El Ayuntamiento de Lugo no tiene dinero para ciertas cosas, como poner vigilancia en la Plaza de Abastos en determinados días o hacer una rotonda en San Fernando para que el tráfico no sea un desbarajuste… pero curiosamente le sobra para enterrar miles y miles y más miles de euros en la Fábrica de la Luz, y encima para un proyecto que está condenado al fracaso desde el minuto cero, como ocurrió con las famosas y mal llamadas “Caldas”.
Verán, cuando uno gestiona cualquier cosa parece que lo lógico es ver qué necesidades tenemos y qué recursos hay para cubrirlas y, una vez superada esa prueba de sentido común e invertido el dinero y usados los espacios para lo que se demanda, si sobra algo se permite algún lujo. Pero en nuestra ciudad funcionamos al revés. Empezamos por el boato y el gasto superfluo y nos pasamos por el arco del triunfo las necesidades más importantes.
La vieja Fábrica de la Luz es el sitio perfecto para que nuestra ciudad cuente con su tan ansiada, demandada, anunciada y aplazada playa fluvial. No hay que hacer prácticamente nada, ya que el caneiro es público, en el lado opuesto del edificio hay un estupendo espacio habilitado para merendero (que habría que limpiar porque ahora hasta las ratas tienen miedo de entrar) y se podría rehabilitar el inmueble para tener vestuarios, duchas, gimnasio, consigna, una cafetería y lo que les apetezca, ya que es enorme.
Pero no, hoy vemos que se licita un nuevo proyecto (ya hemos perdido la cuenta de los que desde hace casi 25 años han presentado para ese edificio, que sigue en ruinas) para hacer un rollo de enogastronomía… Sí, sí, como lo leen. En lugar de hacer eso (si es que tiene tirón, que lo dudo) en el casco histórico o en cualquier barrio con tradición de vinos (la Milagrosa por ejemplo también me vale), se dedica un edificio con un uso público fluvial evidente a hacer otra maula, otro agujero negro de dinero público que, encima, no tiene futuro alguno.
En esta primera andanada se van a gastar 471.076,03 (es el presupuesto base de licitación) de dinero de todos en este disparate. Será por dinero…
Mientras tanto el edificio verde (y vacío), el MIHL, y otras grandes infraestructuras que están muertas de risa siguen esperando que alguien les dé un destino. Pero mejor sigamos gastando dinero a lo loco.
Francamente, pensé que Paula Alvarellos iba a hacer las cosas de otra manera, pero sigue la estela de la alcaldesa huida. Una pena.