El otro día, en el Guateque que se organizó a beneficio de la A.E.C.C., tuve la oportunidad de volver a ver al Mago Rafa en acción. Lejos de utilizar grandes artificios, nos asombró con una simple baraja de cartas (los trucos de cartas son mi debilidad, la verdad, supongo que porque cuanto más sencillo es el tema más difícil me parece) y a una pobre voluntaria la dejó loca metiendo su teléfono móvil entre otros cinco, en sobres, y haciéndole tirar un dado para machacar el sobre del número que salía. Tras destrozar cinco teléfonos aleatoriamente el suyo era, como era de esperar, el sexto sobre con lo que recuperó su móvil intacto para alivio propio y asombro del respetable. Sigo sin entender cómo lo hizo, ni ganas de saberlo.
Hace muchos años, estando aún en el instituto, le hice una entrevista a Juan Tamariz en que me explicó la belleza del desconocimiento. Aún recuerdo sus sabias palabras y me quedó grabado a fuego el mensaje de que la gracia no está en saber el truco, sino en disfrutar de la apariencia de que no lo haya. También tuve la oportunidad de hablar con él de nuevo años más tarde, porque vino a cenar al Verruga en otra de sus visitas a la ciudad y sorprendentemente recordaba la entrevista. Nos hizo un truco que aún hoy me parece imposible, porque logró que apareciera una carta debajo de un plato en una mesa en la otra punta del comedor sin levantarse de su silla. Por supuesto que si te lo explican tiene una lógica, sí, pero me gusta más no saberla. Es más bonito.
Nunca he entendido cómo hacen esas cosas. Hay páginas web que explican los trucos, pero no quiero entrar en ellas, no quiero que me destripen la gracia. No quiero ver al hombre detrás de la cortina, sino que prefiero seguir con la boca abierta ante el grande y poderoso Mago de Oz. La magia es una ilusión, sí, pero también una vaga e irracional sensación de que no todo en este mundo es tan prosaico como nos tememos.
Ayer comenzó Lugo Mágico 2018, la Semana Internacional de Magia en Lugo, y les invito a ir con ánimo de disfrutar de esa preciosa sensación de pasmo que nos hace convertirnos por un ratito en esos niños asombrados que saben que hay truco pero que quieren creer, allá en el fondo, que todo es cierto, que hay poderes mágicos y esperanza.
El Gran Luguini en acción |
En Lugo tenemos magos buenísimos como Rafa o Antón. Estos días se pasea por nuestras calles un llamativo “añadido”, el Gran Luguini Conperfil, pero mi instinto me dice que tiene algo que ver con la promoción de esa Semana de Magia, que incluso para los que ayer no pudimos inaugurar en el Auditorio, aún nos dará muchas oportunidades de asombrarnos durante estos días que quedan.
Visiten www.lugomaxico.es y verán el completísimo programa (todos los días hay un extenso abanico de ofertas). Hay muchas actuaciones gratuitas y para las otras se venden las entradas en la página municipal www.entradaslugo.es. Anímense que estas cosas siempre son divertidas e interesantes.
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