viernes, 7 de julio de 2017

El BNG consigue permiso para acceder al río

El BNG ha logrado para la playa fluvial de Lugo lo que el gobierno decía que era imposible: el permiso de la Confederación Hidrográfica para instalar un acceso al río. Esto demuestra que a veces querer es poder y que el hecho de no intentarlo refleja desidia más que otra cosa.

Rubén Arroxo con la solicitud de la Playa Fluvial
Conociendo el percal, siempre me sorprendió que el gobierno local no tramitase la solicitud de la playa fluvial, ya que la Confederación está en manos “enemigas” y si tan convencidos estaban de que no se permitiría, la denegación sería una forma de escurrir el bulto y recurrir a esa cantinela de “la culpa es de otros”. Pero ¡qué cosas! no ha pasado eso, sino que una solicitud sencilla realizada por un grupo municipal ha logrado lo que se decía imposible, con lo que se les ha vuelto en contra el asunto y se ha demostrado que no es que no se pudiese, es que no se quería.

Ahora la pelota está en tejado ajeno. Falta el permiso municipal para que se pueda instalar dicha escalera y el de la Diputación, que es la propietaria de dichos terrenos, y parece ser que no están muy por la labor de hacerlo, probablemente por no dar una victoria política a un adversario al que curiosamente la propia alcaldesa le debe el bastón de mando.

La cuestión se complica con las normativas medioambientales y demás, ya que crear una playa fluvial no es tan sencillo como hacer un acceso al río... pero al menos algo es algo. La instalación de la escalera es legal y si la gente quiere tumbarse en el césped y bañarse usándola no veo dónde está el problema. Imagino que habrá que señalizar convenientemente que no hay socorristas y esas cosas pero el acceso al río es libre hasta donde yo sé.

¿Cuál es la consecuencia evidente de todo esto? Que si este año no tenemos acceso público al río es porque a la alcaldesa y al presidente de la Diputación no les da la gana. Hay permiso y hay ubicación. Lo que no parece que haya son ganas, y es sorprendente porque se trata de una instalación poco costosa que sería muy aprovechable por los ciudadanos en los meses de verano sin tener que recurrir a pagar religiosamente la mensualidad de una sociedad privada que explota un bien público como es el margen del río, que esa es otra cuestión en la que no voy a entrar porque entiendo que si tienen derecho, pues lo tienen.

Lugo es una ciudad que tradicionalmente ha vivido de espaldas a su río, y los momentos de crisis como los que todavía vivimos ponen estos temas en primer plano porque tener playa fluvial ayudaría a sobrellevar el no poder ir a otras.

El BNG afirma que le pasará el tema al Ayuntamiento para que haga la playa, sabiendo que es más complicado de lo que dicen porque de no ser así la acometerían ellos mismos con los fondos del grupo municipal, y así terminarían lo que han empezado. Claro que también es más fácil gastar dinero ajeno que propio y que los engorrosos trámites administrativos los haga un tercero.

En cualquier caso indiscutiblemente es un gran éxito del BNG para la ciudad, y se ha demostrado que no todo son expedientes farragosos ni procedimientos complejísimos, es ponerse. Si este año nos bañamos en el miño será gracias a ellos, pero dudo que ocurra.

* En contra de mi costumbre he editado este artículo a los pocos minutos de publicarse para corregir ciertas inexactitudes, ya que realmente lo que se ha conseguido no es una playa fluvial sino un acceso al río, lo cual no es un tema menor pero tampoco quiero exagerar.

1 comentario:

  1. La zona señalada por el BNG es, sin duda alguna, la mejor del Miño a su paso por Lugo. Mi juventud la pasé en el río y fui buen nadador. Se de lo que hablo. En lo que antes se llamaba Tolda de Castilla, es un error pretender hacer una playa fluvial.

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