Lo mejor y lo peor que tiene nuestra España es su falta absoluta de memoria, o al menos sus ataques de memoria selectiva. Por ejemplo, este fin de semana en Lugo creo que sólo escuché hablar de la prima de riesgo una vez, y para cagarse en ella en una canción en plan chirigota. La celebración del Arde Lucus, los triunfos de la Selección Española, Fernando Alonso, Nadal y, sobre todo, el C.D. Lugo hicieron que nuestra ciudad fuera de fiesta en fiesta como hacía muchísimo que no recordaba, creo que desde que empezó todo el rollo de la crisis en el 2008. Fíjense cómo pasa el tiempo, llevamos 4 años de crisis y parece que sean 20 o 1, dependiendo del día que nos levantemos.
Pero esa especie de amnesia colectiva a veces viene muy bien. Evidentemente no es buena para evitar en el futuro los graves errores del pasado, empezando por hipotecar nuestra economía hasta límites insospechados duplicando la deuda pública y esas cosas. Pero a veces hay que dejar descansar la cabeza, y si les soy sincero a mi personalmente me vino muy bien estar 72 horas sin acordarme de la Merkel, Zapatero, Rajoy, la prima de riesgo, los mercados, los bancos, Grecia, Portugal, la zona euro y la madre que los parió a todos.
Nuestros problemas son graves, pero creo que estamos cayendo en una espiral obsesiva. Vale, hay que ser conscientes, pero tampoco creo que sea bueno abrir los telediarios todos los días dando bombo a las cosas más negativas, porque francamente, así a ver quién se atreve a meter un duro en nada. “¡Con la que está cayendo!” es el mantra colectivo que sustituye a “buenos días” o “¿cómo te va?”. Esa frasecita hace que nadie gaste lo que tiene con lo que se paralizan aún más las cosas, por si ya fuera poco lo que teníamos.
Lugo este fin de semana fue un ejemplo de despreocupación relativa, y aunque obviamente se notó que hubo mucha menos gente y que la que había gastaba muchísimo menos que en otras ediciones, tal vez el camino sea ese: la moderación sin renunciar a la diversión.
Evidentemente hay cosas que no volverán, y que no deberán volver jamás. Bueno, ahí me he pasado, fijo que en un futuro la sociedad se olvidará de lo ocurrido, como olvidamos la crisis del 29 u otros problemas cíclicos, y caeremos en los mismos errores una y otra vez, pero imagino que no lo veremos muchos de nosotros. Una sociedad no se puede basar en la apariencia, el boato y la presunción. No es posible que se pida un crédito para ir de vacaciones sin haber terminado de pagar las del año anterior. No es lógico meterse a pagar letras para hacer la primera comunión del niño/niña. Es un absurdo pagar un piso que te cuesta 800 al mes de hipoteca con dos sueldos de 1000 euros… No puede ser, y punto. Nos hemos acostumbrado a vivir muy por encima de nuestras posibilidades, y todo el mundo parece que se cree ministro de la gobernación.
Pero quiero volver al inicio. Cuando uno tiene un problema grave tiene que intentar poner un poco de distancia. Eso no quiere decir que lo olvide o que no tome las medidas oportunas para solucionarlo, simplemente que no puede hacer que su vida gire en torno a ese problema. No podemos permitir que ni siquiera una enfermedad, la ruina o cualquier otra situación pueda hundirnos la vida al 100% porque si ya es complicado salir adelante en este valle de lágrimas, más lo será si estamos todo el día regodeándonos en las desgracias. No es fácil, pero hay que intentar ser un poco optimista.
De la crisis vamos a salir pase lo que pase, así que al menos que no nos amargue la existencia más de lo justamente necesario.
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