miércoles, 17 de julio de 2013

Las acciones en Barras Elécricas

Que estamos en crisis es algo que parece que todo el mundo debería tener claro a estas alturas, pero parece que el mensaje no acaba de calar como debería en algunos sectores, sobre todo en el público, que como siempre les digo, al jugar con dinero ajeno parece que se gasta con más alegría. Hay teorías económicas que nos hablan de que ese gasto es positivo, porque reactiva la economía, pero imagino que ninguna defenderá el despilfarro o el malgasto de nuestros impuestos en cosas que un particular jamás haría.

Aquella frase que nos decían a muchos de pequeños cuando dejábamos la luz encendida al salir de una habitación (“parece que tienes acciones en Barras Eléctricas”) se pone de moda otra vez visto el crecimiento desaforado de la factura, pero cuando esa minuta se paga con nuestro dinero, el de todos, ya no hay tanta preocupación.

La ventana arqueológica de la Ruanova, por ejemplo, es un ejemplo de hasta qué punto es absurda la administración con estas cosas. Tiene permanentemente encendida la lámpara de iluminación, día y noche, con el consiguiente gasto de electricidad de la forma más absurda. También tiene un motor que le da ventilación, imagino que para evitar otro crecimiento vegetal indeseable, aunque francamente, dudo de la proporcionalidad de la medida. Se llevan gastados en esa ventana muchos miles de euros de la forma más estúpida, ya que tampoco es que haya colas de japoneses para fotografiar la supuesta maravilla. Ver dos piedras bajo tierra de la muralla romana cuando tienes la muralla romana a tu lado es un poco absurdo.

Pero no es el único sitio donde se tira el dinero. Paseando en bici (ya ven, estoy que lo tiro con la bici) me acerqué hasta el MILH y allí también tienen las luces encendidas todo el día. ¿No iban a hacer un estudio de eficiencia energética? Pues les adelanto yo una parte: las luces de exterior se apagan de día. ¡Y esta parte del estudio se la doy gratis! 

En cuanto a los temas de impresión de folletos ya ni les cuento. En el pasado Arde Lucus dejaron en el buzón de mi edificio 22 follletos de la fiesta. Teniendo en cuenta que hay 4 viviendas, es una cantidad más que generosa. Supongo que será cosa de la empresa de reparto pero quien controla a la empresa es el contratante, y sé de lo que hablo que yo estuve en ese mundo y es bastante fácil de controlar.

Al final ya no se trata de si se roba o no se roba, que también, sino de si nuestro dinero se utiliza siguiendo el más mínimo criterio de eficacia y eficiencia. Va a ser que no. Las empresas que contratan con la administración del cuñado, primo o amiguete, inflan los precios de una forma escandalosa y a nadie le extraña. La administración paga por un bolígrafo lo que a un simple mortal le cuesta una caja entera, cuando debería ser al revés y, por volumen de negocio, salir más baratas las cosas.

Obviamente los ejemplos que les puse antes de las luces y los folletos son la escarcha que cubre la nieve que se deposita sobre la cumbre de la montaña que forma la punta del iceberg. Una obra de esas de reforma de la reforma de la reforma de una calle que se ha levantado cuatro veces llegaría para encender miles de bombillas durante un año, pero ya saben que la observación directa tiene un plus, y por eso les pongo esos ejemplos.

Será que el Ayuntamiento tiene acciones en Barras Eléctricas.

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