miércoles, 19 de abril de 2023

Las facturas de cafeterías y turbinas

Más de 700.000 euros, lo que cuesta un chalet de lujo, hemos pagado por una cafetería que está cerrada. Otros 700.000 por dos turbinas que jamás se usarán y que a mayores nos cuestan 1.400 euros al mes de alquiler para tenerlas escondidas....
Foto de la turbina: El Progreso

Uno de esos caprichos de nuevo rico que tuvo el Ayuntamiento de Lugo fue derribar la vieja cafetería del Parque de Rosalía para reconstruirla pagando una auténtica fortuna a pocos metros.

El coste fue disparatado. Más de 700.000 euros por un cajón de hormigón y cristal (edificar un lujoso chalet, teniendo en cuenta que el terreno ya lo tenemos, cuesta bastante menos) que a día de hoy está vacío porque una vez más el Ayuntamiento sabrá mucho de gastar nuestro dinero, pero poco de cómo se gestiona un negocio, y plantean unas condiciones inasumibles para alguien que no desee estrellarse directamente contra una pared.

Pero no es la única. La de la vieja cárcel, otra barrabasada arquitectónica en un edificio que no debería tener esas alturas y que si un particular modificase le habría supuesto un calvario administrativo y judicial, jamás llegó a estrenarse, salvo que contemos los “eventos” organizados por el propio Ayuntamiento. Nos sale cara la pijería.

Tampoco funcionan las de varios centros municipales, y en el MIHL, aunque casi nadie lo sepa, también se incluyó un espacio para cafetería que como es evidente jamás llegó a abrirse porque allí no es rentable ni poner una máquina de refrescos, mucho menos una instalación con personal.

Y así pasan los años, gastando cientos de miles de euros de nuestros impuestos en cafeterías sin uso, en espacios vacíos que suponen un despilfarro de construcción y mantenimiento mientras los sitios donde sería lógico permitir cafeterías temporales en régimen de concesión ni se plantean: en el parque del Miño, por ejemplo, ya me dirán si no estaría de maravilla tener un pequeño kiosco temporal en verano.

La respuesta municipal a esta cafrada es… pensar en más cafeterías. La fábrica de la luz, gastando otro medio millón de euros, será también un espacio “enogastronómico”, un evidente fracaso anunciado en un edificio cuyo uso principal, fabricar luz, es inviable a día de hoy gracias a la labor de nuestros queridos gobernante. Mientras tanto, por cierto, seguimos pagando 1400 euros al mes a un almácen de Castro de Rei para que tenga guardadas unas turbinas que nos costaron 700.000 euros y que jamás van a entrar en funcionamiento.

Tiremos el dinero, sí señor. Hagamos una cafetería más, que estará abandonada en un corto espacio de tiempo, y ya venderemos las turbinas a precio de chatarra un año de estos.

Insostenible, incomprensible, inasumible… pero ahí seguimos.

1 comentario:

  1. pues otra en marcha: el viejo molino de la Aceña, auspicidada por la USC, reconvertido en "centro de interpretación" de ellos mismos y sus cosas.

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