miércoles, 21 de septiembre de 2011

Huelga en educación

Sé que algunos de los lectores de este blog son profesores, y tal vez debería avisarlos de que no les va a gustar lo que van a leer hoy aquí, al menos parcialmente. Otra parte seguro que les encanta. Una vez hecho este aviso preventivo, vamos al lío.

Ayer empezaron las protestas, huelgas, concentraciones y demás del profesorado que se considera afectado por los recortes y las medidas que la Administración toma respecto a la Educación. Como ya sabrán, los argumentos más importantes son la rebaja salarial, el aumento de horas lectivas, y la presunta campaña de desprestigio contra ellos que dicen que se está orquestando para justificar estas medidas.

Vaya por delante mi admiración hacia quienes han elegido la carrera de docentes. Persona que voluntariamente van a lidiar con las fieras que hoy se encierran en aulas en lugar de en jaulas, creadas por una sociedad que sólo busca “tirar pa’lante” y que Papá Estado corrija lo que en las casas no se supo o no se quiso inculcar (educación, esfuerzo, disciplina, trabajo… esas palabras que suenan tan mal a los progres). Creo que es una profesión que desgasta una barbaridad, si bien hay que poner las cosas en su sitio y tener en cuenta que peor se está en la mina, en alta mar, o conduciendo un camión durante años.

Para empezar por el principio de las protestas, la de la rebaja salarial, hay que decir que tienen razón, pero que protestan donde no es. Están cargando contra las autonomías cuando el sueldo se ha recortado a todos los funcionarios de este país desde el Gobierno central, el del PSOE, cuando estaba en su vicepresidencia el candidato Rubalcaba. Lo aclaro por si alguien no lo recordaba. En cuanto al aumento de carga lectiva, la jornada de trabajo sigue siendo la misma, 37,5 horas semanales, lo que pasa es que de esas horas antes sólo tenían que dedicar 21 a dar clase y ahora son 25, como antes del 2008 y como en el resto de España. Y por favor, lo de que las 16,5 horas sobrantes (ahora 12,5) las dedican a preparar las clases y corregir exámenes no cuela. Por temporadas puede ser, no lo discuto, pero hombre…

Capítulo aparte merece lo de la campaña de desprestigio. Parece ser que lo que los políticos, funcionarios en general, controladores aéreos, periodistas, jueces, y prácticamente cualquier colectivo de este país han venido soportando durante años era válido, pero decir que hay que arrimar el hombro y trabajar cuatro horas más semanales es "una campaña contra la educación pública”. Entiendo que no les apetezca estar cuatro horas más con esos pequeños monstruos, pero hombre, es la profesión que han elegido, no sé si lo tienen presente. Y eso de que recordar que tienen más vacaciones en un año que un trabajador normal en tres no es desprestigiar, es un simple recordatorio de que tienen sus ventajas, que me parecen bien. El que les tenga tanta envidia, que haga las oposiciones, que salen cada año más o menos.

Dicen los docentes que ellos no tienen por qué controlar las entradas y salidas del cole, ni atender el comedor escolar, ni hacer actividades extraescolares. Un poco arriesgado por su parte, porque como funcionarios que son, un cambio en la legislación les puede convertir en carne de cañón para todas esas cosas de un plumazo, pero esa no es la cuestión. La decisión que han tomado de no llevar a cabo todas esas actividades… ¿no es degradar la enseñanza pública? ¿Acaso los profesores de la privada no hacen esas cosas?

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En una Democracia razonable no puede haber sectores sagrados. Hay cosas que son más importantes, por supuesto, y gobernar es priorizar. Pero que una cosa sea prioritaria no quiere decir que no se pueda mejorar, retocar o, incluso, recortar. Sí, soy así de atrevido. Creo que sí es posible recortar en sanidad, educación y más cosas sin por eso menoscabar el Estado de Bienestar. No se trata de cargase esas cosas, sino de hacerlas competitivas, de racionalizar sus gastos, de hacer que sea posible su supervivencia.

Les voy a poner un ejemplo. En Galicia hemos reducido el gasto en medicamentos una burrada de millones con los genéricos. Ese gasto, que ahora se reduce, no merma la calidad de la sanidad, sino que la racionaliza. Si se ahorran 100 millones de euros ¿por qué hay que gastar esos 100 millones en sanidad? ¿Por qué no pueden ir a, por ejemplo, la construcción de guarderías o a reducir la galopante deuda de la administración? No todo es cuestión de gastar lo mismo en los capítulos claves, sino en gastar bien y gestionar con rigor, así que no me hagan guerra de cifras, díganme en qué se han recortado derechos o servicios y empezamos a hablar.

En una crisis toca meter tijera en todo. Y todo es todo. No me digan que la educación y la sanidad son intocables, porque son los únicos sectores que una sociedad ha de hacer prevalecer por encima de todo. También están la justicia, la seguridad, las carreteras (no construirlas, sino mantenerlas), la atención a la tercera edad, el empleo…

No sé, voy a ser atrevido, pero creo que podemos explicar las protestas con dos motivos que se molestan poco en ocultar: la pérdida de privilegios, no de la Educación sino de los docentes, y las elecciones del 20 de noviembre. No hace falta ser un águila para ver ciertas cosas.

2 comentarios:

  1. No voy a meterme en detalles sobre esta huelga de los docentes pero lo aprovecharé como excusa para hablar de la educación en este país. Nos remontaremos únicamente al inicio de nuestra democracia y calificaremos la "política" educativa realizada como un auténtico FRACASO.Que la educación se halle todavía ,hoy en día, en el centro del debate político ratifica dicho fracaso. Que sirva de arma arrojadiza entre los políticos resulta deleznable y una falta de responsabilidad y sentido de Estado por parte de estos.Que no haya sido objeto de un pacto de Estado entre las distintas fuerzas políticas y sea ya un tema pacificado lo único que dice de nuestro país es que somos sólo europeos de palabra.Que hayamos tenido casi una ley de educación por legislatura ratifica que esto no sólo se arregla con leyes y ratifica la ingenuidad operversidad de nuestros legisladores.Que estemos viviendo tan descarnadmente- y lo que queda- esta crisis económica es debido a esa falta de responsabilidad y sincera preocupación por la educación de nuestros representantes.Pero nosotros el pueblo, de donde salenesos gobernantes no somos mucho mejores.Instalados, la mayoría en la cultura del pelotazo hemos cerrado los ojos a lo verdaderamente importante: los docentes y sus alumnos.Y se ha abandonado toda cultura de prestigio, esfuerzo y mérito en ello.Don Marcelino Domingo que fue ministro de Instrucción Pública en la II República- decía que en cada niño analfabeto se suicida un pueblo.Y qué decir de este pueblo en el que todos contribuimos a ese suicidio.

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  2. A ver si es posible que dejemos de confundir a los docentes con los sindicatos. La mayor parte del profesorado no se siente representado por ellos y , de hecho, el seguimiento de las últimas huelgas y manifestaciones ha sido escaso por no decir ínfimo. Esos vividores- los sindicatos- están haciendo otro juego distinto y el predicamento que tienen entre el profesorado es mínimo. Es la admistración quién los elige como interlocutores del colectivo. Quizás haya que empezar a cambiar ese plateamiento. Cada vez que hay una elecciones a la vista- que en España es casi siempre- éstos arman una. Fíjense en quién los secunda y no en lo que ellos declaran.

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