jueves, 18 de julio de 2019

Que se mueran los perros

Su mirada lo dice todo. Foto: La Voz de Galicia
Pasó la campaña y con ella las promesas que se daban como hechos quedan en el limbo de las posibilidades. Algunas son cuestiones menores, sin gran importancia, pero de otras dependen, literalmente hablando, vidas.

La Diputación anunciaba en febrero a bombo y platillo que al mes siguiente comenzarían las archiprometidas obras de ampliación de las instalaciones de la Protectora de Animales de Lugo, una entidad que está saturada y que refleja la miseria de una especie, la nuestra, que domestica a otras para después abandonarlas y dejarlas morir de hambre o atropelladas por un camión.

Marzo era el mes en que se fijaba el inicio de las obras, y según el pliego de cláusulas tenían cinco meses para completar las obras, algo razonable teniendo en cuenta que a partir de octubre comienza el mal tiempo y los animales acogidos por la Protectora pasan unos inviernos terribles en las instalaciones actuales, donde el agua se congela para que se hagan una idea del frío.

Pero acabó el periodo electoral y los tiempos se relajan. Ya no hay que poner buena cara para las fotos, salvo para las de los pactos claro, y se hace la pelota a los partidos que tienen en su mano la llave de la caja de Pandora en lugar de a los votantes. Cuatro años de tranquilidad, de poltrona y de poder absoluto hacen que uno se tome con más pachorra las promesas que hace unos pocos meses eran necesarias para la provincia como el agua para las plantas.

Y así estamos. No se ha movido una piedra. Y ya han pasado marzo, abril, mayo y junio. Tenían que estar terminándose unas obras que aún no han supuesto la colocación de un solo ladrillo.

Parafraseando a la canción, podemos decir "que se mueran los perros". ¿Qué más da? Si total, abandonamos y matamos a los perros, ¿a quién le importa que esos pobres animales sufran un invierno más hacinados porque esta sociedad no es capaz de asumir sus responsabilidades?

A veces damos asco como especie, la verdad.

2 comentarios:

  1. Hace unos cuantos años hizo lo mismo el Sr. Orozco y también hubo un gran titular.
    Y he ahí el valor de la palabra de un político.

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  2. Cuando el progresio que es quien mueve todo esto no actúa es que realmente no importan las mascotas. Solo para fardar tomando un vino.
    Los socialistas y nacionalistas mienten más que respiran, solo están a sacar votos (y se los dan).
    La perrera (que algunos dicen protectora) es peor que una perrera de la india, puedo decir sin equivocarme (seguro) que si cualquier penitente tuviese una manada de perros en las condiciones que tiene la perrera, el Seprona actuaria de inmediato.

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