martes, 4 de noviembre de 2014

Una visión de Lugo de la mano del maestro Álvez

Que Pepe Álvez es un maestro con la cámara ya lo sabíamos antes de ir ayer a la inauguración de la nueva exposición “Movilandia”, que recomiendo vivamente y que pueden ver en el Museo Provincial de Lugo. Que tuviera una visión tan oscura de una ciudad que se está tiñendo de gris, y no sólo por la meteorología, no lo tenía tan claro.

La verdad es que la exposición ya nos sonaba a muchos, porque este artista de la imagen nos regala con bastante frecuencia imágenes de su cosecha en Facebook, por cierto, que ese es el tipo de cosas que te hacen pensar que al final sí merece la pena estar en la puñetera red social.

Pero la exposición es casi deprimente, no por la calidad sino por el contenido. Ver este Lugo nuestro cayéndose en pedazos, ayudado por una mano maestra que retrata con la puntería del francotirador del objetivo.

Hay fotos que tienen una indiscutible belleza dentro del horror. Una del clásico club “latino” resume las penurias de una parte del casco histórico: local cerrado, pintura desconchada, pintadas y un ambiente de decadencia al que no se consigue escapar de todo a pesar de las multimillonarias inversiones de nuestros dineros comunes. Otra, la de la estación de autobuses, parece una imagen sacada de una película apocalíptica, de esas tipo Mad Max o una cosa por el estilo. Es lo que hay.

Pepe nos explicó que usa un móvil, un iPhone 4 (sin “S”) y aun así hace lo que hace. Todas las fotos de la exposición se hicieron con ese dispositivo, el que todos llevamos en el bolsillo, pero con mucho talento. Anda que no hemos hecho fotos todos, por miles, para guardarlas en el ordenador y olvidarnos de ellas. Pepe hace exposiciones, pero es que tampoco es lo mismo un dibujo a lápiz que haga yo (negado con todo lo relacionado con las artes plásticas) que el que haría Picasso.

A muchos nos quedaba el consuelo de que las grandes fotos se hacen con grandes cámaras, y que las nuestras son corrientes porque no tenemos medios. Desde ayer no puedo seguir pensando eso. Así que no, señores, la cuestión es el que sujeta el teléfono, no el aparatejo en sí.

Les recomiendo que vayan a ver la exposición, insisto, pero vayan preparados para una visión realista, bella y terrible de nuestro Lugo. Y para recibir una dosis de humildad en lo que a hacer fotos se refiere. O una lección, que para eso Pepe es maestro.

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