martes, 18 de septiembre de 2018

El inaceptable retraso del nuevo Auditorio

El nuevo Auditorio, muerto del asco desde hace 30 meses. Foto: Web de Paredes Pedrosa
En el mes de marzo se publicó la licitación de la “contratación del suministro, instalación y puesta en marcha del equipamiento escénico para el centro cultural auditorio de Lugo” y en estos días se está completando el proceso de adjudicación del tema, una cuestión que va con un retraso de narices ya que la obra se terminó en abril de 2016, hace dos años y medio. Para poder escalar la cuestión de tiempos me gustaría recordarles que la torre Eiffel se construyó (completa) en dos años, dos meses y cinco días (a finales del siglo XIX) y el Empire State en 410 días (poco más de un año) en los años 30, y aquí hablamos únicamente del contenido que el edificio ya estaba terminado.

¿A qué se debe este retraso? Probablemente el calendario electoral tenga algo que ver. El ansia de cortar cintas a escasas fechas de la cita con las urnas en que elegiremos a la próxima Corporación Municipal seguramente influyese a la hora de tomar decisiones sobre plazos, con esa idea tan común de infantilizar al electorado dando por sentado que el último minuto es el que decide. Aunque me gustaría poder asegurar tajantemente que eso no es así, lo cierto es que los anales de las elecciones locales no ayudan. Campañas basadas en la llegada del AVE hace casi una década funcionaron muy bien y aquí seguimos, sin tren ni visos de que aparezca aunque con muchas ansias de gastarnos seis millones en una supuesta Intermodal que no tendrá nada que "intermodalizar".

En cualquier caso, qué quieren que les diga, creo que el señor Feijóo ha cometido un error táctico importante con este asunto. Si fuera yo quien decide, el auditorio llevaría abierto ya meses, porque hay que tener en cuenta que el día que se termine también acabará la labor de la Xunta, que dará las llaves al Ayuntamiento… y ahí veremos lo que pasa.

Llenar de contenido ese auditorio no es ninguna tontería, por su tamaño, por su ubicación y porque se suma a las dotaciones culturales ya existentes. No se trata únicamente de hacer una programación “para el auditorio” sino de hacerla para ese auditorio, el Gustavo Freire, la vieja Cárcel, el MIHL y demás infraestructuras. Si el flamante Museo Interactivo de Historia de Lugo, la pirámide del anterior alcalde, está abandonado a su suerte prácticamente sin actividades (ya que fue sustituido como “niña bonita” primero por el Mercado y ahora por la Cárcel), y la progamación del Gustavo Freire ya es deficiente, imaginen metiendo el nuevo mastodonte en escena.

Por eso precisamente yo habría entregado las llaves hace un año si hubiera podido y me habría sentado a ver cómo la inutilidad municipal, que en el área de cultura es más patente aún, hace su parte (que el propio Gobierno Local haya dejado fuera a la concejala del ramo en el “Caudal fest” es lo bastante significativo como para no tener que insistir en eso). Y luego habría hecho una rueda de prensa cuya idea básica sería “¿y para eso nos hacen gastar veinte millones de euros?”.

Pero no han hecho tal cosa. Han retrasado todo lo que han podido la apertura de esta dotación, primero con una guerra de competencias y luego con “procesos administrativos” que cuando se quiere van a paso de tortuga y cuando interesa corren como gamos.

Tirios y troyanos se ponen de acuerdo únicamente en que no se ponen de acuerdo, y al final los que pagamos el pato somos los lucenses, que ya estamos tan acostumbrados y tan anestesiados que nos parece casi normal que durante 30 meses una obra terminada, y que costó una millonada de nuestro dinero, esté con la puerta cerrada a la espera de que nuestros “líderes” tengan a bien hacer su trabajo.

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