En una entrevista publicada por el diario El Progreso nuestra alcaldesa, Lara Méndez, asegura que el transporte público “no tiene por qué ser rentable”. Estoy totalmente de acuerdo con ella.
La administración se supone que tiene que seguir, entre otros, dos criterios que podrían parecer antagónicos: el de eficiencia y el de eficacia. El primero quiere decir que se han de emplear los menores recursos posibles para un fin y el segundo que hay fines que hay que cumplir necesariamente, sea cual sea el coste.
Vámonos a los ejemplos, que ilustran muy bien la cosa. Que un núcleo rural esté aislado no exime a la administración de prestarle ciertos servicios básicos a las que toda vivienda tiene derecho. Eso es el criterio de eficacia. Pero prestar esos servicios de la forma menos costosa posible es la eficiencia.
En el caso que nos ocupa el Ayuntamiento de Lugo ha de prestar un servicio eficaz con las líneas de autobús (han de cumplir unos mínimos) aunque eso suponga sacrificar parcialmente la eficiencia. Posiblemente hay líneas urbanas que son muy caras de mantener y tienen pocos usuarios, pero es necesario conservarlas porque sus pasajeros tienen el mismo derecho a usar el transporte público que los que viven en zonas en las que sale más rentable.
Hasta ahí estoy de acuerdo con nuestra alcaldesa, Lara Méndez. Sin embargo hay un punto importante que se salta: ¿por qué no es eficiente nuestro transporte público? Aun coincidiendo en que hay líneas que nunca serán rentables ni tienen por qué serlo ¿no creen ustedes que con el pastón que nos cuestan los autobuses deberían funcionar mejor?
No tiene sentido que se hagan inversiones costosísimas en sistemas modernos como el de los paneles informativos digitales que llevan más tiempo sin funcionar que el que estuvieron en servicio (duraron pocos meses). No es lógico que el autobús pase ¡antes! de su hora, y que se cree en los usuarios una sensación de incertidumbre absoluta, sin saber si han de esperar 5 minutos o 50. No es normal que estés esperando en la parada casi una hora y no pase ninguno y de repente lleguen cuatro al mismo tiempo que hacen muy similares recorridos…
Estoy de acuerdo con Lara Méndez en que el servicio no tiene que ser rentable, pero sí tiene que ser eficaz y en Lugo no lo es. Para nada.
Si el usuario tuviera información completa y veraz sobre recorridos y horarios, si estuviéramos seguros de a qué hora va a pasar el autobús por una determinada parada, hacia dónde va y cuánto va a tardar otro gallo nos cantaba.
Recientemente estuve de vacaciones en Gran Canaria y me sorprendió que en cada parada del urbano figura la tabla de los autobuses que pasan y a qué hora y minuto lo hacen. Obviamente hay un margen de error y si te dice que pasa a las 18:23 aunque esperes dos o cinco minutos no hay un gran problema. O al menos no tanto como cuando te dicen que “ha salido de Garabolos a las 18:00” y ¡búscate tú la vida para saber a qué hora pasará por aquí!
Lugo es una ciudad razonablemente lineal, con una gran espina dorsal formada por las avenidas de La Coruña, Ramón Ferreiro, y de Madrid, con ramificaciones laterales e incluso un segundo eje desde Sagrado Corazón hacia Fonte dos Ranchos. No puede ser tan complicado organizar un sistema efectivo y que funcione, y más gastando la barbaridad de dinero que se gasta.
Dice Lara Méndez que tienen hasta febrero para rediseñar el sistema, ya que es el plazo que se han dado según el concurso, que volvió a ganar Monbus. En torno a este asunto han aprovechado para montar un poco de circo mediático con las consultas por barrios, aunque vamos a dar el beneficio de la duda y creer que es para recoger las opiniones por zonas, que es algo positivo.
Sin embargo el sentido común nos permite hacer preguntas sin tener que ir a hacer campaña de barrio en barrio. Por ejemplo: pensando en esa frase de no empezar la casa por el tejado… ¿no sería más lógico hacer el nuevo esquema y después sacar a concurso la concesión? ¿No les parece que tendría más sentido que la empresa que opta a gestionar el servicio sepa qué servicio va a gestionar? Porque de lo contrario lo normal es que presione para que los cambios sean mínimos ¿No sería de Perogrullo que el usuario reciba información real y concreta sobre los recorridos y paradas en lugar de las adivinanzas a las que nos hacen jugar?
Los lucenses ponemos un montón de recursos en un sistema de transporte público que funciona tarde, mal y a rastras. Es deficitario, vale, eso lo puedo aceptar, pero es que encima no es eficiente. No tiene lógica.
Vámonos a los ejemplos, que ilustran muy bien la cosa. Que un núcleo rural esté aislado no exime a la administración de prestarle ciertos servicios básicos a las que toda vivienda tiene derecho. Eso es el criterio de eficacia. Pero prestar esos servicios de la forma menos costosa posible es la eficiencia.
En el caso que nos ocupa el Ayuntamiento de Lugo ha de prestar un servicio eficaz con las líneas de autobús (han de cumplir unos mínimos) aunque eso suponga sacrificar parcialmente la eficiencia. Posiblemente hay líneas urbanas que son muy caras de mantener y tienen pocos usuarios, pero es necesario conservarlas porque sus pasajeros tienen el mismo derecho a usar el transporte público que los que viven en zonas en las que sale más rentable.
Hasta ahí estoy de acuerdo con nuestra alcaldesa, Lara Méndez. Sin embargo hay un punto importante que se salta: ¿por qué no es eficiente nuestro transporte público? Aun coincidiendo en que hay líneas que nunca serán rentables ni tienen por qué serlo ¿no creen ustedes que con el pastón que nos cuestan los autobuses deberían funcionar mejor?
Encima de no funcionar los anuncios presumiendo de la inversión siguen ahí |
Estoy de acuerdo con Lara Méndez en que el servicio no tiene que ser rentable, pero sí tiene que ser eficaz y en Lugo no lo es. Para nada.
Si el usuario tuviera información completa y veraz sobre recorridos y horarios, si estuviéramos seguros de a qué hora va a pasar el autobús por una determinada parada, hacia dónde va y cuánto va a tardar otro gallo nos cantaba.
Paneles informativos de Gran Canaria. Exactos y claros. |
Lugo es una ciudad razonablemente lineal, con una gran espina dorsal formada por las avenidas de La Coruña, Ramón Ferreiro, y de Madrid, con ramificaciones laterales e incluso un segundo eje desde Sagrado Corazón hacia Fonte dos Ranchos. No puede ser tan complicado organizar un sistema efectivo y que funcione, y más gastando la barbaridad de dinero que se gasta.
Dice Lara Méndez que tienen hasta febrero para rediseñar el sistema, ya que es el plazo que se han dado según el concurso, que volvió a ganar Monbus. En torno a este asunto han aprovechado para montar un poco de circo mediático con las consultas por barrios, aunque vamos a dar el beneficio de la duda y creer que es para recoger las opiniones por zonas, que es algo positivo.
Sin embargo el sentido común nos permite hacer preguntas sin tener que ir a hacer campaña de barrio en barrio. Por ejemplo: pensando en esa frase de no empezar la casa por el tejado… ¿no sería más lógico hacer el nuevo esquema y después sacar a concurso la concesión? ¿No les parece que tendría más sentido que la empresa que opta a gestionar el servicio sepa qué servicio va a gestionar? Porque de lo contrario lo normal es que presione para que los cambios sean mínimos ¿No sería de Perogrullo que el usuario reciba información real y concreta sobre los recorridos y paradas en lugar de las adivinanzas a las que nos hacen jugar?
Los lucenses ponemos un montón de recursos en un sistema de transporte público que funciona tarde, mal y a rastras. Es deficitario, vale, eso lo puedo aceptar, pero es que encima no es eficiente. No tiene lógica.
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