martes, 26 de mayo de 2015

Tres no pactan si uno no quiere... pero querrán, vaya si querrán

Dice el PSOE que no está sobre la mesa la cabeza de Orozco, probablemente porque ya la han puesto en la consabida bandeja de plata como ofrenda a los dioses de los pactos. Sin embargo eso es solo el principio.

Como ya sabemos, solo un pacto entre un mínimo de tres fuerzas impediría un eventual acceso de Jaime Castiñeira a la alcaldía de Lugo al ser la lista más votada, pero, como también damos todos por sentado, ese pacto se producirá sí o sí, porque hay mucho en juego y no solo en el municipio sino también en otras administraciones como la Diputación.

Tanto el BNG como Lugonovo trazaron la línea roja en “los imputados”, que en Lugo son “el imputado” y tiene nombre propio: el actual alcalde José López Orozco. Eso implica que supuestamente solo se sentarán a hablar de pactos si, para empezar, el PSOE sacrifica a su mayor valor en la ciudad, es decir, que comienza la partida de ajedrez pidiendo que se quite al rey. Llamativo.

Pactando...
El equilibrio en este tipo de pactos es lo fundamental porque hay que recordar una cosa que en ocasiones obviamos: Lugonovo y el BNG necesitan al PSOE tanto como el PSOE necesita a Lugonovo y el BNG. La llave se convierte en cerradura y la cerradura en llave, y están tan pillados los unos como los otros.

Permítanme que hable solamente de Lugonovo porque el BNG ya se da por sentado que va a pactar, ya que no puede permitirse el lujo de despreciar a los que tienen que ser sus socios en la Diputación por la cuenta que les tiene. Hablamos de mucho, muchísimo dinero, muchísimos puestos y muchísimo poder que no van a dejar escapar “por el bien del pueblo” (¡Oh, qué buenos!).

Lugonovo afirmaba en su momento que los pactos no serían de personas, aunque comience por impedir la presencia de una de ellas en cualquier escenario (cuando por ahora solo está siendo investigado, ya saben que lo de las imputaciones personalmente no me convence), sino de programas. ¿Obligarán al PSOE a publicar las cuentas municipales? ¿Harán que los partidos con los que pacten hagan primarias para elegir a sus dirigentes? ¿Exigirán que los demás apliquen sus propias fórmulas de control y transparencia? Ahora pueden obligarles, pero si tensan demasiado la cuerda se pueden encontrar con un inútil cabo entre sus manos.

¿Asistiremos al tradicional reparto de tartas? ¿A tres gobiernos por el precio de uno? Todo puede ser.

Es más que evidente que el pacto se firmará, porque los intereses que están en juego superan con mucho cualquier tipo de problemas que puedan surgir. Ya ha pasado, está pasando (en la Diputación) y pasará.

Pobre e inocente es la ilusión del PP de que "la izquierda" no llegue a acuerdos. Me recuerda al anuncio de la lotería con lo del "¡ay si me toca...!"

Tres no pactan si uno no quiere... pero querrán, vaya si querrán.

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