Héctor Castiñeira, "Enfermera Saturada". Foto: El Heraldo de Aragón |
He estado en muchas presentaciones de libros y creo que en ninguna me lo había pasado tan bien. Nos reímos, nos emocionamos y Héctor hasta aprovechó para hablar de cosas serias como la importancia del humor.
Uno de mis libros favoritos, “Canción de Navidad”, de Charles Dickens, tiene una frase que me encanta: “Es una ley de la compensación justa, equitativa y saludable, que así como hay contagio en la enfermedad y las penas, nada en el mundo resulta más contagioso que la risa y el buen humor”. Pues eso es lo que vivimos ayer, y no hay nada mejor que una sala llena a rebosar de gente riendo y pasándolo bien.
La presentación duró una hora aproximadamente y, aunque después había una cata de vinos, quesos y fiambres, nadie de los que estábamos allí teníamos la menor prisa por ir a probarlos. Lo estábamos pasando tan bien que el tiempo voló.
No soy objetivo, Héctor me cae muy bien y además tiene esa capacidad de hacer que parezca fácil hacernos reír a todos, algo harto difícil. Es una combinación perfecta para pasar un rato estupendo en su compañía, pero si no tienen la fortuna de poder verlo en persona sí pueden ir a cualquier librería a comprar alguno de sus ¡ya diez! libros de Enfermera Saturada y leerlos es como escucharle hablar, la garantía de un buen momento.
No les voy a destripar el libro, claro, pero sí les puedo decir que se encontrarán con historias verídicas de gente que fue a urgencias porque su reloj inteligente (más inteligente que ellos, como dice Satu) les decía que su pulso era de 0, o los que llevaban las muestras de heces en un Tupper “que después me devolveréis, porque está nuevo”. Cosas así pero contadas con mucha gracia, que es lo que ha hecho de este lucense uno de los autores más leídos de España y una autoridad en difusión de temas sanitarios.
Pueden pensar que son temas muy centrados en la sanidad pero no, hay cosas que a todos nos pasan, como el capítulo dedicado a cómo identificamos a la gente en las agendas de los móviles. Yo a Héctor lo tengo como “Héctor fotos Noemi Mazoy”… una historia que viene de hace ya diez años.
Como anécdota, les contaré que una señora estuvo hablando media hora con una de las personas que venía conmigo hasta que le dijo “En el próximo libro que escribas…” y fue entonces cuando le aclaramos que no era Héctor con quien hablaba. “Pues le das el recado”, contestó, y se fue…
Esas cosas sólo pasan cuando un mago del humor está cerca así que no pierdan la oportunidad de llevárselo a casa a través de sus libros.
P.D. ¿Se quieren creer que no me acordé de pedirle que me lo firmara? ¡Cabeciña...!
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