Una vez más, Esperanza Aguirre ha dado en el clavo. La lideresa (título ganado por derecho propio) ha vuelto a razonar en alto sobre un tema de rabiosa actualidad, el de la huelga general convocada para mañana, y en su muy recomendable blog, que pueden consultar en esperanza.ppdemadrid.es (Espe, cuento con que me devuelvas el favor poniendo un enlace en tu blog al mío, ¿eh?), habla de la ilegalidad de las huelgas generales tal y como se conciben en España.
Ya saben que uno, estudiante de derecho por afición, tira mucho de legislación, así que vamos a ver cómo puede ser esto. La Constitución Española reconoce en su artículo 28.2 que “se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La Ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad.”
Curiosamente, la ley que “regula el ejercicio de este derecho” es anterior al propio texto constitucional, ya que es el Real Decreto-ley 17/1977 “sobre Relaciones de Trabajo”. Es llamativo que el Estatuto de los Trabajadores no sea la norma que se encarga de regular este tema y que sólo habla de ella en contadas ocasiones, pero ya ven, nadie se ha atrevido a poner el cascabel al gato, y seguimos con una norma de la época franquista (todo aquello posterior a la guerra y anterior a la Constitución está basado en el Estado estructurado por Franco).
Nos cuenta el artículo 11 de este real decreto que la huelga es ilegal “cuando se inicie o sostenga por motivos políticos o con cualquier otra finalidad ajena al interés profesional de los trabajadores afectados”. Algún comentario en el blog de Esperanza Aguirre afirma que esto está derogado por la propia Constitución, pero el Tribunal Constitucional no opina lo mismo. Se ha pronunciado sobre este Real Decreto (Sentencia del 8 de abril de 1981, en que resuelven el Recurso de inconstitucionalidad número 192/1980 presentado contra diversos preceptos del Real Decreto-ley 17/1977) y ha anulado algunos de sus artículos. También ha habido aspectos derogados parcialmente por el Estatuto de los Trabajadores (que no regula el derecho a huelga, como decíamos, pero algo menciona) y el Código Penal. A pesar de todo esto, el artículo que declara ilegales las huelgas políticas sigue en vigor.
¿Alguien duda que esto es una huelga política? La CIG (el sindicato del Bloque) nos ayuda a solucionar la duda. En declaraciones a la prensa un tal Xosé Ferreiro, secretario comarcal del sindicato, “pidió que con esta huelga general los ‘desanimados’ por los resultados electorales del pasado 21-O traten de convencer ‘á cuarta parte da poboación galega que aparentemente, polo seu voto, non lle importa que a xente vaia o paro ou se quede sin casa’”. De hecho, para mayor abundamiento, creen que debe “colaborar toda a cidadanía, non só os empregados non indo a traballar e os empresarios pechando, senon que os consumidores non vaian comprar”. Es decir, que si los empresarios no son los destinatarios de la huelga… ¿quién es? El Gobierno, obviamente.
La huelga general que se hizo contra Zapatero era diferente. Los propios convocantes evitaron mencionar al Gobierno en sus lemas, y decían directamente que “la huelga general no es para cambiar el Gobierno”. Hasta mencionaban al PP, que no gobernaba. Ahora ya sí, ya se puede pedir la cabeza del Presidente, pero no es política… que va…
De los “piquetes informativos”, la rotura de cerraduras, los escaparates rotos… vamos, el terrorismo callejero que nos invade cada vez que estos señores quieren hacer huelga ya ni hablamos. Pretenden conseguir con amenazas lo que no logran con argumentos y si bien es cierto que hay empresarios que presionan a sus trabajadores para no ir a la huelga (en un mundo con teléfonos móviles con cámara no entiendo que los empleados no graben esas cosas y los denuncien anónimamente) eso no justifica que esto se convierta en una guerra de poder de “a ver quién acojona más al trabajador”: si el jefe o el sindicato.
Mañana hablaremos más sobre este tema, y les explicaré porqué creo que en España, y en casi todo occidente, no tenemos ni idea de hacer huelgas. No les cuento todo esto hoy porque ya me he alargado bastante, y siguiendo a Hitchcock, hay que crear suspense.
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