Lo que le han hecho a la fuente de San Vicente solo puede ser obra de unos descerebrados que decidieron, probablemente alcoholizados, que es divertido destrozar un monumento que da personalidad a un punto estratégico de nuestro casco histórico desde 1.754.
Para muchos de nosotros la Plaza del Campo es uno de los rincones más hermosos que quedan en Lugo, y la escultura goza de una especial popularidad gracias a la fiesta en que San Vicente mana vino en vez de agua. Una vez más todos tenemos que lamentarnos por los actos de unos pocos.
Es fácil dirigir nuestra ira contra las fuerzas del orden con el habitual “¿y dónde estaba la policía?” o incluso razonar que donde ya hubo un atropello mortal sin testigos se deberían haber instalado cámaras. Esa forma de pensar nos llevaría a justificar un Gran Hermano omnipresente que controle nuestras vidas y, lamentablemente es posible que haya que buscar medios de vigilancia que nos protejan colectivamente de tanto salvaje, apenas oculto tras un barniz de civilización porque en vez de palos y piedras lleva un móvil 4G.
Vallas, cámaras, rejas, vigilancia… ¿son la solución? ¿Solo podemos proteger el patrimonio si no le quitamos ojo? ¿La Muralla solo se verá libre de excrementos caninos si tenemos patrullas continuadas? ¿De verdad la única forma de evitar el botellón en el parque es cerrarlo por las noches? ¿O esos no son más que parches que harán que se trasladen los problemas a otros sitios donde se vean menos? Nos quedamos con los síntomas pero no tratamos la enfermedad, y culpamos a la administración porque es más fácil que asumir nuestras carencias como educadores dentro de casa. El Estado ni es ni debe ser todopoderoso.
La culpa del “asesinato” de San Vicente Ferrer no es del Ayuntamiento, ni de la policía. La única culpa de los delitos es de los delincuentes.
Artículo publicado en La Voz de Galicia del 18 de diciembre de 2016
En los últimos años se han producido en ese lugar atracos, apuñalamientos y hasta un atropello con resultado de muerte, quedando todos ellos impunes por falta de pruebas .
ResponderEliminarQue es necesario q pase para q la sociedad lucense se de cuenta de la necesidad de la instalación de videovigilancia en determinadas zonas ??
El respeto es lo único que puede hacer que actos así no tengan lugar. El respeto se educa en la familia, en el colegio, en la sociedad. Una sociedad crispada no puede educar en el respeto.
ResponderEliminarLas cámaras se estropean, tienen puntos ciegos... las personas debemos ser responsables de nuestros actos, no porque nos vigilen sino porque el otro, el edificio, el mobiliario urbano... debe ser respetado, como debemos ser respetados cada uno de nosotros.
Se está perdiendo o quizá ya se haya perdido el civismo.