jueves, 14 de julio de 2022

La temeridad de mezclar pacientes covid con no covid



Que la administración hace cosas que no caben en cabeza humana ya lo sabemos todos. Que esas cosas contradigan sus propios actos anteriores ya viene a ser una cuestión tan habitual que ni nos llama la atención. Pero cuando hablamos de salud, hablamos de salud.

Si hace unos meses la Xunta de Galicia imponía unas reglas absurdas para intentar contener (sin éxito, todo hay que decirlo) los contagios de Covid con un certificado que era un disparate de tal calibre que nunca más se volvió a hablar de él, ahora resulta que no tienen inconveniente en juntar en una habitación de hospital a un contagiado con pacientes con otra dolencia, algo no sólo inaudito sino contradictorio e incluso, por lógica, peligroso.

En el HULA de Lugo hay casos, según recogía El Progreso, en que han puesto en una misma habitación a un paciente con infección urinaria y otro con covid, porque no tenían otra disponible para aislar a este último. Y no, no hablamos de unos minutos mientras cambiaban las sábanas de otra habitación, sino de que pasó mañana, tarde y noche con el otro. Dejan los aislamientos en la “planta Covid” para los casos “agudos” y si ingresan por cualquier otra patología, aunque den positivo, los meten alegremente en “su sitio”. Vamos, que si te rompes una pierna te vas a trauma aunque seas más contagioso que la supuesta sopa de murciélago, de pangolín o lo que sea que dicen que fue el comienzo de todo este lío.

La explicación de la administración no puede ser más absurda. Nos dicen que son pacientes que ingresan “con Covid”, no “por Covid” y se quedan tan panchos. ¿Se imaginarían qué pasaría si el de la pierna rota de antes tuviera ébola? ¿También lo dejarían en trauma porque “no ingresó por ébola”? No se puede dar una respuesta más insultante. O el contagio existe o no existe. Lo de que sólo sea posible o peligroso si el paciente viene tosiendo en lugar de con otra patología es una bobada y me cuesta creer que hasta se atrevan a decirlo.

Todos los veranos tenemos esos titulares tremebundos que nos dicen que los hospitales “cierran camas” como si eso fuera una crueldad que dejase en la calle a los enfermitos. No es el caso. Ese “cierre” se debe a algo tan sencillo como que en verano hay menos pacientes. Será por el mejor clima, porque la gente en invierno es más proclive a accidentes o vayan ustedes a saber el motivo, pero lo que sería ridículo es que, sabiendo que la demanda asistencial va a ser mucho menor, tuviéramos que pagar por tener miles de habitaciones disponibles sin necesidad.

Ahí es donde está el matiz, en el “sin necesidad”. Ahora sí hay necesidad. La situación es diferente de la que teníamos de 2019 para atrás, porque esa “necesidad” es la de separar a los enfermos con covid de los otros, por mucho que la razón del ingreso fuera otra. Y si no hay cierre de habitaciones y simplemente es que el hospital es insuficiente, peor me lo ponen, porque aún está casi fresca la pintura en algunas zonas y sería el colmo que ya no nos llegase el que se suponía que era uno de los mejores hospitales de Europa.

Supongo que hasta que alguien ponga una denuncia por haberse contagiado en el hospital no se hará nada. A veces la administración sólo aprende a base de palos, y en muchas ocasiones ni así porque total, pagamos nosotros.

NOTA:
La noticia a la que se hace referencia la pueden ver en El Progreso en este enlace

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