El casco histórico volverá a ponerse de moda en breve |
Siempre me resulta llamativa la argumentación que se utiliza para explicar los problemas del casco histórico de Lugo. Parece que el hecho de circular por la ronda a 30 kilómetros por hora o el no tener dónde dejar el coche son las armas de destrucción masiva que hacen de nuestro principal barrio un páramo desértico. Ni las causas ni esa lúgubre conclusión son ciertas, y todo apunta a que nos espera en breve una nueva era dorada del centro.
El ejemplo más palmario de que los aparcamientos abundantes y gratuitos no son la solución ni la panacea lo tenemos en el comatoso centro comercial de Abella, cuyo cierre parece inminente ante las noticias que vemos sobre sanciones a locales por no tener licencia y que confirmamos con un breve paseo por los vacíos corredores de esa mole de hormigón. Si aparcar fuera la cuestión, no tendría sentido que Abella estuviera vacío porque para mayor abundamiento su parking es cubierto, que es la gran crítica que siempre se hizo a Las Termas a pesar de que ese centro sí funciona bien.
Las personas no funcionamos sobre hechos sino sobre impresiones y suposiciones. Decir que es muy complicado aparcar en el centro no es faltar a la verdad; decir que hay que llevar el coche al centro sí lo es. Si bien en el recinto amurallado la población residente no es la que debería (cosa en la que Lugo lleva un retraso respecto a otras ciudades donde sus centros están reflotando a lo grande) en su cercanía sí tenemos un gran número de personas viviendo que tienen la muralla a menos de diez minutos andando. ¿Por qué estas personas se resisten a estirar las piernas y dar un agradable paseo hacia zonas peatonales? ¿Desde cuando necesitamos el coche para movernos 400 metros?
A pesar de que es un tema complejo que no se resuelve con una ni dos ni tres medidas, quizás una de las soluciones sería facilitar el tráfico peatonal hacia la Muralla, con aceras más anchas y calles peatonales radiales que hagan auténticos recorridos libres de vehículos para los viandantes. A la gente le encantan las zonas peatonales, y no hay más que ver cómo se llenan de vida en cuanto se retiran los coches.
Pero en Lugo no acaba de cuajar ese auténtico impulso al tráfico peatonal, y se sigue dando preferencia al vehículo sobre las personas. No hace mucho que en un artículo de este blog explicaba el problema que existe en la mediana de Ramón Ferreiro, donde para cruzar de uno a otro tramo de la misma hay que dar un rodeo tremendo cuando lo lógico sería que estuvieran unidas por pasos de peatones.
Camiño Real, Imagínenla peatonal como vía de conexión Foto: El Progreso |
Es el caso más sangrante pero no el único. Por ejemplo seguimos a la espera de que se decidan por fin a peatonalizar Quiroga Ballesteros y Montevideo, que es algo de puro sentido común, y quizá habría que plantearse si Camiño Real no sería también una vía de la que se podría eliminar el tráfico rodado para hacerla la gran conexión del casco histórico con la zona norte de la ciudad para la gente que usa las piernas en vez de la gasolina.
Lugo dio un paso de gigante en los años 90 con la peatonalización que llevó a cabo Joaquín García Díez, pero a partir de ahí se estancó y solo realizó tímidas mejoras que son a todas luces insuficientes. Hace falta mucha valentía para hacer lo que hizo Joaquín, y parece que no andamos sobrados de iniciativa y agallas para mejorar la vida del sufrido peatón.
Quizás algún día...
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