A la izquierda la bandera gallega, ilegalmente sola en el Museo Provincial (foto propia). A la derecha, la de Palestina en el Ayuntamiento de Lugo (foto: cadena COPE) |
Las banderas no son cualquier cosa. Son símbolos, iconos, representaciones que van mucho más allá de sus colores.
Ayer en el balcón del Ayuntamiento de Lugo ondeó por un ratito (no mucho, que la ley es bastante estricta con estos temas) la bandera palestina, ya que al ocupar la alcaldía provisional el nacionalista Rubén Arroxo aprovechó la circunstancia para llevar esa reivindicación a la casa consistorial lucense. Israel estará temblando.
Si les soy sincero por mucho que he estudiado y analizado el tema de Israel y Palestina (soy licenciado en Ciencias Políticas y algo del tema se mira en la carrera, no crean) no tengo opinión. Creo que unos y otros tienen sus argumentos y motivos y, aunque mi instinto me impulsa a simpatizar con quien no me va a poner una bomba al grito de “Jehová es grande” tampoco es un apoyo muy firme porque no nos lo ponen nada fácil disparando a diestro y siniestro. Es imposible mantener un apoyo a Israel viendo las barbaridades que están ocurriendo en Gaza y las imágenes de destrucción indiscriminada. También es imposible pedir a los israelíes que no hagan nada cuando les bombardean y los terroristas usan hospitales como almacenes de armas. Aquí nadie está libre de pecado, sólo cambian las capacidades y las cifras.
La cuestión, en todo caso, no es si yo apoyo a unos o a otros desde un modesto blog de una pequeña ciudad de España, sino por qué se mete al Ayuntamiento de Lugo en ese berenjenal.
A pocas semanas de unas elecciones autonómicas se ve que hay que lanzarse a reforzar las bases ideológicas, y meterse en temas internacionales parece que es rentable políticamente. Es absurdo que alguien vote para el Parlamento de Galicia basándose en un posicionamiento más teórico que otra cosa sobre un asunto ajeno a nuestra realidad inmediata, pero es lo que hay.
A mí me preocupa bastante más lo que pasa en casa. Ver que se pide libertad para terroristas condenados o, ya puestos a hablar de banderas, que en un edificio oficial de la Diputación Provincial de Lugo ondee la bandera gallega sin tener a su lado a las que nos representan a todos los españoles o los europeos, me preocupa bastante más que un numerito publicitario en el balcón del ayuntamiento.
Cosas de campaña, ya saben.
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