jueves, 8 de abril de 2021

Las pantallas de bus en catalán sólo son una anécdota. El retraso no.

 

Hay bastante cachondeo con el tema de las nuevas pantallas del autobús urbano, que por lo visto están en fase de pruebas o algo así, y que están en catalán, ilustrando a los lucenses de los recorridos que los autobuses tenían en marzo de 2019 entre Castelldefels y El Prat, una información sin la que probablemente nuestra vida no sería la misma. No deja de ser una curiosidad, sí, que mientras estén en ese extraño limbo ni siquiera pongan bien la fecha y la hora (sería bueno que dieran algún dato, por pequeño que sea) y ya si tuvieran una leyenda de “panel en fase de pruebas” ni les cuento lo razonable que sería. Hasta duda uno que la temperatura que marcan no sea la del Palau de la Música o algo así.

Pero a fin de cuentas no deja de ser una anécdota marginal. Estoy totalmente seguro de que si las pantallas tuvieran información en inglés de las líneas de New Hampshire nos parecería totalmente normal y no se habría escandalizado nadie aunque no tuviera nada que ver con Lugo. Bueno, si esa información fuera de Madrid y no estuvieran en el gobierno los que están, el propio BNG bramaría contra la “colonización” de los buses, pero ya saben, es parte de la imaginería política y el circo mediático al que ya estamos tan lamentablemente acostumbrados.

La pregunta no es por qué están en catalán ni por qué figura una información errónea, sino por qué no funcionan todavía. “Es pronto” dirá el lector, y tendrá razón… “Las cosas de palacio van despacio” y “Roma no se hizo en un día” son los habituales soniquetes sobre estos temas, pero si tiramos de hemeroteca vemos que todo depende de dónde esté uno cuando dice esas cosas. El propio Arroxo criticaba en 2019 que “en dos años” el Ayuntamiento no hubiera sido capaz de poner a funcionar un método para controlar las líneas de la ciudad, algo que ellos hicieron con unos móviles y un sistema casero, que se ve que no era para tanto porque no lo han puesto a funcionar una vez en el gobierno local, ni siquiera provisionalmente que habría estado muy bien.

Viendo de nuevo la prensa leemos que en enero del 2019 el actual concejal del ramo, Rubén Arroxo, protagonizó junto a su compañera de gobierno Maite Ferreiro uno de esos espectáculos de campaña precintando “simbólicamente” un panel informativo aclarando que llegaron a eso “al no tener ningún tipo de utilidad para los usuarios del pésimo servicio de transporte que el gobierno local no mejora”. Me pregunto qué pasaría si algún concejal de la oposición, que también los hay muy dados al tema circense (aunque sin ensuciarse demasiado los zapatos) hiciera una acción similar para tapar los (por ahora) inútiles paneles informativos que hay en Lugo. Me vería venir los grandes aspavientos y los términos “fascista”, “antidemocrático” y demás.

Más allá de la anécdota les diré que me parece que los paneles son una magnífica noticia. Lugo necesita la mejora del servicio de autobús urbano como agua de mayo, y que nos acostumbremos a dejar el coche en casa. Pero para esto último es necesario lo primero, porque si no tenemos una alternativa razonable no hay posibilidad.

Les deseo los mayores aciertos en esto y que de aquí a unas pocas semanas podamos estrenar esas nuevas líneas y descongestionar el tráfico de Lugo.

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