El otro día en una comida familiar nos dijeron que una sobrina se iba a "graduar" en infantil. Aclaro que viven en Lugo, no en Delaware. Como lo oyen. También hay "graduaciones" de primaria, secundaria y bachillerato, así que cuando se llega a la de verdad, a la universitaria, la cosa ha perdido todo su significado.
Entiendo que mucha gente pensará que "no pasa nada" y que "es sólo una excusa para hacer una fiesta", pero creo que el problema está en el mensaje que se transmite. Si hicieran una fiesta de fin de curso, sin más, o de inicio de vacaciones me parecería perfecto, pero no es eso lo que se dice, sino que uno se "gradúa" de la guardería...
Esta costumbre tan americana de celebrar cualquier logro, por mediocre que sea, nos está llevando a un efecto secundario terrible: la banalización de los verdaderos retos y la estandarización del premio por cuestiones puramente rutinarias. Además, se crea una especie de rechazo a la rutina, como si cada día tuviera que ser una fiesta continua y, cuando los chavales ven que no es así, se llevan unos chascos que, en mi opinión, explican en parte el aumento de las depresiones y los problemas.
No me entiendan mal, es estupendo tener una infancia feliz. Yo la tuve, y mucho, pero no se basó en continuas fiestas y premios. De hecho cuando veía que a algún compañero le recompensaban por aprobar todo o cosas por el estilo y se lo decía a mi madre, que tiene una inteligencia superior, su respuesta era: "es tu obligación, y no te vamos a premiar por hacer lo que debes". La segunda parte, que no hacía falta mencionar, era lo que me venía encima no lo hacía. Después me explicaba la libertad que tenía (que era mucha) y lo tranquilo que vivía y que eso era el resultado de hacer las cosas bien.
Ese es el mensaje que me caló y que hoy me hace disfrutar del día a día. Nuestro premio por una rutina, que nos guste o no es lo habitual en nuestras vidas, es esa normalidad que está tan vilipendiada pero que tanto se echa de menos cuando no se tiene.
No hace falta que te hagan una fiesta cada día por ir a trabajar, o por poner un café, o por fregar los platos, o por aparcar bien el coche. Son obligaciones que todos tenemos para vivir en una sociedad razonablemente tolerable.
Pero vemos que ahora es al contrario. Necesitamos incentivos para levantarnos de la cama y hacer lo que tenemos que hacer, y hasta los supermercados nos han de chantajear con no devolvernos nuestra moneda para que llevemos los carritos a su sitio en vez de dejarlos en medio de los aparcamientos.
Y así todo. Esta sociedad de las "graduaciones" de guardería se está convirtiendo en una carrera de sandeces y simplezas que nos lleva a un mundo en que si no hay premio nadie mueve el culo.
Vaya futuro se nos viene encima...
100% dacordo. É bastante ridículo ésto das graduación... PD. encantoume o de Delaware xDDDD
ResponderEliminarEra por no poner Wisconsin, que no sé por qué es el que a todos se nos viene a la cabeza... Será por las "w"...
EliminarEnhorabuena Luís por tu Blog,como siempre sabes plasmar en tus escritos lo que muchos pensamos, pero carecemos de esta habilidad tuya de expresar tus pensamientos de una forma tan clara y sensata que muchos no tenemos. Enhorabuena también por esa educación que has recibido de tus padres, Miluca y Luis, tienen que estar muy orgullosos de ti.
ResponderEliminarTambién podría ser que nos estemos haciendo viejos y no llevamos bien los cambios en las costumbres. Es más fácil seguir viviendo en el pasado, como se hizo toda la vida.
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