El contraste deseado |
Indumentaria sencilla y única condecoración |
Es algo que funciona, porque esa sencillez aparente lo que logra es transmitir una imagen de humildad, de “normalidad”, que en determinadas épocas es más apreciada, sobre todo cuando el ciudadano medio lo está pasando mal o tiene una sensación de crisis, aunque no la sufra en sus carnes. Contrasta enormemente con la opulencia y el boato de ciertas instituciones, e incluso con esas molduras barrocas decoradas con pan de oro que tanto caracterizan a los edificios públicos en este país.
Sin embargo todo tiene un límite. La línea que separa la estrategia de comunicación de la payasada es realmente difusa y muchas personas aprecian una cosa o la otra en función de sus propias simpatías. Ayer puede que ese límite se cruzara con el bebé de Bescansa, la diputada compostelana de familia bien (los de la farmacia del mismo nombre), que ha entrado en el Congreso de la mano de Podemos.
La foto buscada. Foto: La Voz de Galicia |
La diputada logró lo que buscaba, ser el centro de todas las miradas y reclamar para sí una atención mediática que en estos temas es tan sumamente previsible que se convierte en manejable. Siguiendo el principio de Oscar Wilde de que “es mejor que hablen mal de ti a que no hablen en absoluto”, ha optado por utilizar a su hijo en un foro en que era lo más procedente y se ha comido muchos minutos de telediario así como tertulias, periódicos e incluso blogs modestos como el presente.
Francamente, un bebé en el Congreso no pinta nada. Me parece muy bien todo lo de la conciliación, pero esto no va por ahí. En el Congreso de los Diputados hay una enorme guardería que está preparada para atender a bebés y niños de corta edad, a donde los llevan todas sus señorías y el personal del Congreso, salvo Bescansa, que quería la foto. Eso sí, después “exigió” que se pixelara la cara del crío. “Lo llevo a donde sé que me van a hacer más fotos que a los leones de la puerta, pero que no se le vea la cara”.
¿Que por qué estoy tan convencido de que era todo fachada? Porque el otro día, en la toma de credenciales como Diputada, también lo llevó y lo tuvo con ella… hasta que le hicieron las fotos, momento en que se lo pasó a una acompañante.
Tengo que reconocer que me parece repugnante usar así a un bebé y me recuerda a aquellas personas que llevaban un niño para pedir por la calle y lo pinchaban con un alfiler para que llorase, que así sacaban más limosnas. Aquí al menos por ahora lo del alfiler no parece que se haya usado, pero esperen al debate de Presupuestos y a ver qué pasa.
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