Miguel Couto se marcha. Lugo pierde un buen concejal que lo ha intentado pero no le han dejado. Foto: La Voz de Galicia |
El concejal de Urbanismo se marcha y desde el Gobierno alegan motivos personales, aunque parece que la realidad es ligeramente diferente y son más bien “motivos de personal”.
Es público y notorio el malestar del señor Couto con lo que
ha pasado en las delegaciones que de él dependían y la desautorización pública que
sufrió con el nombramiento de algún jefe de servicio (recordemos que no acudió
a la toma de posesión de dos responsables de parcelas de su competencia), una
lucha en que primaron los intereses personales frente a los de la necesidad de
llevar a cabo un cambio en profundidad del área para acabar con los problemas
que arrastra desde hace décadas. El “statu quo” ganó esa guerra y el concejal
es la víctima colateral que, desde mi punto de vista, no ha querido soportar
por más tiempo una situación que dejaba en evidencia día tras día que
cualquiera mandaba más que él en su parcela. Es una retirada digna, porque
además se va sin querer hacer ruido.
He leído a la oposición criticar duramente a Couto por marcharse
sin haber logrado nada en el urbanismo del Ayuntamiento de Lugo, pero estoy
convencido de que es al revés y que confunden, seguramente de forma interesada,
causa y efecto. No creo que se marche sin haber podido cambiar nada, se marcha,
creo yo, porque no le dejan cambiar nada que no es lo mismo. No se ha podido
abordar el gravísimo problema de la reforma del PEPRI, no se ha completado el 5%
del Plan General que lleva diez años en un cajón, no se han incrementado los
tiempos de tramitación de las licencias ni se ha desatascado la tramitación, la
planificación de la ciudad (por llamarle de alguna manera) parece más propia de
un crío caprichoso o de un nuevo rico ocioso que de una respuesta proporcional
a las necesidades de una ciudad… Como para seguir ahí cuando encima te putean
públicamente.
Pero más allá del problema puntual para el Gobierno de Lugo,
que se sortea tirando de lista electoral y reasignando funciones - levantando una
breve polvareda que se asentará en poco tiempo porque esta ciudad es muy
desagradecida con quienes han intentado pelear por hacer las cosas bien en ella
- el lío interno en la casa socialista es mayor. No podemos olvidar que de las
dos alas del PSOE gallego, “la besteirista y la caballerista”, la alcaldesa
pertenece a la primera mientras que el Presidente de la Diputación y Couto son
de la segunda. Además, el dentro de poco exconcejal (la renuncia se formaliza
este jueves) es miembro de la ejecutiva socialista y algo me dice que a ese
cargo no va a renunciar, quedando ahí latente. No creo que vaya a buscar
venganza, no le pega en lo que sé de él (que no es mucho, también es cierto)
pero desde luego tampoco creo que sus simpatías hayan cambiado en estos dos
años.
No trato a Miguel Couto. He estado con él dos o tres veces y
en esas ocasiones me ha parecido una persona afable, cortés (eso hizo que me
cayera bien, la verdad), y por lo poco que me ha tocado lo he visto diligente y
preocupado por solventar más problemas de los que pueda crear, que aunque
parezca increíble es algo preocupantemente infrecuente en este cochino mundo de
la política. También es cierto que estas breves impresiones pueden ser
totalmente equivocadas, y de hecho me pasó con otra persona del gobierno con la
que empecé con muy buen pie pero que me ha demostrado ser mentirosa, torticera
y mala gente. De hecho me ha pasado con dos ahora que lo pienso.
Pero me quiero quedar con lo bueno, en que Couto es lo que
parece, una persona con un perfil trabajador que no pudo desarrollar la labor a
la que se había comprometido porque le han enviado torpedos a la línea de
flotación desde su propia casa. Han querido que haga ladrillos sin paja (si no
han visto “los Diez Mandamientos” no sabrán de qué les hablo pero está muy bien
traído hablando de urbanismo) y su solución ha sido la única que podía tomar:
marcharse.
Una pena. Lugo pierde al que probablemente fuera el concejal más competente y comprometido que teníamos. Supongo que por eso se ve obligado a irse.
Le deseo lo mejor.
Estimado Luís,
ResponderEliminarDi vostede que a retirada de M. Couto é digna porque adamáis vaise sen querer facer ruído.
Estou dacordo en que se retira dignamente (tentouno, non lle deixaron e marcha) pero eu boto en falla algo máis de ruído, algo de dicir as cousas ás claras, de amosar a merda que hai baixo as alfombras, de que todo o mundo saiba cales son os problemas e quenes os causan; para que así a xente reclame e apoie a necesaria solución.
Sí, es un buen punto de vista, pero comprenderá que precisamente el ruido que se montó con varios asuntos, entre ellos la polémica con el Colegio de Arquitectos, es causa de su marcha. Al final la "gente de partido" hace partido y aunque en el artículo alabo esa actitud probablemente tenga usted razón y sea un resto de mis tiempos de militancia, que todo deja huella. Desde el punto de vista ciudadano probablemente sería más favorable para Lugo que se marchara dando un portazo y contando con pelos y señales los muchísimos problemas y tensiones de "la casa".
EliminarLo único que hizo bien el gobierno municipal en urbanismo, de lo que se sabe, fue el convenio con la Xunta de Galicia para arreglar todo el entorno del Pazo de Dona Urraca. Y lo gestionó Miguel Couto. No lo olvidemos, que no se lleve después el mérito quien no debe.
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