El respeto institucional, en principio, viene marcado por la doble condición de algunos cargos públicos de ser miembro de un partido político además de autoridad pública. Verbigracia, la dualidad Presidente del Gobierno/Presidente del PP, la de Presidente de la Xunta/Presidente el PP de Galicia, Presidenta de la Diputación/Alcaldesa de Mondoñedo/miembro del PP… o la de Alcaldesa de Lugo y miembro del PSOE, como es el caso de Doña Lara Méndez.
Por cierto, permítanme un paréntesis. Cuando hablaba del anterior alcalde siempre decía “el Señor Orozco”, porque entre otras cosas no tenía mucho trato con él, y el poco que tenía no es que fuera muy bueno que digamos. Lo de denunciarlo en Fiscalía se ve que no le hizo mucha gracia, lo cual es perfectamente comprensible por ambas partes. Sin embargo, andar siempre con el “señora Méndez”, o “Doña Lara Méndez” se me hace raro cuando es alguien con quien me tuteo porque es una persona cercana y accesible. Igual que cuando hablo de Jaime Castiñeira pongo “Jaime” a secas, sin que a nadie le suene (espero) a falta de respeto, a partir de ahora si escribo “Lara”, “Méndez” o algo así espero que a nadie le suene mal, porque es con intención de remarcar su cercanía y no otra cosa. Palabrita del niño Jesús. Fin del paréntesis.
Lara Méndez se ha colado nuevamente al no querer recibir a la Ministra de Fomento en su visita a Lugo. Estoy de acuerdo con ella en que ese breve encuentro no iba a servir para gran cosa, porque lo suyo es mantener una reunión de trabajo con papeles y proyectos, pero ahí es donde entra lo del “respeto institucional”, y parece de sentido común que alegar “problemas de agenda” para no quedar con la titular del ministerio más importante para un ayuntamiento es una torpeza de difícil justificación.
Como mínimo, encabronará a una Ministra que la próxima vez que le hablen de Lugo solo pensará en el desplante, una cuestión puramente política y un detalle feo institucionalmente que, quién lo iba a decir, no habría cometido jamás el señor Orozco, que entendía perfectamente que la táctica del “puño de hierro en guante de seda” no solo es la más recomendable en política, sino que es la única que funciona cuando estás hablando entre entidades públicas.
Le ha dado a Ana Pastor la excusa perfecta para soslayar cualquier petición de reunión que le haga, ya que se entiende que los “problemas de agenda” de la titular de Fomento serán tan importantes o más que los de la alcaldesa de Lugo, y va a tener muy fácil justificar un aplazamiento “sine die” para no recibirla en Fomento.
Llama particularmente la atención, además, porque un par de días antes Lara se desplazó a Orense a hablar con el presidente de la Confederación Hidrográfica, dependiente por cierto del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, es decir, del Gobierno del que es parte Ana Pastor. ¿Tenemos tiempo para ir hasta Orense pero no para recibir en el despacho a un ministro? No me cuadra.
¿Que el Ministerio lo hizo mal avisando con solo un par de días a Alcaldía? Pues sí. Llamar a última hora del martes por la mañana al alcalde de una capital de provincia para quedar para el jueves es un error, no lo discuto, pero quedas mucho mejor aceptando la reunión y criticando después las formas o que solo fuera para “hacerse la foto”, que dándolo por sentado previamente. Sobre todo cuando a la media hora vas a estar con las demás “autoridades” haciendo el indio en esas inauguraciones de una entrada a una autovía sin terminar que no tienen el más mínimo sentido. Para “la foto”, ahí sí.
Por cierto, permítanme un paréntesis. Cuando hablaba del anterior alcalde siempre decía “el Señor Orozco”, porque entre otras cosas no tenía mucho trato con él, y el poco que tenía no es que fuera muy bueno que digamos. Lo de denunciarlo en Fiscalía se ve que no le hizo mucha gracia, lo cual es perfectamente comprensible por ambas partes. Sin embargo, andar siempre con el “señora Méndez”, o “Doña Lara Méndez” se me hace raro cuando es alguien con quien me tuteo porque es una persona cercana y accesible. Igual que cuando hablo de Jaime Castiñeira pongo “Jaime” a secas, sin que a nadie le suene (espero) a falta de respeto, a partir de ahora si escribo “Lara”, “Méndez” o algo así espero que a nadie le suene mal, porque es con intención de remarcar su cercanía y no otra cosa. Palabrita del niño Jesús. Fin del paréntesis.
En la inauguración. Foto: La Voz de G. |
Lara Méndez se ha colado nuevamente al no querer recibir a la Ministra de Fomento en su visita a Lugo. Estoy de acuerdo con ella en que ese breve encuentro no iba a servir para gran cosa, porque lo suyo es mantener una reunión de trabajo con papeles y proyectos, pero ahí es donde entra lo del “respeto institucional”, y parece de sentido común que alegar “problemas de agenda” para no quedar con la titular del ministerio más importante para un ayuntamiento es una torpeza de difícil justificación.
Como mínimo, encabronará a una Ministra que la próxima vez que le hablen de Lugo solo pensará en el desplante, una cuestión puramente política y un detalle feo institucionalmente que, quién lo iba a decir, no habría cometido jamás el señor Orozco, que entendía perfectamente que la táctica del “puño de hierro en guante de seda” no solo es la más recomendable en política, sino que es la única que funciona cuando estás hablando entre entidades públicas.
Le ha dado a Ana Pastor la excusa perfecta para soslayar cualquier petición de reunión que le haga, ya que se entiende que los “problemas de agenda” de la titular de Fomento serán tan importantes o más que los de la alcaldesa de Lugo, y va a tener muy fácil justificar un aplazamiento “sine die” para no recibirla en Fomento.
Llama particularmente la atención, además, porque un par de días antes Lara se desplazó a Orense a hablar con el presidente de la Confederación Hidrográfica, dependiente por cierto del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, es decir, del Gobierno del que es parte Ana Pastor. ¿Tenemos tiempo para ir hasta Orense pero no para recibir en el despacho a un ministro? No me cuadra.
¿Que el Ministerio lo hizo mal avisando con solo un par de días a Alcaldía? Pues sí. Llamar a última hora del martes por la mañana al alcalde de una capital de provincia para quedar para el jueves es un error, no lo discuto, pero quedas mucho mejor aceptando la reunión y criticando después las formas o que solo fuera para “hacerse la foto”, que dándolo por sentado previamente. Sobre todo cuando a la media hora vas a estar con las demás “autoridades” haciendo el indio en esas inauguraciones de una entrada a una autovía sin terminar que no tienen el más mínimo sentido. Para “la foto”, ahí sí.
Vuelta Ciclista 2014 en Galicia |
¿Andamos detrás de la vuelta ciclista mendigando unas migajas de publicidad para lo de “Y para comer Lugo”, como aquellas señoras que seguían a los ejércitos para ofrecer sus servicios, y ahora resulta que nos ofrecen un primer plano y la respuesta oficial es “ya veremos, tengo que pensarlo”?
La política municipal tiene un problema muy grave y que desgasta mucho: es de hoy para hoy, e incluso así puedes llegar tarde. No hay tiempo para pensar con lo que tienes que tener unos principios muy claros y aplicarlos sin dar oportunidad a que el de enfrente pestañee. ¿Que esto da pie a confusiones, contradicciones y problemas? Claro que sí, pero como también pasa eso en cualquier otra esfera pública ya estamos acostumbrados.
Pensarse lo de la vuelta ciclista es otra equivocación, y más cuando se ha demostrado con la tractorada que si hay que cortar la ronda un ratito tampoco pasa nada. De eso ya hablaremos también…
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