viernes, 3 de octubre de 2014

Pedro Iglesias

Se suele decir que la muerte a todos iguala. Pues va a ser que no, al menos en lo que a boato, pompa y circunstancia se refiere.

Todos recordamos el funeral de Adolfo Suárez, que se parece bien poco al de los demás mortales, y, si bien tiene cierta lógica que un país rinda tributo a la memoria de una gran figura de su historia, estas cosas hay que cogerlas con pinzas y tener cierto cuidado. Han de ser una excepción y no una norma, y precisamente ahí radica su grandeza y el reconocimiento especial.

Lejos de esta precaución y de la filosofía expuesta está la propuesta, por llamarlo de alguna manera, del Secretario General del PSOE, el “compañero” Pedro Sánchez, al que se le está yendo la pinza definitivamente en su búsqueda del titular y de generar noticias. Ha dicho ni más ni menos que propondrá funerales de Estado para las víctimas del “terrorismo machista” y que el Presidente del Gobierno tendría que ir a todos y cada uno de ellos. Es en serio, lo he escuchado yo mismo que si no fuera así dudaría de la veracidad de las declaraciones aunque me lo jurase sobre una biblia Matías Prats.

Obviando ya la ignorancia que demuestra sobre la palabra “terrorismo”, que no es asunto baladí, la propuesta es una idiotez. Está creando muertos de primera y de segunda. ¿Acaso es más triste o más preocupante el asesinato de una mujer por su marido que el de un niño por su madre? ¿O el de un anciano por su nieto? Y eso sin salirnos del núcleo familiar, claro está.

El maltrato en el núcleo de la familia es horrible. Tener pánico a volver a tu casa porque te van a coser a hostias, hablando mal y pronto, por un capricho absurdo de tu madre o tu padre tiene que ser algo escalofriante. Yo lo he visto de cerca, y también los extraños efectos secundarios, por los que los hijos maltratados defienden a los maltratadores a capa y espada.

Soy consciente de ello, pero también de lo duro que es para una madre estar esclavizada por su hijo (lo vemos a diario, cada vez más) o de un abuelo temer a su familia que lo tiene en casa sólo para robarle la pensión. En caso de llegar a la sangre ¿es eso menos importante?

Pedro Sánchez acusa de populismo a Podemos. Tiene razón, pero está perdiendo el derecho moral a decirlo muy alto porque está haciendo exactamente lo mismo. Aparecer en programas del corazón o en otros que no salen más que chorradas puede que funcione en un sector de la población, no se lo niego, pero es para echarse a temblar que quien pretende ser Presidente del Gobierno haga esas cosas. Igual que hacía Chávez. Igual que hace Pablemos.

España necesita espabilar un poco y sacarse de encima la pereza de pensar. Estamos en un momento, ya lo he escrito alguna vez, en que todo el mundo critica pero nadie critica a los críticos, y es igual de necesario o más. Preguntar a los tontos que dicen que necesitamos un mundo “sin políticos” por la alternativa a ese esquema es dejarlos sin discurso, porque lo del movimiento asambleario queda muy bonito pero con 45 millones de españoles es poco práctico, por no decir inviable.

Pedro Sánchez, que parece Pedro Iglesias, tiene que tener cuidado, porque ser guapo no es el único requisito para sacar votos y los votantes del PSOE no son los de Pablemos, me parece que tienen algo más de criterio. Bueno, eligieron a Zapatero así que tomemos lo del criterio con las debidas precauciones. Aún así debería medir un poquito más las propuestas que hace. O eso o darse de baja en el PSOE y afiliarse a Podemos, porque lleva el mismo camino.

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