Hay cosas incomprensibles que se cuecen a fuego lento hasta que un día explotan. Una de ellas es la del tema del mercadillo de Frigsa.
Los "jardines" que presuntamente se defienden. Foto de Miguel Angel Barrul Jiménez publicada en el grupo de Facebook "Eres de Lugo si..." |
Resulta que tanto el viernes pasado como ayer, la policía local acudió a dicho mercado a hacer cumplir a rajatabla la ordenanza municipal que lo regula, y que no permite instalar furgonetas ni puestos sobre las zonas verdes del recinto. Esto, que parece totalmente lógico, no lo es tanto cuando vemos a qué se refieren por “zonas verdes”. Cualquiera que lea la expresión entiende que están defendiendo los jardines colgantes de Babilonia, pero no, hablamos de una explanada donde la hierba retrocede ante el asfalto notablemente.
En cualquier caso, hay algo que sigue siendo chocante. Si el Ayuntamiento decidió hace millones de años que se instalara el mercadillo en esa zona, ¿no sería lo normal adecuar la zona al uso? Es decir, que si lo normal en todos los mercadillos del planeta (y he visto unos cuantos, créanme, que es algo que me gusta) siguen el esquema de vehículo/vendedor/puesto/zona de paso para la clientela, ¿qué tiene de malo permitir que se instalen con cierta comodidad para todos?
No olvidemos que el vehículo no solo sirve de comodísimo almacén de la mercancía, que también, sino de probador y de anclaje de todo el chiringuito, y más en una ciudad como Lugo donde la lluvia no nos resulta completamente ajena.
El Ayuntamiento de Lugo, curiosamente, permitía que cientos de vendedores de mercancías ilegales se instalaran en San Froilán en la mediana de Ramón Ferreiro, sobre las zonas verdes que hay entre los árboles (que, ahí sí, estaban cuidadas), aparcando sus furgones en zona azul sin multa alguna, y vendiendo falsificaciones a la cara de todo el mundo. Tuvo que ser una denuncia firmada por un servidor la que acabara con aquello. Allí parece ser que no había nada que rascar y el entonces alcalde decía aquello de que no se pueden poner “puertas al campo”. Pues parece que sí se pudo.
Manteros en Frigsa. Como no tenían furgoneta no hubo problema... Foto del gran Pepe Álvez |
“Es que lo dice la ordenanza”, dirán. Pues las ordenanzas se modifican. Lo que no tiene sentido es que tras décadas haciendo caso omiso de un artículo que es una estupidez ahora se aplique con toda vehemencia para dar la sensación de que se hace algo.
Tampoco deja de llamar la atención que la alcaldía haya negado cualquier intervención en el caso. “Es cosa de la Policía Local”, dicen, lo cual resulta chocante porque da la impresión de que la Policía Local, dependiente no solo del Ayuntamiento sino directamente de la alcaldesa (a menos que hayan cambiado la estructura), va por libre y no informa a los que supuestamente los dirigen de una campaña novedosa y que se sabe que va a levantar ampollas entre vendedores y clientes.
Los mercadillos son una gran cosa. De hecho en su momento propuse que los lunes y jueves se hiciera otro mercadillo en los sótanos de la plaza de abastos para completar una actividad diaria en ese lugar, y así incrementar el atractivo de los puestos permanentes. También es cierto que a mí me gustan mucho, por razones que desconozco porque no suelo acabar comprando nada, pero me encanta pasear entre ellos.
Defendámoslos. Pongan el recinto en condiciones para su actividad principal, la que lo llena de gente dos veces a la semana, y ayuden a que se cumplan las normativas como debe de ser, pero las que tienen sentido. Las otras cámbienlas inmediatamente.
Absurdo ? El origen del problema se produce la madrugada de fin de año en la calle Camiño da Roca ....
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