial de Lugo
     Un representante elegido entre las Bibliotecas Públicas
     Un representante del Círculo de las Artes
     Un representante de cada una de las entidades o fundaciones que colaboren con el Ayuntamiento en la realización de actividades culturales.
·         Tejido asociativo:
     Un representante de cada una de las asociaciones culturales inscritas en el Registro de Asociaciones Culturales del Ayuntamiento.
     NOTAS:
·         Se obvia el requisito de la actividad continuada por dos motivos: el primero es que parece un requisito arbitrario y el segundo es que si la asociación no tiene actividad se tendría que dar de baja automáticamente en dicho registro.
·         TODAS las asociaciones deberían tener representatividad en dicho consejo. Es totalmente arbitrario decidir una ponderación de la importancia de cada actividad.
·         En caso de considerarse excesivo, lo lógico sería que cada cierto tiempo eligieran ENTRE LAS ASOCIACIONES sus representantes. En dicho caso sería razonable elaborar un reglamento específico que contemple cómo elegir a dichas personas de entre todas, convocando a todas las asociaciones dadas de alta en el registro y estableciendo los límites y cauces adecuados.
     Un representante de cada una de las Asociaciones de Vecinos que organice fiestas patronales o de barrios con arraigo tradicional.
     Parece evidente que fiestas importantes en la ciudad como la de las Gándaras, el barrio del Puente o similares tienen que estar representadas en este Consejo.
·         Sector privado:
     Un representante de cada sector profesional cultural.
     NOTAS:
·         En este “sector privado” tendrían cabida las empresas y profesionales cuya labor se desarrolle en el ámbito contemplado por el Consejo.
·         En concreto se debería contempla la presencia de un representante de cada uno de los sectores contemplados, incluyendo un mínimo inicial y abriéndose la ampliación a futuras incorporaciones del dinámico mundo cultural.
·         A modo de ejemplo parecería razonable incluir en el Consejo a un representante de CADA UNO de los siguientes colectivos:
     Escritores
     Impresores
     Editores
     Pintores
     Escultores
     Arquitectos
     Anticuarios
     Galerías de arte
     Músicos
     Aquí cabría distinguir entre solistas, grupos, orquestas e incluso músicos callejeros, que son una parte indiscutible de nuestro tejido cultural a día de hoy.
     Técnicos
     Empresas de eventos
     Feriantes (no podemos olvidar la importancia de los empresarios que dan vida a fiestas como San Froilán)
     Artesanos
     Hosteleros...

3.      Organización:
     Es evidente que esta propuesta recoge la creación de un Consejo muy amplio, dando participación al mayor número de colectivos posible que tengan vinculación con el variado y creativo mundo de la cultura, por lo que se entiende que no es operativo un grupo de trabajo tan amplio para las labores del “día a día”.
     Se propone la creación de una Comisión Ejecutiva del Consejo que sería la que tendría las capacidades propias de un órgano de este tipo. Para su mayor dinamismo, parecería razonable que estuviera presidida por un representante del sector privado o el tejido asociativo, y que su composición fuera reducida, con un máximo de 10 miembros. Esto imposibilitaría, por ejemplo, que en dicha Comisión Ejecutiva estuvieran representados todos los grupos políticos, pero también que estuvieran todas las demás entidades. Si hay que delegar, todos tienen que hacerlo, pero con la garantía de que es el Pleno del Consejo el que tomará las decisiones importantes.


Reciban un atento saludo.


NOTA: A las 10:30 de la misma mañana en que se publica este artículo recibí acuse de recibo del buzón de consulta ciudadana en que se me comunicaba la recepción del escrito. A los efectos oportunos...

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