lunes, 2 de diciembre de 2019

Cara... de las Medallas de Oro de Lugo

La alcaldesa de Lugo con los cinco receptores de las medallas, tres como representantes de los titulares.
El pasado sábado Lugo homenajeó a los cinco alcaldes de la Democracia. Lamentablemente solo dos de los protagonistas pudieron estar presentes, ya que Novo Freire falleció hace ya algunos años y tanto Vicente Quiroga como Tomás Notario tuvieron unos problemillas de salud (felizmente en vías de recuperación, que confiemos que sea rápida) que les impidieron estar. Por lo tanto solo Orozco y García Díez recogieron sus galardones, y los otros tres se entregaron a los representantes de los homenajeados (los hijos de Novo freire y de Vicente Quiroga, y en representación de Tomás Notario su gran amigo y colaborador Eugenio Corral).

Como casi todo en la vida, el evento tuvo luces y sombras (en este caso lo segundo literalmente, ya que se hizo en la caja negra del MIHL) pero hoy me quiero centrar en lo positivo, que de lo otro ya habrá tiempo a hablar. Mañana mismo si quieren.

Permitan que me centre en los discursos de los dos galardonados presentes, ya que, sin desmerecer la dignísima representación de los otros tres, no es igual hablar por uno mismo que por terceros.

Lo del sábado fue la cara amable de la política. Rivales dándose la mano amistosamente, discursos afectuosos llenos de afecto hacia familiares y colaboradores, emoción en algún caso (particularmente en el de Joaquín), generosidad a la hora de recordar a sus compañeros de los grupos de gobierno pero también de la oposición… García Díez tuvo el hermoso detalle de mencionar con su nombre y apellidos a los miembros de su Corporación que ya no están entre nosotros, tanto de su partido como de los otros tres (de aquella estaban PP, PSOE, BNG e IU)

García Díez primero y Orozco después tuvieron palabras de recuerdo para sus familias, las que sufrieron durante años sus ausencias sobre todo en momentos en que más vida hogareña se suele hacer: los fines de semana. Son precisamente esos días los de mayor actividad pública de un alcalde, ya que la mayoría de eventos y cuestiones sociales se suelen organizar en sábado y domingo por disponibilidad de los demás.

A veces olvidamos que los políticos que nos representan son personas, tienen familias, sacrifican su tiempo y muchas cosas que los demás dan por sentadas. Obviamente lo hacen porque quieren, porque en la mayoría de los casos su vocación de servicio les puede, pero sigue siendo un sacrificio que hay que valorar.

Las medallas de oro de la ciudad son el mayor galardón que Lugo puede ofrecer, y dárselo a los cinco alcaldes que durante la Democracia han ejercido esa responsabilidad es algo hermoso y que reconoce no solo su labor, sino el esfuerzo conjunto de un pueblo por avanzar en la buena dirección.

2 comentarios:

  1. No sólo los alcaldes y políticos sacrifican su tiempo con la familia para trabajar, y nadie les da ninguna medalla. Es más, si lo haces mal te echan a la puta calle, pero a estos a pesar de lo mal que hizo alguno le dan su medallita que los fallos y gastos los pagaremos nosotros de nuestro bolsillo.

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