martes, 10 de octubre de 2023

Presuntas falsificaciones autorizadas

¿Qué diferencia hay entre las presuntas falsificaciones de las fotos laterales y las del centro? Que las laterales están autorizadas por el Ayuntamiento de Lugo...

Hace ya unos años las fiestas de San Froilán se convirtieron, por dejadez de las autoridades, en una auténtica locura de comercio de falsificaciones y de puestos ilegales que copaban avenidas enteras montando como les daba la gana y vendiendo lo que les apetecía sin ningún tipo de control, lo que chocaba con la rígida aplicación de las normas en los puestos que sí pagaban licencias de instalación y, por supuesto, a los comerciantes que durante todo el año pagan sus impuestos y crean empleo en la ciudad. La denuncia que interpusimos en su momento acabó con esto, a pesar de que el entonces alcalde afirmaba que era imposible poner “puertas al campo”, pero cuando vio peligrar la poltrona le faltó tiempo para que el campo tuviese puertas.

Ahora nos encontramos con que hay un doble fenómeno: el de los manteros que venden prendas presuntamente falsificadas, a los que la policía levanta cuando los ven, y los puestos que venden prendas presuntamente falsificadas, a los que no se les dice ni pío porque pagan por instalarse, como si fuera una especie de “impuesto revolucionario” para poder tener patente de corso y hacer lo que les venga en gana.

¿Es esa impunidad algo normal? Pues se ve que sí, porque se aúnan tres factores determinantes: la cara que le echan los vendedores de productos presuntamente falsificados, las ganas de los compradores de hacerse con una camiseta de “su equipo” aunque sea perjudicando a los intereses económicos de “su equipo” (uno es del Madrid o del Barcelona pero no lo bastante para pagar lo que cuesta la camiseta de verdad), y la pasividad y connivencia del Ayuntamiento, que pasa de todo y consiente esa situación porque le conviene mirar para otro lado.

Esto genera un doble problema. Por un lado el económico, como ya dijimos, y por otro el social. ¿Cómo les vamos a explicar a las futuras generaciones que hay que ser honrado, cumplir las normas y pagar tus impuestos cuando las propias administraciones se hacen las locas cuando les interesa? Si tenemos que andar a palos para que el propio gobierno observe las leyes, ¿no será lógico percibir que es lícito intentar escabullirse de su cumplimiento? 

Miren, soy un gran defensor del comercio y de que las fiestas se aprovechen para crear grandes espacios en que los lucenses y visitantes puedan acceder a productos que en otras ocasiones es más difícil que encuentren. Hace pocos días les hablaba del estupendo mercado de cerámica y barro, y este fin de semana hubo otro de miel que estaba muy bien. Pero esto es diferente. Aquí hablamos de presuntas falsificaciones y de ilegalidades, creo que la diferencia no sólo es obvia sino que es insultantemente evidente.

Así que habrá que volver a Fiscalía y presentar una denuncia para que la administración se ponga a funcionar, porque se ve que por sus propios medios no hacen nada que no les convenga, y sorprendentemente parece que consentir una ilegalidad les conviene.


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